En otras épocas tener una cuenta en un banco suizo era un sueño para todo inversor. Pero… ¿es realmente la mejor opción para tu cartera?
Un error muy común es confundir el lugar donde invertís con en qué invertís. En eso los bancos suizos o de otros países prestigiosos del mundo tienen el aura de ser lo mejor para tu patrimonio. Eso lo traen de una época en el que no había tantas opciones para los inversores. Hoy con el acceso a la tecnología la realidad es que abrir tu cuenta de inversión es muy sencillo. Y no necesitás de un banco con logo brillante para hacerlo. Es más, no suele ser lo más conveniente para tu cartera de inversión.
¿Por qué te digo esto?
No todo lo que brilla es oro
Más allá de poder contarles a tus conocidos que tenés cuenta en algún banco famoso, no termina conviniendo usar este tipo de bancos. Por un lado, sus costos son mayores y, dentro del abanico de instrumentos de inversión, tienen un gran incentivo para venderte los fondos de ellos, porque así es como ganan mejores comisiones. Además, suelen tener mínimos muy altos para invertir con lo cual pocos pueden acceder. Pero que no te confundan, que pidan mucho capital no quiere decir que tu cartera vaya a estar mejor cuidada.
En esto es clave analizar los incentivos de quienes te asesoran y claramente en el caso de los empleados de los bancos van por el lado de venderte los productos con los que ellos ganan más dinero en comisiones, independientemente de cómo te vaya a vos después con el rendimiento de esos fondos. Te cobran muy caro ese resumen en el que sale esa marca de banco tradicional y elitista al que pocos pueden acceder.
Vos mismo podés asegurar tu retiro
Lo mismo pasa con el seguro de retiro que muchas veces venden empresas reconocidas. Hay gente que confunde la fama de marca de quién lo vende con que de esa forma sus ahorros van a tener el mejor rendimiento para preparar su retiro. No me malinterpretes, no está mal colocar una parte de tus fondos en ese producto si eso te da tranquilidad y va a evitar que te gastes el dinero. Ganar poco es mejor que no tener nada de capital al momento de jubilarte por habértelo gastado.
Lo que sí hay que tener presente es que con ese tipo de productos estás obteniendo un rendimiento muy bajo para el plazo de permanencia que te piden y encima en algunos casos tenés que pagar penalidades para poder sacar tu dinero. En este caso lo que estás pagando es la marca y además compensando por una falta de disciplina, que tranquilamente podrías solucionar por tu cuenta.
Las marcas de un banco o compañía de seguros no van a hacer que a tus inversiones les vaya mejor. Por supuesto que siempre es necesario al momento de invertir usar una plataforma que esté registrada con todas las de la ley y asesorarse con un profesional idóneo matriculado. Eso es algo que podés chequear a través de la página de la Comisión Nacional de Valores previo a invertir y es algo que aconsejo a quien esté por dar sus primeros pasos. Tomarse ese rato para revisar este tema le hubiera ahorrado un dolor de cabeza a más de uno.
Es fundamental entender que invertir en un lugar más conocido no quiere decir que vayas a estar obteniendo mejores rendimientos. Poner tu dinero en un banco de renombre no hará que esté mejor administrado. Lo que importa es que tomes las riendas de tus finanzas y el cuidado con el que armás tu cartera y ejecutás tu plan de inversión.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
P.D.: Si te interesa recibir información de Finanzas Personales e Inversiones suscribite a nuestro Newsletter Gratuito Semanal haciendo clic aquí.
Disclaimer
Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Cuando nuestras inversiones empiezan a tener malos resultados es común no saber qué hacer. Hoy te contamos cómo tomar la mejor decisión.
Los momentos de bajas del mercado ponen a prueba al inversor más experimentado. Es duro ver cómo los precios de activos que tenemos en cartera se desploman. Pero eso no siempre es signo de que tengamos que hacer algo con esas inversiones.
Entonces, ¿qué hacemos si sentimos que hicimos una mala inversión?
¿Es una mala inversión o un mal momento?
Lo primero que nos tenemos que preguntar en estos casos es si el mal desempeño del activo se debe a un mal momento transitorio. Si la baja es generalizada, esto es habitualmente un signo de que probablemente no haya nada malo en la inversión, sino que el pánico golpeó a todos por igual. En esos casos, lo recomendable es mantener la cabeza fría y no hacer nada.
Es muy útil mirar al pasado para tener perspectiva, por eso es que te muestro este gráfico del desempeño de las acciones que cotizan en la bolsa de Estados Unidos en la semana entre el 5 y 12 de marzo de 2020:
Fuente: Visual Capitalist
El gráfico es contundente: todo en rojo. Nada se salvó. Pero pensemos por un momento, ¿realmente Microsoft iba a dejar de vender sus licencias o Amazon de tener clientes? Claramente el negocio de estas empresas no había cambiado y seguía siendo viable en el nuevo contexto. Por eso no debés guiarte sólo por la evolución de los precios para tomar decisiones de inversión.
Eso no significa que nunca debemos tener en cuenta las bajas de los precios. Si hiciste una mala inversión lo mejor es entenderlo y salir lo antes posible. Pero… ¿cómo sabemos cuándo realmente nos hemos metido en una mala inversión?
El primer paso para salir del pozo es dejar de cavar
Así como hay que evitar las ventas por pánico, sí hay que saber cuándo es mejor retirarse de una inversión. Cuesta porque muchas veces implica aceptar que te equivocaste y vas a consolidar una pérdida. Pero, así como los buenos negocios se recuperan de los pánicos y malas noticias, tenés que saber alejarte a tiempo de los negocios sin futuro, sin importar cuánto perdiste o a qué precio los compraste.
