En momentos de mercados bajistas, es natural que el miedo se apodere de los inversores. Pero, ¿qué significa realmente este tipo de mercados y qué oportunidades surgen para tus finanzas?
Luego de varios intentos, finalmente el índice S&P 500, que nuclea a las principales empresas de los Estados Unidos, entró en terreno de mercado bajista. Eso quiere decir una baja de más del 20% en su precio.
Este término, mercado bajista o bear market como se lo conoce en inglés, suele generar un gran temor en los inversores. Una reacción natural que a veces se da es querer salir rápido para evitar bajas mayores. Por supuesto, quién va a querer ver bajas en el precio de sus activos. No hacer nada en días de pantallas rojas es algo que requiere nervios de acero.
Y animarse a empezar a invertir en momentos de este tipo de bajas parece un deporte de riesgo.
Pero si tuvieras que comprarte una nueva computadora, ¿preferirías hacerlo cuando está subiendo su precio o en un día de liquidación?
La fortuna favorece a los audaces
Un estudio de Mackenzie Investments analizó los mercados bajistas y alcistas que se dieron en el S&P500 desde 1942 a la fecha. El gráfico de abajo muestra el tiempo que pasó el mercado en cada tendencia y los retornos obtenidos en cada caso.
Fuente: Mackenzie Investments
Lo primero que salta a la vista es que el mercado pasa mucho más tiempo en tendencia alcista que bajista. Si esperás el tiempo suficiente, las acciones volverán a subir. No hay más que salir a la calle de un país como Estados Unidos para ver que tarde o temprano ese crecimiento e innovación se reflejarán en el crecimiento de las acciones.
Si analizamos la historia, el promedio de duración de los mercados bajistas desde 1928 ha sido de 289 días (unos 9,60 meses), de acuerdo con datos de Seeking Alpha. Por supuesto que existe un rango, desde mercados bajistas cortísimos como el de la crisis de marzo 2020 a otros más largos como el que se dio en la burbuja de las puntocom. Es imposible saber cuánto durará el mercado bajista actual, que ya lleva 6 meses.
Pero hay algo que todos estos mercados bajistas tienen en común: no duran para siempre. Y pueden brindarte oportunidades de compra inigualables. La realidad es que, si invertís a largo plazo, lo mejor que te puede pasar es entrar en momentos de caída. Pero es en esos momentos en los que más cuesta entrar. Y si estás pensando en esperar el mínimo para comprar, nadie puede predecir con certeza cuánto más bajará el mercado.
Lo que sí sabemos es que se gana mucho más con las subas de los mercados alcistas (un promedio de 165% desde 1942) que lo que se pierde con los bajistas (un promedio de 34% desde 1942).
Una estrategia que se puede usar en estos casos es tener un plan de inversión que te permita ir armando tu cartera a distintos precios, de forma de ir promediando los precios de compra. En Argentina lo podés hacer a través de los Cedears, que te permiten invertir en acciones del mercado norteamericano en pesos desde montos muy bajos. Es fundamental que antes de hacer cualquier inversión tengas en cuenta tu perfil y horizonte de inversión. También podés buscar el asesoramiento de un profesional idóneo que te ayude a identificar las mejores opciones para tu perfil.
Otro punto importante es saber que este tipo de análisis aplican para acciones de una economía desarrollada y próspera como de la Estados Unidos, en la que constantemente surgen empresas innovadoras en las que podés invertir y hacen que esa tendencia alcista se haya mantenido por tanto tiempo.
No intentes hacer esto con acciones argentinas, ya que no tienen un historial de crecimiento a largo plazo parecido. Esto tiene mucho sentido ya que las acciones son un espejo de la economía de un país y a largo plazo sólo se pueden mover de la misma forma en que mueve la economía.
Hay una sola verdad en el mercado y es que, si estás invertido por un plazo lo suficientemente largo, vas a experimentar un mercado bajista. Quien te diga que encontró la forma de anticipar este tipo de mercados te miente. Esto ha pasado anteriormente y tené la certeza de que volverá a ocurrir. Poder aprovechar las oportunidades que surgen en estos contextos te dará el impulso para construir tu patrimonio.
Matías Daghero
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Disclaimer
Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Quienes tienen cierto conocimiento financiero, pueden llegar a sentirse a salvo de caer en estafas piramidales. Pero hay veces que no existe opción al respecto y todos estamos obligados a participar de ella. ¿Existe una alternativa mejor?
En los últimos tiempos han surgido muchos falsos esquemas de inversión que resultaron ser estafas piramidales. Lamentablemente, muchas personas han perdido su dinero en esas estafas financieras. Por eso es más importante que nunca tener las herramientas para identificarlas.
Pero lo que no se suele pensar es en la mayor estafa piramidal de todas, en la que casi todos hemos caído: el sistema jubilatorio. Con la suba en la esperanza de vida y la caída en la natalidad, los sistemas jubilatorios tienen unas perspectivas cada vez más complicadas en todo el mundo.
El sistema de reparto, que se presenta como basado en la solidaridad, tiene todas las características de una típica estafa piramidal. Los fondos de nuevos aportantes no se invierten de forma de construir un capital que permita darles sustentabilidad a las jubilaciones de futuras generaciones, sino que se gastan en el momento. Es decir, el sistema sólo se sostiene por los nuevos aportantes. Si cualquiera de nosotros ofreciera esto como esquema de inversión, iría a la cárcel.
Además aportar al sistema jubilatorio en la actualidad es obligatorio. Por lo menos quienes impulsaron diversas estafas piramidales no obligaban a sus aportantes a contribuir a las mismas.