Warren Buffett, el mayor inversor de todos los tiempos, tiene una frase que dice que la acción no sabe que sos el dueño, vos podés tener sentimientos hacia ella, pero las acciones no tienen sentimientos. La realidad es que podés pensar que perdiste mucho ya para vender y que vas a vender cuando recupere el precio pero es posible que eso nunca pase.
Pensá en los accionistas de Blockbuster o Blackberry que se quedaron esperando que se recuperara su inversión. Una empresa puede tener una época dorada que en algún momento se terminó y no vuelve más. En eso casos como los de Netflix y Zoom son interesantes hoy para analizar, en algún momento fueron la estrella, pero quizás hoy ya no son lo que eran y sin un fuerte cambio de timón probablemente no lo sean nunca más.
Este dilema también suele afectar a quienes compraron bonos argentinos y los ven caer sin parar. Al ser bonos, está la ilusión de que a la fecha de vencimiento te van a pagar el valor nominal y vas a recuperar la inversión. Lo que no se piensa es que justamente esos bonos valen lo que valen porque el mercado ya asume que no van a pagar, sino que van a ser restructurados.
Además, algo que siempre hay que tener en cuenta es que seguir esperando con una mala inversión tiene su costo. Es lo que se conoce como costo de oportunidad. No sólo que puede que nunca repunte el activo, sino que aún si repunta eso puede demorar mucho tiempo en el cual tu capital podría haber estado invertido en alternativas más productivas.
Que hayas perdido con una inversión no significa que no puedas recuperarte con un activo diferente. Si te cuesta hacer ese clic mental, un asesor profesional puede ayudarte a limpiar tu cartera de malas inversiones y a encontrar alternativas superadoras.
Saber salir de las malas inversiones a tiempo es una habilidad que pocos poseen. Saber aceptar la realidad y cambiar de horizonte rápido es una meta que todo inversor debe trazarse para construir su capital.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
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Nota publicada el 13/9/22 en Dólar Hoy
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Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Llevar adelante un plan de inversión es uno de los mayores desafíos que tienen quienes empiezan a invertir. Eso lleva a muchas veces caer en trampas que parecen ayudarte a cumplir tu objetivo de ahorrar, pero no son lo mejor para tus finanzas.
Fijarse un objetivo de ahorro y cumplirlo es una tarea muy difícil. Siempre parece haber un destino mejor para ese dinero, surge algo que podés comprar, un viaje a hacer o un gusto a darte. Ese es el peligro de ahorrar e invertir por tu cuenta, que dependés sólo de vos mismo y de tu disciplina.
Por eso es que muchas veces se intentan usar “atajos” que parecerían ayudarte a ahorrar y lo que tienen en común es que son facturas que aparecen todos los meses a pagar. Entonces te dan un monto, un vencimiento y el sentido de que sí o sí tenés que pagarlas.
Pero, ¿es esto la mejor opción?
No te hundas en el pozo
En Argentina acceder a una casa propia parece tan lejano que surgen planes que prometen darte la casa en cómodas cuotas, comprando como se suele llamar “en pozo”. Hay mucho marketing de estos planes de financiación para llegar a tener tu casa o departamento pagando cuotas muy accesibles.
Lo que tenés que saber antes de meterte en uno de esos planes de compra en pozo es que en realidad no estás comprando una casa, sino que estás financiando a una desarrollista que tiene un proyecto que quiere hacer y al no tener dinero lo hace con el tuyo. Ahí es cuando se pone bastante ilógico el tema porque habitualmente quien recibe la financiación es quien paga el interés. Bueno, este tipo de planes suelen cobrarte un interés por usar tu propio dinero, algo que desafía todo sentido común.
Además, estás asumiendo un riesgo enorme porque si bien te lo venden a veces como que estás comprando “ladrillos” o “metros cuadrados” la realidad es que dependés de la gestión (y honestidad) de la desarrollista. Muchos de estos proyectos no salen del pozo y hay gente que ha perdido todo su capital por querer meterse en este tipo de esquemas.
Al momento de comprar un inmueble, lo aconsejable es hacerlo con escritura de forma de tener seguridad que realmente sos el propietario y que nadie te lo va a quitar. Podés ahorrar e invertir el dinero sin necesitar recurrir a este tipo de atajos que no terminan funcionando en el largo plazo.
Plan de ahorro para un auto
Esta necesidad mental que tenemos de cuotificar y ahorrar forzosamente por falta de disciplina hace que los planes de ahorro de auto sean formas muy populares de comprar un auto. Este tipo de productos generan que estés pagando una cuota que se ajusta permanentemente a valor auto (es decir, pagás un auto nuevo aún cuando tengas un auto de dos años de antigüedad) y te genera costos adicionales como gastos administrativos y costosos seguros que te obligan a contratar mientras tengas el plan de ahorro.
A su vez, no sabés en realidad cuándo te van a entregar el auto. A pesar de los carteles que promocionan entrega asegurada en la cuota 2, quien ha entrado en este tipo de planes sabe del dolor de cabeza que es lograr que te entreguen el auto. Y, al igual que pasa con las compras en pozo, son inversiones de las que es muy difícil salir. Si querés venderlo en algún momento, probablemente tengas que resignar precio, con lo cual mucha gente se queda atrapada pagando estos planes para no ver esa pérdida.
Seguro de vida o retiro
Nunca se ve más claro el costo de no tomar el futuro en tus propias manos que con los seguros de vida o retiro. Prometen darte tranquilidad en cómodas cuotas. Sabés cuánto tenés que pagar todos los meses y si no pagás vas a tener un problema. Pero esa tranquilidad tiene su precio. Son productos con bajos rendimientos que en muchos casos hasta tienen penalidades si querés retirar dinero antes del plazo que te ponen. Si uno invierte a plazos tan largos como los que se plantean en este tipo de seguros es lógico esperar rendimientos que vayan más en línea con los valores del mercado.
Si los buscás mirar como un seguro por si algo te pasa a vos que tu familia no quede desprotegida es una cosa, pero si a vos no te pasa nada y lo querés ver como inversión ya es otra cosa. ¿Acaso considerás una inversión el monto que pagás de seguro de tu auto? ¿O lo que pagás de obra social? Son seguros dado que te cubren de alguna contingencia de baja probabilidad de ocurrencia pero gran impacto económico. El error radica en mirarlos como una inversión.
Una alternativa superadora es armar un plan de inversión por vos mismo o buscar un asesor profesional que pueda ayudarte a trazar tu propio camino de inversión, sin depender de este tipo de atajos que no son productivos.
Es muy común querer compensar la falta de disciplina queriendo convertir a tus inversiones en una factura más que pagás todos los meses. Pero eso no tiene por qué ser así. Quienes logren tomar las riendas de su futuro financiero podrán sacarle provecho a su capital.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Las emociones son tus principales enemigos a la hora de invertir. La buena noticia es que con unos simples pasos podés implementar para usarlas a tu favor.
Warren Buffett, uno de los mayores inversores de todos los tiempos, tiene una frase que dice que para el éxito en las inversiones no hace falta ser más inteligente que el resto. Lo que realmente hace la diferencia es ser más disciplinado que el resto.
Parece muy simple pero la realidad es que no lo es. Muchas veces en cuestionarios de perfil del inversor se plantea la pregunta de cuánto estarías dispuesto a soportar como pérdida antes de vender. Pero ese número no nos dice cómo vamos a reaccionar cuando eso realmente ocurra. Y ahí nos olvidamos del objetivo de inversión que nos habíamos trazado.
¿Por qué pasa esto?
Un mercado irracional
Hay algo que no se suele poner en los titulares de Bloomberg y es que el mercado está dominado por las emociones. Esas emociones influyen en el precio de los activos tanto o más que los balances de las empresas.
Principalmente el mercado se mueve por el miedo y la codicia. No parecen emociones muy positivas, ¿verdad?
¿Cómo hacemos para que no nos dominen?
El miedo es mal consejero
El miedo muchas veces nos genera una tendencia a actuar. Y eso en el mundo de las inversiones es una gran desventaja. Quienes no pueden resistir la tentación de hacer algo cuando los precios bajan son los que ven los peores resultados. Dejame que te lo muestre con un ejemplo.
En marzo 2020 hubo una fuerte baja en toda la bolsa. No se salvó nadie, ni siquiera una empresa tan sólida como Coca Cola. Pero, si lo pensamos bien, ¿realmente iba a pasar algo con el negocio de Coca Cola? Con la mente fría era fácil darse cuenta de que no. Viendo tu cartera bajar todos los días no era tan sencillo y muchos vendieron en un mal momento.
Esto es algo común en situaciones de bajas. Quienes no han logrado aún la disciplina de ser inversores experimentados tiene miedo a ver mayores caídas en sus activos y deciden vender sólo por ver bajas de precio. Ser una persona de acción tiene grandes ventajas en la vida. Pero en las finanzas te puede jugar una mala pasada.
A veces quienes recién se inician en inversiones creen que hay que hacer algo cuando los precios bajan. Y por eso terminan tomando malas decisiones. Esto pasa en otros ámbitos también, incluido el fútbol. Un estudio del NY Times en 2008 mostraba una estadística que decía que en la mayor parte de los casos la mejor estrategia del arquero en los penales era mantenerse en el medio del arco, no moverse. Sin embargo, en el 94% de los casos saltan a la derecha o izquierda. Porque, claro, ¿quién quiere quedar como que le hicieron un gol y que no hizo nada para evitarlo?
Sé codicioso cuando los demás son temerosos
Otro consejo de Warren Buffett es ser codicioso cuando los demás son temerosos y temeroso cuando los demás son codiciosos. Bueno, la mayor parte de los inversores suele hacer al revés. Se suben a las inversiones que más están subiendo y que están en boca de todos, muchas veces corriendo el riesgo de entrar tarde. Esto quiere decir que caen en el sesgo de asumir que el pasado reciente predice el futuro, o sea, que lo que está subiendo seguirá subiendo y lo que está bajando va a continuar en caída. Por eso todos quieren invertir cuando la bolsa sube y nadie cuando baja, a pesar de que lo inteligente sería armar posición con precios más bajos.
A su vez, se da el efecto manada. Cuando algo sube, nadie quiere quedarse afuera. Es muy humano no querer perdernos una oportunidad que todos están aprovechando. Ese tipo de inversiones son las más peligrosas. Nunca inviertas en algo sólo porque lo viste en un programa o porque todos tus amigos lo hacen. Un asesor profesional puede ayudarte evitando que caigas en esas trampas que dañan tu patrimonio.
A veces pasa que se subestima el rol que tiene la psicología del inversor en el rendimiento de tu cartera. No alcanza con investigar acciones o hacer cálculos para tener éxito como inversor. Estar preparado para afrontar las emociones que inevitablemente van a generar los altibajos del mercado será la mejor protección de tu patrimonio.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Nunca es demasiado pronto para empezar a invertir. Podés empezar antes de lo que crees y no sólo en la bolsa. Hoy te cuento inversiones que podés hacer desde joven.
Hoy es muy común querer disfrutar de la vida cuando sos joven, viajar y no pensar mucho en el futuro. Pero invertir desde joven hace una gran diferencia en tu vida. Y no sólo estoy hablando de inversiones financieras. Tus primeros años de carrera son años de oro en los cuales tus decisiones pueden impulsarte para el resto de tu vida.