O sea que tenemos un ahorro forzoso para cobrar una jubilación bajísima que ni siquiera sabemos si estará cuando nos toque retirarnos. Cuando se habla de este tema, se suele pensar que el sistema de reparto es la mejor alternativa, que sino es imposible generarse una jubilación digna, que es mejor dejar que el Estado se ocupe de darnos a todos una jubilación cuando nos toque retirarnos.
Pero ¿es esto así?
Bueno, los números parecen contar una historia diferente. Dejame que te lo muestre con un ejemplo.
Supongamos que hoy alguien tiene un sueldo bruto mensual de 100.000 ARS. Luego de los descuentos de ley quedan 83.000 ARS de bolsillo. Lo que muchas veces no se ve es que uno de esos descuentos es el de aporte de jubilación, que es del 11%, o sea 11.000 ARS al mes. Además, la empresa tiene que pagar como parte de las contribuciones de jubilación un 17% adicional, es decir, 17.000 ARS al mes.
Tené presente que estás dejando gran parte de tu sueldo todos los meses en concepto de pago para tu futura jubilación. Y no tenés elección al respecto. Imaginate por un momento si pudieras disponer de ese dinero y armar tu propio plan de retiro. ¿Qué jubilación podrías llegar a tener?
Te muestro abajo un cuadro que resume cuánto podrías llegar a cobrar de jubilación, sólo con tu aporte o con aporte más contribuciones (si bien se piensa que a las contribuciones las paga el empleador, no te confundas, son parte del costo laboral y si fueran menores probablemente redundaría en mejores sueldos).
A su vez, se consideró un periodo de aportes de 30 años que es el que se pide actualmente como mínimo para jubilarte y también de 35 o 40 años dado que si comenzaras a trabajar a los 25 sería realista poder sumar 35 o 40 años de aportes.
Se tomó como rendimiento un 7% anual en dólares (convirtiendo los fondos mensuales a dólares) como criterio conservador dado que el rendimiento histórico del S&P 500 es del 9% anual.
Ahí vemos que sólo con tu aporte de 30 años, llegarías a una renta mensual de USD 350. Si sumamos la inversión total en jubilación, se llegaría a USD 858. Y ni hablar si se contribuye al plan de retiro por unos años más, sumando sólo 5 años más a tu retiro, la renta sube casi un 50%. Y si se ahorra por 40 años en vez de 30, se duplica el monto a cobrar en tu retiro.
Claramente hoy no existen incentivos a aportar por más años porque no va a reflejarse en una mejor jubilación. Pero vemos que esos años extras hacen una gran diferencia si tomáramos nuestro retiro en nuestras propias manos.
Como están dadas las condiciones hoy, no existe más opción que contribuir al régimen de reparto. Lograr un cambio es una decisión política y social. Pero hay que ser conscientes el valor que realmente tienen esos fondos y lo que podríamos obtener con un plan de inversión inteligente: un retiro tranquilo y feliz.
Matías Daghero
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Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
El cobro del aguinaldo muchas veces funciona como un adicional que nos permite darnos algún gusto o hacer frente a gastos inesperados. Hoy te cuento cómo hacer para generarte un aguinaldo extra todos los años.
En junio y diciembre de cada año llega al bolsillo la sorpresa del aguinaldo. En realidad, no es una sorpresa porque ya sabés que lo vas a cobrar, pero mentalmente se suele tener a ese dinero como un extra, sin un destino fijo.
Pensá en si recibieras un sueldo extra más todos los años. Es decir, cobrar dos aguinaldos en vez de uno solo. Me dirás que sería muy lindo esto pero que no va a pasar.
¿Y si te dijera que es posible llegar a eso por tu cuenta?
Cómo activar el multiplicador de tu aguinaldo
Con muy poco esfuerzo es posible que llegues a ese objetivo. Suelo escuchar a las personas decir que no tienen dinero para invertir porque sus gastos les ocupan todo su sueldo. Pero el aguinaldo por lo general no tiene una asignación específica. Y eso lo convierte en el punto de partida perfecto para obtener esa renta extra.
Si sólo lograras ahorrar tu aguinaldo y lo fueras invirtiendo cada año al 8% anual, llegarías a generarte un aguinaldo adicional en 9 años. Es decir, a partir del año 9 cobrar dos aguinaldos en vez de uno sin realizar ningún aporte adicional.
Tené presente que esto asume que no podés ahorrar ni un centavo más que tu aguinaldo. Para quien logre ahorrar un 5% mensual de su sueldo, ya en poco más de 6 años podrías tener tu propio aguinaldo extra. Y si lograras llegar al 10% o 20% de ahorro mensual, ya serían necesarios entre 3 y 4 años únicamente. Te lo muestro abajo con un cuadro:
Fíjate que no asumí objetivos de ahorro muy ambiciosos, que obviamente acortarían mucho los plazos. Solamente con el aguinaldo o sumando pequeñas porciones de tu sueldo, incluso con un 5%, podrías allanarte el camino para llegar al objetivo de tener una renta equivalente a un aguinaldo adicional cada año.
La tasa de rendimiento de referencia fue del 8% ya que la rentabilidad histórica del índice S&P 500, al que podés acceder desde Argentina a través de los Cedears, es del 9% anual. Este índice nuclea a las principales empresas de los Estados Unidos lo cual lo convierte en una excelente opción para invertir en las empresas de la mayor economía del mundo. Hay que tener presente que se trata de acciones por lo que van a tener cierta volatilidad en sus cotizaciones.
Para perfiles que prefieran instrumentos de renta fija, con mayor previsibilidad, también existen alternativas interesantes en Obligaciones Negociables que pagan renta en dólares billete con rentabilidades entre 7% y 10% de acuerdo con la empresa y al perfil del inversor. Las mismas también se pueden comprar con pesos y te permiten cobrar rentas en dólares billete.
Por supuesto, antes de invertir en cualquier instrumento es necesario que consideres tu perfil y horizonte de inversión. En esto un Asesor Financiero puede ayudarte, contactanos haciendo clic aquí.
Más allá del análisis que cada uno debe hacer previo a realizar cualquier inversión, sí te puedo dar una sugerencia respecto a lo que no hacer. No es recomendable colocar este dinero que vayas ahorrando en plazo fijo ya que los mismos tienen un rendimiento muy por debajo de la inflación, generando un daño al poder adquisitivo de tu capital. Con las tasas en pesos subiendo, es tentador porque parece que obtenés cada vez más rendimiento, pero la realidad es que la historia muestra que quien invirtió en plazo fijo siempre terminó viendo licuado el poder de compra de su capital.
La gente subestima lo que es posible lograr financieramente con un poco de tiempo y paciencia. Empezando sólo con tu aguinaldo podés generarte una renta adicional todos los años y potenciarla aún más si conseguís ahorrar, aunque sea un poco de tu sueldo mensual.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
El dinero suele ser un tema difícil de conversación en las familias. Pero no podés dejar la educación financiera de tus hijos en manos del gobierno o la escuela.
Todos los padres quieren lo mejor para sus hijos. Esto no significa que tengan la ropa más cara o los juguetes más sofisticados. No, lo que significa es que querés que estén seguros y tengan una buena vida. Y las enseñanzas de los padres son lo que más influye en el futuro de un hijo.
A veces cuesta hablar de dinero y más con los niños. Nos parece un tema feo y aburrido del cual no deben preocuparse aún. Pero, al igual que la educación académica y en valores, es fundamental para sentar las bases de una vida feliz.La empresa T. Rowe Price realiza una encuesta anual sobre la relación entre los padres, sus hijos y el dinero. Uno de los hallazgos que suelen encontrar es que más de la mitad de los niños desearían que sus padres les enseñaran más sobre el dinero.
Pero la mitad de los padres plantean que les cuesta mucho hablar con sus hijos de temas financieros. Esto es entendible y probablemente en Argentina, país de constantes crisis económicas, el número sería mucho mejor. Es complicado hablar de temas de dinero en un país con una pobreza mayor al 50%. Sin embargo, eso lo hace aún más necesario.
¿Cómo hacemos para romper el hielo con nuestros hijos?
• Empezá a una edad temprana: se puede empezar a hablar de dinero con los niños mucho antes de lo que pensamos. Ya cuando van al jardín se puede comenzar a hablarles de qué es el dinero y cómo se usa para intercambiar por cosas que necesitamos. Es fundamental comenzar antes de los 7 años porque el research muestra que a esa edad ya se formaron actitudes y hábitos sobre el dinero.
• Ayudalos a tomar decisiones de compra inteligentes: darles cierto dinero que ellos puedan administrar los ayuda a establecer prioridades y a aprender de sus errores. La idea es que este dinero venga con ciertas responsabilidades. Por ejemplo, si a un adolescente le das un presupuesto para sus salidas con amigos te evitás las discusiones y pedidos constantes de dinero. Y si se lo gasta todo el primer fin de semana y se queda sin fondos para el resto de las salidas del mes, lo va a ayudar a aprender a pensarlo bien la próxima vez.
• Inculcales el hábito de ganar su propio dinero y de ahorrar: además de ahorrar parte del dinero que reciban, a partir de cierta edad ya podés darles oportunidades de ganar su propio dinero haciendo trabajos en la casa o para familiares. La idea no es pagarles por las notas del colegio o responsabilidades lógicas como tender su cama, pero sí por tareas adicionales (lavar el auto, cortar el pasto, etc.). Además, pueden explorar la posibilidad de vender algo o prestar algún servicio con el que puedan ganar sus primeros ingresos propios, lo que generará gran satisfacción.
• Mostrales cómo el dinero puede crecer: en algún momento tus hijos van a querer comprarse algo que supera sus posibilidades actuales de ahorro. Esa es una oportunidad excelente para hablar de la inversión y del poder que esta tiene para mejorar nuestro patrimonio.
Podés empezar enseñándoles que la inversión permite a las empresas y al mundo crecer y desarrollarse. Todo lo que vemos, edificios, plazas, caminos, etc, son posibles porque alguien invirtió capital para poder hacerlos reales.
Una idea para hacerlo más real es regalarles en los cumpleaños, además de algo que les guste, un Cedear de una empresa que ellos conozcan, como Disney, Mc Donalds o Coca Cola.
Es que el poder de empezar a invertir a una edad temprana no debe subestimarse. El siguiente cuadro muestra cuánto demorarías en llegar al millón de dólares invirtiendo mensualmente a una tasa del 7% anual (la tasa histórica de rendimiento del S&P 500 es del 9%).
Fuente: logicaldollar.com
En el gráfico se ve que si invertís USD 100 al mes, vas a demorar 60 años en llegar al millón de USD. Una persona que empezara a los 25 recién llegaría al objetivo a los 85 años. Eso hace que mucha gente piense que es una meta inalcanzable. Pero pensá si empezás a hacerlo para el retiro de un hijo o nieto recién nacido, podría llegar a los 60 o 65 años.
• Sé un modelo de buena conducta financiera: es fundamental en todos los casos predicar con el ejemplo. De nada sirve que les hables a tus hijos de buenos hábitos de ahorro y que te vean gastar todo tu dinero en cosas innecesarias. Se suele decir que tus hijos a veces no te escuchan pero que no te preocupes porque siempre te están mirando.