Las cosas que te voy a mencionar no suelen ser el foco de los jóvenes porque a veces no son las más lindas para poner en Instagram pero el camino más difícil es el que más vale la pena.
Entonces, ¿qué inversiones hacer cuando sos joven?
https://www.youtube.com/watch?v=ZHoq-Xq78y8
Invertir en uno mismo es la mejor inversión
En los años de tu juventud podés fijar las bases de tu carrera. En eso, no te apresures a dar un salto al vacío. Aprovechá para aprender una profesión sobre todo en tus 20 y tus 30, porque son momentos para concentrarte en aprendizaje y desarrollo sobre todo con alguien que sepa de la profesión y no solo académico.
Muchas veces se suele invertir tiempo y dinero en cursos. No me malinterpretes, estudiar sirve, los posgrados también pero mejor si podés trabajar en una empresa donde aprendas de alguien que lo hace con éxito. Es mejor trabajar en una empresa de auditoría que hacer un posgrado de auditoría, trabajar en una sociedad de bolsa que hacer una maestría en finanzas. En el mundo de hoy no te alcanza con colgar títulos, tenés que pasar a la acción.
También está de moda viajar y conocer el mundo en esa etapa. No está mal hacer eso siempre que tengas presente que se trata de un gasto y no de una inversión.
Diversificar te da tranquilidad
Crear nuevas fuentes de ingreso te permite tener flexibilidad y tranquilidad para afrontar el futuro. Nuca ha sido tan fácil como hoy para generar ingresos extra, hay oportunidades sin precedentes para hacer trabajos freelance o vender algún producto o servicio.
No es necesario que crees una empresa de cero, sólo con identificar alguna habilidad que sea demandada podés empezar. Hay herramientas gratis por todos lados. En eso, un tip importante es aprovechar el mismo conocimiento para generar diversas fuentes de ingresos, ya sea dando clases, escribiendo, vendiendo servicios a clientes, etc.
Invertí en la bolsa desde el principio
Trabajar de manera freelance no es la única forma de generar ingresos extra. Si ese tipo de proyectos no son lo tuyo, no te preocupes. En realidad, una de las mejores maneras de tener entradas adicionales de dinero en el largo plazo es invertir en el mercado de capitales. Muchas veces los jóvenes piensan que tienen tiempo para invertir en la bolsa, que es algo para más adelante.
Bueno, dejame que te muestre el siguiente gráfico en el que muestra cuándo llegarías a ser millonario de acuerdo con cuándo empezás y cuánto podés ahorrar:
Fuente: fourpillarfreedom.com
Ahí se puede ver que si empezás a los 40 años, para llegar a un millón de dólares a los 65 años, tenés que ahorrar USD 16.000 por año. Pero alguien que lograra empezar a ahorrar a los 20, llegaría al millón de dólares a los 63 años ahorrando USD 4.000. Y para alguien que empezara a los 15 años, llegaría a los 67 ahorrando la mitad, USD 2.000 por año. Eso es clave para quienes tienen hijos, un pequeño aporte en etapa temprana puede tener un impacto enorme a futuro.
Este cálculo considera un rendimiento del 7% anual, lo cual es razonable cuando pensamos que el índice S&P 500, que nuclea a las principales acciones de Estados Unidos, ha rendido históricamente un 9% anual.
Lo mejor de todo es que hoy podés acceder a esta inversión desde Argentina a través de los Cedears, que se pueden comprar en pesos desde montos muy bajos. Por supuesto que esto no es algo para hacer sin tener conocimientos previos. Informarse y contar con el asesoramiento de un profesional es fundamental para empezar a invertir.
La etapa de juventud otorga grandes oportunidades para quienes saben aprovecharlas y planificar su futuro. Toda inversión hecha en etapa temprana te permite aprovechar el efecto del interés compuesto que es tu mayor aliado para construir tu capital.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Saltar de una inversión a otra es una estrategia que no suele dar buenos resultados. Hoy te cuento sobre los peligros de ser un inversor langosta.
Muchas personas cuando empiezan a invertir intentan apostar todo a un determinado activo en cada momento. Y, si ese activo los decepciona, se mueven rápidamente a otro. Es que la imagen de un inversor suele ser de alguien que todo el tiempo está con los ojos pegados a la pantalla de los precios y apretando el botón de comprar y vender. La tentación suele ser vender lo que está bajando y subirse a la moda de turno, comprando lo que está rindiendo muy bien en el último tiempo y que es lo que está en boca de todos.
Pero ¿ha sido esta una buena estrategia?
El que se mueve rápido pierde
Es que las inversiones suelen ser lo opuesto al juego de la silla. Contrariamente a lo que muchos creen, es mejor quedarse quieto que moverse rápido. Esto ocurre porque, como habitualmente la gente se deja guiar por el comportamiento reciente de los precios, hay una tendencia a comprar activos que vienen subiendo, con el riesgo de entrar tarde y, al mismo tiempo, vender activos que vienen golpeados en sus precios, consolidando la pérdida. Es exactamente lo opuesto a lo que uno debería hacer.
Seguramente pensás que no es lógico que pase esto. Dejame que te lo muestre con un ejemplo de una situación que fue muy común este año entre los inversores argentinos. En los primeros 4 meses de este año, el dólar estuvo bastante quieto, mientras que se vio un buen desempeño de los bonos CER por la aceleración de la inflación. Esto llevó a que muchos se impacientaran al ver a la inflación moverse mientras que el dólar no subía.
Lo que ocurrió es algunas personas decidieron vender los dólares a un precio bajo para pasar al “activo estrella” que eran los bonos CER en ese momento.
Abajo te muestro los resultados de esa estrategia, así como el rendimiento de haber tenido todo el año dólares, bonos CER o una cartera diversificada que incluya ambos activos:
En el cuadro de arriba se ve que por mucho el que peor rendimiento tuvo fue el “inversor langosta” que, en abril desalentado por el bajo rendimiento del dólar, quiso pasar a bonos CER. Quien hizo esta operación se vio muy perjudicado ya que su ganancia no llega al 16% anual mientras que quienes se quedaron todo el año con dólares o CER terminaron con un rendimiento parecido, en ambos casos cercano al 42%. Tanto el dólar como el CER terminaron siendo buenas apuestas, si se les daba el tiempo necesario para madurar. Justamente lo opuesto a lo que hace el “inversor langosta” en la búsqueda de resultados inmediatos.
Pero no pienses que es necesario elegir entre los 2 activos. Ese falso dilema de pensar que tenés que saber cuál es la inversión ganadora y sólo comprar ese activo te puede llevar a perder mucho dinero. Un inversor inteligente siempre diversifica su cartera. Y aquí también vemos que dio resultados la diversificación ya que dio un rendimiento mejor (43%) con una menor volatilidad ya que te permitió beneficiar tu portafolio de subas del dólar y de los bonos CER.
Esto muestra la sabiduría de no apostar todo a un solo escenario. Nadie puede predecir el futuro y quien te diga que puede hacerlo te miente. Por supuesto que viendo la tabla anterior parecería muy simple decidir el momento de salir de los bonos CER y pasarse a dólar. La realidad es que es imposible vender en el techo y comprar en el piso el dólar o cualquier otro activo. Solamente vas a saberlo viendo el pasado y el mercado mira hacia el futuro.
Si estás saltando de un lado al otro en tus inversiones corrés el riesgo de perderte el mejor momento de cada instrumento y de también perjudicarte del peor escenario.
Las buenas inversiones requieren tiempo y paciencia. Saber esperar que una apuesta dé sus frutos y no estar saltando constantemente de una inversión a la otra te permitirá revalorizar tu capital en el largo plazo.
Matías Daghero
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Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Quienes se convencen de la importancia de empezar a invertir muchas veces se saltean un paso que es indispensable para empezar. Hoy te cuento ese primer paso que todo inversor principiante debería dar.
Algo que se ve muy frecuentemente en quienes se inician en las inversiones es que empiezan a invertir con el primer dinero que logran ahorrar. Parece cuestión de ver qué activo es más prometedor y empezar a comprar.
¿Pero, y si te dijera que tenés que hacer algo antes de comprar cualquier activo para que tu primer paso en inversiones no se convierta en tropiezo?
https://www.youtube.com/watch?v=2YbFkt8bUfQ
No inviertas sin estar protegido
Es increíble la cantidad de gente que no tiene un fondo de emergencia para hacer frente a gastos imprevistos. Empezar a invertir sin tenerlo es como hacer equilibrio en una soga sin tener una red de contención abajo. Ante un problema financiero inesperado, vas a tener que liquidar tus inversiones para hacer frente a esos gastos, pudiendo causar un daño importante a tus finanzas.
Pensemos en la crisis de la pandemia del 2020, que fue acompañada por una fuerte baja del mercado. Quien a su vez perdió su fuente de ingresos, pudo haber tenido que malvender sus inversiones en un mal momento, asumiendo una pérdida que luego se revirtió muy rápidamente. De ahí la importancia de contar con un fondo de emergencia para dormir tranquilo.
Si aún no lo tenés constituido, previo a comprar cualquier activo, es muy importante que destines los primeros ahorros que tengas disponibles a eso. Debería ser en algún instrumento que no tenga grandes fluctuaciones para que sepas que podés usar los mismos en caso de necesidad. No es conveniente sólo comprar dólares como fondo de emergencia ya que el dólar puede tener bajas circunstanciales por lo que es aconsejable contar con un mix entre instrumentos en pesos y dólares que posean cierta estabilidad.
No se recomienda incluir en el fondo de emergencia instrumentos de renta variable ya que poseen una mayor volatilidad por lo que no son adecuados para este objetivo. Por eso la importancia de tener estos fondos aparte y saber que son la reserva con la que contás para hacer frente a imprevistos.
Una pregunta que suelo recibir es, ¿cómo determino cuánto debe tener mi fondo de emergencia? Por supuesto que es una decisión muy personal, que depende de las circunstancias de cada uno. Tener muy poco te dejará desprotegido ante situaciones inesperadas. Y, por el contrario, tener un fondo de emergencia demasiado grande puede hacer que estés perdiendo oportunidades de invertir en instrumentos con mayor potencial.
Sin embargo, como mucha gente se paraliza ante la pregunta de cuánto tengo que apartar como fondo de emergencia previo a poder invertir, abajo te dejo algunos consejos para que tengas en cuenta:
Luego tu fondo puede ser menor o mayor de acuerdo a tu situación particular. En ningún caso recomiendo menos de 3 meses de tus gastos mensuales, pero tampoco caer en el error de sólo armar este colchón y nunca dar el paso de convertirte en un inversor de verdad, dejando de lado la posibilidad de multiplicar tu capital.
Que quede claro, el fondo de emergencia es para estar tranquilo y no tener que tocar tu cartera de inversión ante imprevistos. No estamos pensando en obtener grandes rendimientos dado que para eso está tu cartera de inversión a largo plazo.
Invertir sin fondo de emergencia es como manejar un auto sin seguro. Estás tomando un riesgo inaceptable para tus finanzas. Y eso va más allá de si sos conservador o agresivo. Es simplemente que necesitás contar con fondos de fácil acceso ante contingencias de la vida diaria. Contar con esa protección te preparará para arrancar con mayor éxito tu camino como inversor.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
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Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Romper la inercia y animarse a empezar a invertir su dinero es uno de los pasos más difíciles que debe dar todo inversor.