Muchas veces nos concentramos en que nuestros hijos tengan acceso a la mejor educación académica. Pero el rol de la familia no se puede reemplazar en lo que es la educación financiera. Es un tema de valores y tomar decisiones sobre lo que es importante para nosotros. Acompañar a tus hijos en ese camino les dará una ventaja para su futuro.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Warren Buffet dice que el momento de ser codicioso es cuando los demás son temerosos. ¿Tiene sentido esto en el momento actual?
El arranque de este año ha sido uno de los peores de la historia para los mercados. Incluso si vemos la cantidad de semanas consecutivas de baja, ya llevamos 7 semanas seguidas, lo cual es una de las mayores rachas negativas de la historia.
Estas situaciones hacen que uno se cuestione como inversor y pierda la confianza en sus decisiones. Es como como cuando un equipo de fútbol viene perdiendo y no logra buenos resultados. Llega un punto que los jugadores salen a la cancha sintiéndose derrotados y esto se convierte en una profecía autocumplida.
Pero… ¿se ha comportado así la bolsa?
El siguiente gráfico compartido por Charlie Bilello muestra las peores rachas de semanas consecutivas de bajas del S&P 500 y qué pasó con los rendimientos posteriores en distintos períodos de tiempo:
El campeón de las remontadas
En el gráfico anterior podemos ver que el S&P 500 se puede considerar el campeón de las remontadas. Al cumplir un año de este tan mal comienzo, en más del 73% de los casos el retorno obtenido por el inversor es positivo. Y si lo vemos a los 3 y 10 años, ya son 87% los casos en que quien se animó a invertir en ese mal momento ganó dinero. Sin duda, un equipo por el que vale la pena apostar. Y el momento de hacerlo, como dice Warren Buffett, es cuando los demás son temerosos.
Un caso famoso de aplicar esta enseñanza es el John Templeton, que salió a comprar acciones baratas el día que comenzó la Segunda Guerra Mundial. Él consiguió ver que se trataba de una oportunidad única y que eventualmente el mercado iba a retomar su sendero alcista. Claramente tuvo razón y continuó un exitoso camino como inversor de valor, fundador de reconocidos fondos de inversión.
¿Adónde podrían estar las oportunidades hoy?
El método que usó Templeton para identificar qué acciones estaban baratas fue muy simple. Compró todo lo que cotizaba a menos de USD 1. Hoy no podemos hacer eso porque el precio nominal de una acción no te dice nada acerca de su valuación. Pero sigue vigente la idea de encontrar acciones de excelentes negocios a buenos precios. ¿Cuál sería una de las formas de hacerlo?
Algo que se suele usar en el mundo de las inversiones es el indicador Precio/Ganancias o Price/Earnings (P/E) en inglés. Este indicador divide el precio de la acción por las ganancias. Es decir, si la empresa cotiza a USD 10 y su ganancia por acción es USD 1, se dice que el P/E es de 10.
Te preguntarás cuál es la importancia de este dato. Bueno, en el largo plazo los precios de las acciones tienen que seguir a las ganancias de las empresas. Si bien puede haber empresas que tengan un precio muy alto en relación con lo que ganan (o directamente tengan pérdidas), en algún momento esto se tiene que revertir. Las empresas para crecer tienen que crear valor para sus accionistas y la mejor forma es con negocios rentables.
Si el P/E de una acción bajó, significa que está más barata en relación con las ganancias que obtiene. Abajo te comparto algunas acciones cuyos P/E han bajado en el último tiempo:
Se destacan acciones como Mercado Libre y Tesla, que han tenido un gran descenso en la relación de precio con sus ganancias. A priori, estarían más baratas que antes.
Por supuesto que esto se trata de un primer indicio para luego analizar mejor cada acción con otros indicadores y de acuerdo con tu perfil de riesgo y horizonte de inversión.
Nunca debés comprar una acción basándote sólo en un indicador o recomendación porque toda inversión conlleva un riesgo y un instrumento que puede ser bueno para un inversor puede no ser adecuado para otro. No hay recetas mágicas en la búsqueda de buenas oportunidades, pero saber aprovecharlas en el momento indicado puede hacer la diferencia en tu patrimonio.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Muchas veces se habla del Bitcoin y otras criptomonedas como un refugio para las crisis, el nuevo oro digital. Pero… ¿se han comportado realmente así?
Si queremos que nuestro dinero esté seguro, se suele pensar tradicionalmente en activos refugio como bonos del Tesoro de los Estados Unidos y el oro.
Pero en los últimos tiempos se empezó a hablar de una nueva categoría de activo refugio: las criptomonedas.
El concepto parece simple, una suerte de oro digital que está fuera del control de gobiernos y bancos y cuya producción no puede ser afectada por guerras o regulaciones estatales.
¿Qué podía salir mal?
Una “stablecoin” no tan estable
En un año como el actual, en el cual los índices accionarios y de bonos están cayendo, en el medio de la guerra y la suba de tasas, parecía haber llegado el momento de las criptomonedas de brillar.
Bueno, casos como el de UST, una de las supuestas “stablecoins”, que tuvo una caída de un impresionante 90%, muestran que no están cumpliendo la función de brindar estabilidad a tu patrimonio.
Imaginate quien puso su dinero en ese activo pensando en tenerlo seguro y de golpe se dio cuenta de que perdió un 90% de la noche a la mañana. Muchas veces se habla de la caída del Nasdaq que acumula un 24% este año, alertando de los riesgos de invertir en acciones tecnológicas. Por supuesto que existen riesgos, pero quien invirtió en acciones de tecnología por lo general es consciente de los mismos.
Eso a veces no pasaba con el Bitcoin porque se venía vendiendo como refugio para las crisis. Abajo te muestro el comportamiento del Bitcoin y el Nasdaq en lo que va del año:
Fuente: elaboración propia en base a datos de TradingView
Ahí se ve que el Bitcoin más que un refugio, parece el Nasdaq potenciado. Muestra una gran volatilidad con caídas aún mayores a las del Nasdaq.
El riesgo es no entender que estás haciendo
Con esto no te estoy diciendo que el Bitcoin no puede considerarse una inversión. No quiero que me malinterpretes. Incluso tampoco te digo que el Bitcoin no vaya a subir en su cotización en los próximos meses o años. Lo que te estoy diciendo es que no tiene el comportamiento de un activo de refugio sino todo lo contrario: un activo de alta volatilidad.
El Nasdaq ha sido una excelente inversión en el largo plazo, pero jamás podría considerarse un refugio. Como dice Warren Buffet, el riesgo es no entender qué estás haciendo.
Le están haciendo daño a mucha gente que entra a inversiones arriesgadas como el Bitcoin y otras cripto, y por desconocimiento cree que está poniendo su capital a resguardo seguro. Muchas personas vieron cómo su patrimonio se borraba de un plumazo y afrontan pérdidas que no se habían imaginado. Y tampoco tienen a quien reclamarle porque se trata de un mercado descentralizado y no regulado.
Por eso es clave tener los conceptos claros. Alguien con una correcta educación financiera no pensaría que un activo que ofrecía “un plazo fijo seguro al 20% anual en dólares” era libre de riesgo.
La inversión en cripto no tiene las bases ni la trayectoria para considerarse un refugio seguro y con estos últimos acontecimientos quedó más que demostrado. Es como si te dijera que el plazo fijo en pesos de un banco te va a hacer quintuplicar el poder adquisitivo de tu capital. Con tasas reales que han sido históricamente negativas, eso simplemente no es posible.
De la misma manera, el Bitcoin ha mostrado el comportamiento de un activo de alto riesgo en el que no es aconsejable poner más que una pequeña porción de tu capital que puedas permitirte perder totalmente, porque perder todo tu capital es una posibilidad real.
Eso difícilmente te pase invirtiendo en índices como el Nasdaq que nuclea a las principales empresas tecnológicas en los Estados Unidos. Podés experimentar caídas y volatilidad, pero nunca el índice de todas las empresas tecnológicas pasará a valer cero. Detrás hay negocios reales que todos usamos y necesitamos. Empresas como Google, Apple, Facebook y Microsoft se han visto golpeadas este año en sus cotizaciones, pero nadie se imagina un mundo sin sus productos.
Con esto no te estoy diciendo que salgas a comprar Cedears de estas empresas, pero sí que pueden existir oportunidades interesantes en el sector tecnología y que aprovechar ese tipo de oportunidades pueden hacer la diferencia en el largo plazo, siempre teniendo en cuenta tu perfil de inversión.
Dicen que la experiencia es el mejor maestro. Podemos estudiar mucho de las bondades y riesgos de cada activo, pero en estos momentos es cuando se ven las cosas más claras lamentablemente perdiendo mucho dinero. Se puede definitivamente entender que quedan pocos refugios seguros en el mundo y el Bitcoin no es uno de ellos.
Matías Daghero
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Disclaimer
Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
En los momentos de caídas del mercado siempre aparecen malas noticias que los justifican y hacen que parezca una buena decisión quedarse fuera del mercado. Hoy te cuento cuáles son los mejores motivos para no invertir.
Si buscamos un buen momento para invertir parece que nunca va a llegar. Es como empezar la dieta, siempre vamos a encontrar un motivo por el cual es mejor empezar el próximo lunes. Es que a los seres humanos nos cuesta mucho salir de nuestra zona de confort. Y con todas las malas noticias del mundo al alcance de la mano, hay abundancia de motivos para no invertir.
Ahora el motivo de moda suele ser la guerra en Ucrania, la amenaza de la suba de tasas o el fantasma de la inflación. Entonces nos quedamos esperando a que llegue un buen momento para invertir. Pero… ¿es cierto que hay que evitar invertir en medio de las crisis?
El mercado es invencible
La historia muestra que siempre habrá alguna crisis o conflicto en el planeta por el cual preocuparse. Nunca existió ni existirá un momento en el cual no haya problemas en el mundo. Lo que es más dudoso es si esto realmente es un problema para nuestras inversiones en el largo plazo. Para responder a esta pregunta, un estudio de JP Morgan mostró el rendimiento acumulado del S&P 500 desde algunas de las más famosas crisis que se atravesaron en los últimos 25 años:
Ahí vemos una variedad de crisis y guerras. Lo que tienen en común todas es que el mercado siempre se recuperó, nunca ha pasado algo que haya provocado una caída irremontable.
Pensemos en la famosa burbuja de las puntocom en la cual empresas sin ninguna perspectiva ni modelo de negocios estaban por las nubes.
Quien hubiera invertido en el peor momento de la burbuja llevaría ganado un 368% acumulado. Es decir, hubiera convertido USD 1.000 en nada menos que USD 4.680. Lo mismo pasó con el ataque del 11 de septiembre de 2001, que cambió la forma en que estaba organizado el mundo pero que tampoco afectó los rendimientos de inversores a largo plazo que llevarían ganado un 415%.
La lista muestra guerras, pandemias y crisis financieras pero lo que tienen en común es que ninguna fue más fuerte que el mercado.
Siempre va a aparecer quien te diga que esta vez será diferente, que el mundo de hoy tiene otros desafíos. Es que los gurús de las crisis tienen mucha prensa y cuando aparece una crisis te van a decir que ellos la predijeron. Eso pasó mucho en la crisis de las hipotecas de 2008, personas que decían en los medios que ellos habían predicho la crisis. Y era verdad que habían acertado. Lo que no te dijeron es que también predijeron la crisis del 2004, 2005, 2006, 2007 y la lista sigue. Si todos los días estás diciendo que el mercado va a caer, en algún momento vas a tener razón. Hasta un reloj roto da la hora bien dos veces al día.