Dicen que enfrentarse a una hoja en blanco es todo un desafío para cualquier escritor. Bueno, en el caso de un inversor el equivalente es tener ya el dinero ahorrado y definir cómo y en qué invertirlo.
Es que vivimos bombardeados de información sobre alternativas de inversión, sobre si el contexto actual es propicio o no para realizar inversiones. Pero lo que atemoriza a muchos es cómo llevarlo a la práctica.
No es para menos, se trata del destino que tendrá ese dinero que tanto te costó ganar y que te privás de gastarlo inmediatamente en búsqueda de tener un mayor capital en el futuro.
En el día de hoy quiero hablarte de las 3 formas que considero que existen para empezar a invertir.
Invertir sin conocimiento
La primera forma en la que lamentablemente mucha gente cae es la de invertir todos tus ahorros sin tener experiencia ni conocimiento alguno de lo que estás haciendo.
Este grupo de personas por lo general invierten en modas, en aquello que ven en las noticias/redes sociales o en lo que les contó un amigo/familiar que está teniendo muy buenos resultados.
Se caracterizan por no realizar una buena diversificación (en muchos casos comprando únicamente ese activo estrella recomendado o famoso) y comprar en precios máximos (que es por lo general cuando llega a los titulares).
Para el caso de los que quieran formar parte de este grupo, por favor olvídense de lo que venimos sosteniendo desde estas columnas respecto a que comprar solamente dólares no incrementará el poder adquisitivo en el tiempo. Seguí comprando nomás dólares que te va a ir mucho mejor que comprando aquello que desconocés.
Como dice Warren Buffet: “Nunca inviertas en algo que no entiendas”.
Formarte para poder invertir vos
Contra lo que algunos inescrupulosos te quieren hacer creer, las inversiones no son tan complejas como la física nuclear. Más aún en esta era donde el acceso a herramientas como los Fondos Comunes de Inversión y/o ETF´s te permiten acceder a portafolios diversificados desde capitales pequeños.
Sin embargo, es necesario contar con el conocimiento para poder seleccionar los instrumentos de inversión que mejor se adapten a tus objetivos y perfil de inversión. El poder diferenciar el nivel de riesgo de cada instrumento, el horizonte de tiempo, las perspectivas de retorno y volatilidad son aspectos que debés conocer de aquello en lo que vas a invertir.
Para esto es que muchos deciden formarse a través de libros y cursos. En lo personal, me han resultado de mucha utilidad libros en los que grandes inversores cuentan su experiencia (libros de Peter Lynch a la cabeza). En cuanto a los cursos hay que tener ciertos recaudos. Hay muchos dando vueltas y resulta difícil identificar cuál será realmente útil. Mi consejo aquí es que busques los cursos de aquellos que su actividad principal sea invertir o realizar asesoramiento en inversiones, no que simplemente se dediquen a dar cursos.
Este conocimiento adquirido te permitirá poder identificar vos mismo las herramientas que vas a poder utilizar para invertir tu dinero. Aquí generalmente se realiza una apertura en un bróker online y sos vos mismo quién ejecuta las órdenes en función a los análisis y research a los que hayas accedido (si esta es tu forma de inversión, podemos ayudarte con información y asistencia si completas este formulario.
Buscar un asesor financiero
Hay muchos que dicen la frase “Nadie va a administrar tu dinero mejor que vos”. La realidad es que si yo tengo un problema del corazón prefiero buscar un cardiólogo.
Si no dispongo del tiempo para darle un seguimiento a mis inversiones o si mi tiempo me reditúa más dedicándome a la actividad para la cual me he formado, es muy aconsejable buscar a un asesor financiero para que se encargue de administrar tu dinero: Un profesional de tu confianza que vele por tus intereses y administre tu dinero mejor que vos.
En otros países, así como tenés a tu contador de confianza, tu abogado, escribano, psicólogo, productor de seguros, peluquero, etc. también tienen a su asesor financiero. Es un vínculo que se construye a lo largo de los años. Tengo clientes que han llegado a decirme que sé de sus finanzas más que su esposa o esposo.
Pero en el caso de que este último sea tu forma de empezar a invertir es muy importante que entiendas que delegar la administración de tus inversiones en un tercero no significa que debas desentenderte en un 100% de ellas. Por más confianza que le tengas a tu asesor hay algunas tareas que tenés que realizar.
La primera de ellas es, antes de empezar a invertir con él, verificar que se trate de un agente matriculado. La Comisión Nacional de Valores es la entidad que regula a los agentes de bolsa y lleva un registro de los agentes matriculados. Verificar que tu asesor esté allí es algo que te lleva no más de 2 minutos y que te da la seguridad de que contás con las protecciones del mercado de capitales (que los títulos permanecen a tu nombre, el retiro a través de cuentas espejo, entre otras).
Por otra parte, es muy importante que seas honesto a la hora de plantearle a tu asesor tu perfil de inversión ya que estas serán las indicaciones que le estás dando para que pueda identificar con su conocimiento profesional cuáles son las herramientas que mejor se adaptan a tus necesidades.
En próximas columnas te estaremos compartiendo una serie de tips a la hora de elegir tu asesor.
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
Disclaimer
Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
En un país en dónde cumplir el sueño de la casa propia es cada vez más difícil, hay una creencia generalizada de que el dinero que se paga de alquiler es plata tirada a la basura.
Que la última ley de alquileres no trajo ninguna solución sino más bien problemas no es nada nuevo. Frente a la incertidumbre que genera, cada vez más propietarios deciden retirar del alquiler sus inmuebles y ponerlos a la venta.
Por el lado de los inquilinos, la suba anualizada que ya supera el 60% hace que se haga muy difícil de afrontar ese aumento repentino (aunque conocido) en el gasto de vivienda de un presupuesto familiar. Ni que hablar de las garantías exigidas, comisiones inmobiliarias y depósitos en garantía que se piden. Todo esto se resume en una simple frase: la falta de confianza y seguridad jurídica.
Y situaciones como estas hacen que la mayoría de las personas busquen salir de la situación de inquilino y que piensen que el dinero abonado en alquiler es definitivamente un dinero que tiran a la basura.
¿Es esto realmente así?
Emociones por un lado, finanzas por el otro
Desde el punto de vista emocional no hace falta darle muchas vueltas para ver la conveniencia de volverse propietario: no tener que mudarse, la seguridad de la permanencia en tu casa más allá del vencimiento del contrato, no tener que lidiar con inmobiliarias/propietarios y sus ocurrencias para darte la propiedad en alquiler.
Si la decisión viene por el lado emocional, no hay mucho por discutir.
Sin embargo, cuando vamos al punto de vista financiero la balanza se revierte.
Partamos de la premisa de alguien que tiene el dinero para poder comprar su propiedad y que analizará si le conviene ser propietario o inquilino/inversor.
¿Qué es esto de inquilino/inversor? Ahora te lo explico.
Esta persona dispone digamos de un capital de USD 100.000 para realizar la compra de su casa. Esto le permitirá ahorrar anualmente aproximadamente USD 2.000 de alquiler que dejaría de pagar.
Hoy nos encontramos en pisos históricos en materia de rendimientos según los especialistas del sector inmobiliario: en torno al 2% anual versus promedios históricos más cercanos al 5%.
Sí, sé que en pesos los incrementos de los alquileres han sido muy fuertes para los inquilinos. Pero el inversor mide su rentabilidad en dólares respecto del capital invertido. Y es allí donde el valor hoy está en pisos históricos.
Y para llegar a ese 2% es una simple división: Alquiler / Precio del Inmueble.
Para salir del 2% y volver al 5% histórico tiene que darse una fuerte suba de los alquileres en dólares, una fuerte caída de los precios de los inmuebles o un mix de ambos. En cualquiera de estos escenarios, queda claro que demorar la decisión de ser propietario es conveniente: los alquileres en dólares bajos o las propiedades que deben caer de precio.
El principal problema por el que mucha gente teniendo el dinero para comprar su casa afirma que el alquiler es tirar la plata y se decide por comprar aún en este escenario es por la falta de educación financiera y de no conocer las opciones que existen hoy para invertir ese dinero y que le permita cubrir el gasto del alquiler.
Hagamos la comparación entre comprar la casa y ahorrarse el alquiler, o invertir en una cartera de Obligaciones Negociables que rinda 6% anual (hay empresas en Argentina que rinden bastante más que eso pero pensemos en un inversor conservador).
En este caso los escenarios serían los siguientes:
Como los números muestran, a pesar de pagar el alquiler, el inquilino/inversor al final del año tiene un patrimonio mayor.
Alguno podría cuestionarme que estoy simplificando la realidad al considerar que tanto la propiedad como las obligaciones negociables mantienen su precio y sólo consideramos el efecto de los intereses. Y esto es cierto.
Las propiedades también bajan de precio
Muchas veces la gente piensa que los instrumentos de la bolsa varían su cotización pero los inmuebles no. Bueno, basta con mirar el siguiente gráfico de “Reporte Inmobiliario” para observar las variaciones de precio (y fuertes caídas en los últimos años) que han tenido los inmuebles:
Como contraposición, las obligaciones negociables son deuda de empresas que al final me devuelven un número cierto de capital, por lo que esa variación de precio es sólo si necesito venderlo al medio, pero si puedo esperar a su vencimiento (puede ser a 1 año,2 años, etc. debo buscar el que se condiga con mi horizonte de mi inversión) no corro ese riesgo.
¿Y los créditos hipotecarios? ¿Conviene comprar una casa con crédito hipotecario o seguir alquilando? Eso es ya material para otra nota. Si te interesa que escribamos una nota analizando escribinos un comentario a esta nota y lo haremos.
Dar el salto para pasar de ahorrista a inversor es uno de los pasos más importantes que podés dar en tu vida financiera. Al igual que en tu trabajo, en alguna actividad física, una dieta, tu salud o en cualquier otro aspecto de la vida, es algo que mostrará pequeños resultados al comienzo pero con disciplina e incluso recibiendo un buen asesoramiento, generará resultados impresionantes con el paso de los años.
Para ayudarte con ese paso es que estamos abriendo gratuitamente el acceso al curso de ahorrista a inversor al que podés ingresar haciendo clic aquí.
Matías Daghero
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Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
A diferencia de lo que nos han enseñado, no alcanza con ahorrar para tus finanzas, sino que tenés que dar un paso más.
Quizás afirmar que ahorrar es algo malo sea un poco polémico, aún más si te digo que al ahorrar estás perdiendo dinero.
Pero antes de explicarte cómo perdés dinero al ahorrar, dejame aclararte algo antes. Con esto no te estoy diciendo que tenés que salir corriendo a sacar todo el dinero que tenés ahorrado y gastarlo. Gastarte el 100% del dinero que cobrás es mucho peor que ahorrar.
Dicho esto, veamos por qué al ahorrar perdemos dinero. Y acá hay básicamente dos motivos: la inflación y el costo de oportunidad.
La inflación se está disparando en Argentina, con números cercanos al 6% mensual. Y en el mundo también está en niveles récord. Eso es como un reloj de arena que te va comiendo tu capital poco a poco, así tengas dólares. La inflación es un número muy importante para todos los ahorristas ya que se trata del valor mínimo que debemos conseguir con nuestras inversiones. El número mínimo que debemos obtener para que no nos tape el agua. Si simplemente dejás los pesos o dólares en una cuenta bancaria o debajo de tu colchón, estás perdiendo dinero. No hay escapatoria, nadie ganó dinero al quedarse con dólares en el colchón. Es 100% seguro que vas a perder poder adquisitivo.