Por eso es clave elegir bien las fuentes de información y dosificar el tiempo que uno le dedica a las noticias. La noticia más marketinera no suele ser la que más te sirve para elegir tus inversiones. No da tanto rating hablar de empresas con buenos negocios y perspectivas a futuro, pero son esos activos en los que debés focalizar tu cartera.
Estar invertido es la mejor solución
Tomarle el tiempo al mercado es imposible y tiene consecuencias en rendimientos que perdés por no estar invertido. Quien te diga que sabe en qué momento preciso vender y cuándo es el piso de mercado para comprar te miente. Pensá dónde estaba esa persona en febrero 2020 previo a la caída provocada por los confinamientos. Nadie lo vio venir. En las veces que sigue tampoco será diferente.
Podés ver el video de esta nota ingresando a:
No podés controlar ese tipo de acontecimientos, así como tampoco podés controlar lo que hará la Reserva Federal con la tasa de interés ni quien será el próximo presidente de los Estados Unidos.
No es productivo perder tiempo tratando de predecir la evolución de esos temas. Armar una cartera diversificada de empresas sólidas te va a ayudar a animarte a invertir y a dormir tranquilo.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Empezar justo a invertir en un mal momento del mercado puede desalentar a nuevos inversores. Hoy te cuento qué significan esas caídas para que las pongas en perspectiva en tu camino financiero.
Si empezaste a invertir en acciones este año, probablemente has visto que tu portafolio viene cayendo. Es que 2022 ha sido el tercer peor comienzo de año de la historia para el índice S&P 500, que nuclea a las principales empresas de los Estados Unidos ya que acumula una caída del 13%.
Muchas veces se piensa que invertir en bonos brinda rendimientos más estables para inversores conservadores, al ser activos de renta fija. Bueno, este año fue aún más complicado porque los bonos también acumulan una caída del 11%, tal como muestra el siguiente gráfico compartido por Charlie Bilello:
Te preguntarás cómo es posible perder invirtiendo en bonos.
Supuestamente su ventaja es que te dan una renta fija, independientemente de lo que pase. Siempre que el emisor no defaultee, vas a cobrar lo mismo. Esto es cierto, el tema es que, si las tasas suben a nivel global, el mercado va a exigir mayor tasa para prestar dinero a las empresas. Ahí es cuando baja el precio de los bonos porque quien compra esos instrumentos si hace un año estaba conforme con ganar una tasa ahora va a pretender mayor rentabilidad para su capital. Y al no cambiar los pagos de interés la única forma de obtener más rendimiento es que baje el precio del bono.
Para entenderlo más fácil, imaginate que te ofrecen comprar un local comercial que está alquilado a $15.000 por 3 años más por un contrato que viene de antes. Hoy el mismo local se alquilaría a $45.000 pero como no podés aumentar el alquiler la única forma que tenés de obtener la rentabilidad pretendida para comprarlo es conseguir bajar el precio de compra.
Viendo estos escenarios complicados, parecería que lo único que queda es atesorar dólares en el colchón porque perdemos con acciones y bonos y ni hablar con inmuebles. Eso hasta que te acordás que estamos en niveles récord de inflación en dólares.
Entonces, ¿qué hacemos con nuestros ahorros?
Los últimos serán los primeros
Todo esto que te mencioné arriba no debe desalentarte de invertir. Se puede venir remando desde atrás y terminar ganando. En el mundial de Sudáfrica 2010, quizá recordarás que la selección española perdió con Suiza en su primer partido y después terminó ganando el mundial. No hay que quedarse con un solo partido sino ver el camino completo.
Y ahí es cuando resulta útil ver la historia. Si analizamos la evolución del S&P 500 desde el año 1928 el panorama es mucho más alentador. En los casos de grandes caídas en los primeros meses del año, el rendimiento del resto del año ha sido mucho mejor que el promedio: 10% anual versus 4,80%:
Te preguntarás si tiene lógica que pase esto. Si recordás que la bolsa es un reflejo de la economía real, lo razonable es que tarde o temprano las acciones van a acompañar las ganancias de las empresas.
Acá hay una salvedad importante y es que estamos considerando que invertimos en una economía dinámica y en crecimiento como la de Estados Unidos. Si viéramos inversiones en empresas argentinas sería diferente el análisis porque se da el mismo estancamiento que vemos en la economía argentina hace muchos años.
Lo bueno es que hoy podés participar de las ganancias de empresas de Estados Unidos invirtiendo a través de los Cedears que se compran en pesos desde montos muy bajos. Si bien los mismos acompañan la evolución del dólar contado con liquidación, te aconsejo que mires la evolución de estos en dólares porque son activos dolarizados. Esto quiere decir que quien invierte en Cedears debe estar buscando obtener ganancias en dólares y no solamente acompañar la evolución del tipo de cambio.
Armar una cartera diversificada de estas empresas puede ayudarte en este objetivo y reducir la volatilidad de tu cartera.
Podés ver el video de esta nota ingresando a:
https://www.youtube.com/watch?v=JlLsFwrif8c
El tiempo acomoda las cosas en el mercado y las buenas apuestas terminan pagando. Muchas veces se compara a la bolsa con el casino, pero la realidad es que es como un casino al revés. Si en el casino mientras más tiempo estés jugando más posibilidades tenés de perder tu capital, en la bolsa el crecimiento natural de la economía tiende a reflejarse en las acciones. Por eso, si tuviste mala suerte al inicio de tu camino, no te desalientes ya que en la bolsa el tiempo es tu aliado.
Matías Daghero
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Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
En finanzas se suele usar la frase “Buy the dip” para expresar la conveniencia de comprar acciones en medio de grandes caídas de precio. Hoy te cuento cómo identificar cuando realmente es conveniente esa estrategia.
Este año existe gran volatilidad en los mercados y muchas acciones de empresas que habían tenido un gran desempeño en los últimos años se han visto muy golpeadas en sus cotizaciones. Para un inversor a largo plazo, suele ser negocio comprar en momentos de baja. Pero seguramente te suene alguien que compró una acción cuando había caído mucho su precio sólo para verlo caer aún más. Entonces, ¿cómo identificar cuando estamos frente a una verdadera oportunidad?
¿Trampa u oportunidad?
Bueno, lo primero que tenés que saber es que hay distintos tipos de caídas en bolsa.
El primer tipo de caída es cuando la acción cae porque cae todo en el mercado. Este es el mejor tipo de caída porque la acción cae no porque haya algún problema en el negocio sino por algún tipo de crisis global que genera mucho miedo en los inversores. En este caso lo más seguro es que la acción se recupere. Por ejemplo, la caída de marzo 2020 en la cual se desplomaron incluso empresas tan conocidas como Coca Cola y Microsoft. ¿Acaso la gente iba a dejar de tomar Coca Cola o de usar los productos de Microsoft? Claramente no y quienes apostaron por esas empresas vieron revalorizarse su capital.
Otro tipo de caída que se ha visto mucho últimamente es cuando hay problemas en alguna zona geográfica del mundo y eso arrastra a empresas de esos países. Por ejemplo, es lo que ha pasado con acciones chinas y rusas, que se han visto muy golpeadas por riesgos vinculados a las acciones de sus gobiernos. Las acciones chinas como Alibaba están en precios muy bajos comparados con sus máximos históricos si bien se han beneficiado de ciertos rebotes. El caso de la rusa Gazprom es emblemático porque las sanciones han ocasionado que se suspenda su cotización. En este caso es imprescindible analizar cuál sería la exposición de las empresas a este riesgo y moverse con mucho cuidado ya que una buena empresa en un país con problemas puede demorar mucho en recuperarse.
También puede pasar que un determinado sector de la economía esté en baja. Puede ser que sea por un problema estructural que muestre pocas señales de revertirse como por ejemplo la industria de los periódicos o si es algo coyuntural por una situación inesperada como por ejemplo acciones de cruceros o aerolíneas en marzo 2020.
El último tipo de caída y el más difícil de analizar es cuando la acción cae en solitario. Es el peor tipo de caída porque puede reflejar algún problema con el negocio que afecte sus perspectivas a futuro. Pensemos en el desempeño de acciones como Netflix que han caído 67% en lo que va del año. Mayor competencia y pérdida de suscriptores generan dudas sobre su futuro de una acción que supo ser la estrella del mercado.
¿Qué tenemos hoy en liquidación?
Si en el día de hoy quisiéramos comprar acciones con la única condición de que hayan caído mucho de precio desde principios de año, abajo te muestro algunas de las opciones que nos brinda la corrección que ha tenido el mercado:
Si vemos la lista, hay muchas acciones tecnológicas, que habían tenido una gran suba desde marzo 2020.
Como estuvimos viendo anteriormente, que estas acciones hayan caído de precio no quiere decir que sean necesariamente una buena oportunidad de inversión. Antes de salir corriendo a comprarlas, hay que profundizar sobre los motivos de su caída y ver si realmente siguen siendo negocios con potencial.
El caso de Zoom es uno de los símbolos de este cambio de paradigma ya que el retorno a la presencialidad deteriora sus fundamentals. También tenemos a Facebook que generó dudas respecto al verdadero potencial del Metaverso a pesar de seguir siendo un gigante de la publicidad digital, siendo muy castigado en su penúltima presentación de resultados y recuperando una parte de esa caída en la presentación de la semana pasada.
Para quien decida invertir en alguno de estos activos, debe ser a largo plazo y con dinero que no espere necesitar para sus gastos porque aún cuando se termine dando vuelta la baja y la acción vuelva a máximos esto puede tomar mucho tiempo. Armar una cartera diversificada y asesorarse bien marcan la diferencia en tu portafolio.
En todos los casos que te mencioné es posible invertir en estos activos en pesos desde montos muy bajos y desde Argentina a través de los Cedears.
Los grandes inversores de la historia han construido su patrimonio aprovechando caídas de precio para comprar buenas empresas. Pero no toda caída es oportunidad. Tener el criterio de elegir los activos que tienen potencial por sobre los que ya no verán tiempos mejores es una herramienta clave para todo inversor.
Matías Daghero
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Disclaimerhttps://www.youtube.com/watch?v=GYLdsgQJPus&t=1s
Este reporte tiene el solo propósito de brindar información, y en él solo se vierten opiniones respecto de las cuales el usuario o cliente podrá estar o no de acuerdo. Este reporte no constituye una oferta o recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Asimismo, este reporte no tiene en cuenta los objetivos de inversión y/o la situación financiera de ninguna persona en particular, y por lo tanto los instrumentos mencionados en el mismo podrían no ser adecuados para su perfil de inversor. Los asesores financieros pueden ofrecer sus opiniones o perspectivas concernientes a lo apropiado de la naturaleza de determinadas estrategias de inversión; sin embargo, es finalmente el usuario o cliente el responsable último de las decisiones de inversión que adopta, debiendo estar tales decisiones basadas únicamente en sus circunstancias económicas, objetivos financieros, tolerancia al riesgo y necesidades de liquidez personales.
Las inversiones en activos financieros y otros productos conllevan riesgos, incluyendo la pérdida de capital significativa. Los riesgos incluyen, pero no están limitados a: riesgo de tasa de interés, riesgos de liquidez, de tipo de cambio y el riesgo específico de la empresa y/o sector.