A su vez, el segundo motivo por el cual ahorrar es perder dinero es que ese mismo dinero invertido te hubiera podido brindar un rendimiento. Por ejemplo, si en lugar de haber estado simplemente en una caja de ahorro a la vista, ese dinero lo hubieras colocado en un plazo fijo (es una muy mala inversión ya que perdés contra la inflación, pero es mejor que no hacer nada), hubieras obtenido una tasa de interés a cambio. Ni hablar de si lo invertías en alternativas realmente rentables como las que podés conseguir en el mercado de capitales (a diferencia de lo que sucede en un plazo fijo con tasa real negativa).
¿Qué diferencia hay entre ahorrar e invertir?
Llegado este punto quizás te estés preguntando cuál es la diferencia entre ambos.
Bueno, ahorrar es simplemente guardar tu dinero. Tener la disciplina de separar una parte de tus ingresos, pero luego no hacer nada con ellos. Dentro de esta categoría también queda incluido el hecho de comprar dólares y guardarlos en el colchón.
Supongamos que guardás USD 10.000 abajo del colchón. Al cabo de 10 años (si sos ahorrista claramente este tiempo te resulta una eternidad) a lo sumo seguirás teniendo esos mismos USD 10.000.
¿Cómo que a lo sumo?
Es que guardar el dinero abajo del colchón también tiene sus costos. Y no hablo del costo de oportunidad ni el inflacionario. Me refiero a costos concretos como el pago de una caja de seguridad o el costo impositivo de declarar ese dinero todos los años en bienes personales. Y si lo tenés en tu casa, estás pagando el costo de arriesgar tu seguridad y la de tu familia. No vale la pena para encima no ganar nada.
En cambio, al invertir tu dinero lo que buscás es multiplicar tu dinero. Esos mismos USD 10.000 invertidos a la tasa histórica del S&P 500 (9%), serían USD 10.900 en un año. ¿Te parece poco esa diferencia? Lo veamos ahora en un plazo más largo.
Recién te decía que, si “ahorrabas” solamente guardando USD 10.000 por 10 años, transcurrido ese tiempo a lo sumo tendrías esos mismos USD 10.000 (si no pagabas caja de seguridad ni impuestos). En cambio, “invirtiendo” tu dinero a esa misma tasa que nos dio USD 900 en un año, al cabo de 10 años tendrías en tu cuenta USD 23.674.
Quizás pienses que estoy exagerando. Dirás: “Ok Matías, entendí el punto, pero USD 900 por 10 años es igual a USD 9.000. Si a eso le sumo los USD 10.000 que ya tenía me da USD 19.000 y no los USD 23.674 que mencionás”.
Bueno, dejame decirte que los USD 23.674 son correctos. ¿Por qué? Por el efecto del interés compuesto. El segundo año, ya no son USD 10.000 los que estás invirtiendo, sino que se suma el resultado del primer año: los USD 900.
De esta manera, con cada año que pasa es mayor el dinero invertido a pesar de que no hayas “ahorrado” más. Por supuesto que para activar el poder del interés compuesto en tu portafolio tenés que invertir. Cada año que pasa sin que lo hagas, le estás quitando la oportunidad de hacer su trabajo para tu cartera.
Y ni hablar si el ejercicio que hacemos es de que todos los años aportes USD 10.000 más:
En este caso, la diferencia a los 5 años ya es notoria: invirtiendo tenés un 30% más que ahorrando. Y ni hablar a medida que los años transcurren. Claramente el cálculo no es tan lineal y en el medio habrá volatilidad, pero la diferencia en el largo plazo es sustancial.
Un país de ahorristas, pero sin inversores
Como asesor financiero algo que me toca ver a diario es la dificultad que tiene la gente para poder hacer el clic mental para pasar de ahorrista a inversor.
“No puedo no disponer de mi dinero por más de un año”, “Soy muy conservador, no me siento seguro si en algún momento mi dinero es menos de lo que tengo ahora” son algunas de las frases que suelo escuchar.
Y esto hace nuestro país se caracterice por un montón de personas que en lo único que piensan es en comprar dólares. Es que claro, cuando te digo que ahorrar es perder dinero asumo que no estás solamente dejando tus pesos en la cuenta bancaria. Acá también incluyo a las personas que compran dólares.
¿No me creés? Disparadas del dólar como la que estamos viviendo ahora hacen que mucha gente piense que simplemente con comprar dólares estás invirtiendo y ganándole a la inflación. Pero cuando ampliás el horizonte verás que si solamente conservaste los mismos dólares, hoy comprás menos cosas que hace 15 o 20 años.
Y esto solo mirando el efecto inflacionario, no te olvidés del costo de oportunidad. Esos mismos dólares que solamente guardan debajo del colchón hoy serían muchos más si hubieran sido invertidos en empresas como Apple, Microsoft o Mercado Libre, por citar algunos.
Dar el salto para pasar de ahorrista a inversor es uno de los pasos más importantes que podés dar en tu vida financiera. Al igual que en tu trabajo, en alguna actividad física, una dieta, tu salud o en cualquier otro aspecto de la vida, es algo que mostrará pequeños resultados al comienzo pero con disciplina e incluso recibiendo un buen asesoramiento, generará resultados impresionantes con el paso de los años.
Para ayudarte con ese paso es que estamos abriendo gratuitamente el acceso al curso de ahorrista a inversor al que podés ingresar haciendo clic aquí.
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