Este documento contiene información histórica y prospectiva. Los rendimientos pasados no son garantía o indicativo de resultados futuros. Todos los precios, valores o estimaciones generadas en este reporte (excepto aquellos identificados como históricos) son con fines indicativos. Todos los datos y manifestaciones utilizados en este reporte (incluyendo, sin limitación, expresiones tales como «Comprar” /»Compra»/»Mantener»/»Venta»/»Vender», etc., en adelante las “Expresiones Bursátiles”) no deben considerarse como recomendación de compra o venta de los instrumentos financieros mencionados. Las Expresiones Bursátiles son manifestaciones o expresiones de uso habitual en el mercado bursátil, que responden a estimaciones respecto a valores mínimos y/o máximos de un determinado papel o instrumento, por lo cual no pueden considerarse bajo ningún concepto recomendaciones o llamados a la acción de operar un determinado papel. Todo lo establecido en este reporte, está basado en fuentes que se consideran confiables y de buena fe, pero no implican garantía implícita ni explícita de su precisión y completitud.
Cuando se ven las inversiones que han rendido más en el último tiempo, todos deseamos haber invertido en ellas. Y eso es lo que nos puede llevar a tomar malas decisiones. Hoy te cuento por qué buscar siempre elegir la inversión ganadora puede perjudicar tu patrimonio.
Cuando una persona logra ahorrar dinero, el siguiente paso es elegir en qué invertir. A veces esto genera un gran estrés porque invertir siempre implica un riesgo y muchos se lanzan a la búsqueda de la inversión ganadora para cada momento. Ir saltando de un activo a otro parece inteligente porque así aprovecharíamos las fluctuaciones de los precios y el mejor ciclo de cada inversión. ¿Pero, ha funcionado esta estrategia?
Un estudio de BlackRock midió el desempeño de distintas categorías de activos en un periodo de 20 años entre 1992 y 2011 y cómo le fue al inversor promedio en ese mismo tiempo.
Se analizó el rendimiento de invertir en petróleo, acciones, oro, bonos, inmuebles y a su vez el comportamiento de la inflación.
Fuente: BlackRock
Uno hubiera esperado que el inversor promedio hubiera tenido una cartera diversificada de activos, obteniendo un rendimiento intermedio entre los que más rindieron (petróleo y acciones) y lo que menos rindió que fueron los inmuebles.
Bueno, lo sorprendente fue que el inversor promedio ganó menos que todas las categorías de activos. Es decir, si se hubiera posicionado en cualquiera de estos activos, sin necesidad de identificar la inversión ganadora, le hubiera ido mejor de lo que le fue.
Los peligros de ir saltando de una inversión a la otra
Claramente el problema en este caso es el comportamiento del inversor promedio. La única forma de haber obtenido rendimientos inferiores a los de los principales tipos de activos es que hayan ido saltando de una inversión a la otra y, en el camino, hayan agarrado los peores ciclos de cada activo. Esto no se trata simplemente de mala suerte, sino que tiene una explicación.
La gente suele sentirse cómoda poniendo su dinero en los activos que vienen teniendo un mejor desempeño. Esos son los que salen en la televisión y las tapas de los diarios y nadie quiere quedarse afuera. Pero esa forma de invertir no es muy buena para tu patrimonio, tal como muestran los datos. Es muy difícil entrar a cada activo en mínimos y salir en máximos. El que te diga que puede predecir esos movimientos con certeza te miente.
Por eso quienes van saltando de una inversión a la otra puede que no aprovechen el recorrido alcista de ninguna y, por el contrario, entren cuando ya subieron mucho y vendan desilusionados cuando vean bajas en su cotización.
Nuestra versión criolla
Hasta acá estamos hablando de inversores estadounidenses. Podemos pensar que los argentinos somos diferentes. Bueno, nuestra propia versión de este dilema es por ejemplo lo que ocurrió en el año 2017 cuando gente vendía sus inversiones en inmuebles para ponerlos en Lebacs, que como recordarás eran Letras a tasa fija en pesos.
Esta tasa en pesos parecía más que atractiva y, por ejemplo, si el departamento te permitía obtener $ 15.000 mensuales de alquiler la Lebac te pagaba $ 45.000 de intereses. Con un dólar que estaba quieto, esto era una gran ganancia en dólares. Si te acordás como terminó esta historia, después de un tiempo de bonanza, vino una gran devaluación y quienes hicieron este movimiento perdieron gran parte del poder adquisitivo de su capital.
Hoy se puede estar vislumbrando algo parecido. Al subir la tasa en pesos, y con el dólar cayendo, parece negocio vender los USD, pasar a invertir en pesos y luego recomprar más dólares. Pero todo concluye al fin, podés llegar tarde y que un pequeño error de timing le dé un gran golpe a tu patrimonio.
Hay que recordar que no existe ganancia sin riesgo y quienes hagan este tipo de maniobras tienen que ser conscientes del riesgo al que están expuestos. Es como el juego de la silla, mientras suena la música todos bailan contentos, pero cuando se acaba la música hay que correr a sentarse. Y nadie sabe cuándo se apagará la música.
Lo más aconsejable es no apostar 100% a un activo en un momento dado, ya sean inversiones en pesos o dólares, sino armar una cartera diversificada que le otorgue cobertura a tu patrimonio. Un asesor profesional puede ayudarte a seleccionar los elementos más adecuados para tu perfil.
Las estrategias de inversión requieren de tiempo y paciencia para dar sus frutos. Estar saltando constantemente de una inversión a otra puede ocasionar que no termines aprovechando las subas de ninguna y te veas perjudicado con sus bajas.
Matías Daghero
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