La clase media invierte en inmuebles, los ricos en acciones

Acá en Argentina, la historia de «la casa propia» es casi un mandamiento. Desde chicos escuchamos: «Comprate un terrenito, construí, metele ladrillo, que la tierra no se desvaloriza». Y sí, tener tu techo es un logro inmenso, una base, y en un país con nuestra historia de inestabilidad, el inmueble siempre se sintió como el refugio más seguro.

He visto a miles de familias de clase media poner hasta el último peso, los ahorros de toda una vida, y comprometer buena parte de su futuro en un departamento, una casita en el barrio, o un duplex. Si tienen algo más, van por el «monoambiente para alquilar» o un lote en el country. La lógica es clara: lo tangible es lo real, lo que se puede tocar, lo que te da «seguridad» frente a cualquier cimbronazo económico.

Pero acá es donde la cosa se pone interesante, porque los ricos hacen otra cosa…

La Fiebre del Ladrillo: ¿Un refugio o una trampa para la clase media argentinaa

Pensemos juntos: ¿Cuánto cuesta comprar un inmueble en Argentina? De entrada, gastos de escribanía, comisiones, impuestos, expensas, arreglos constantes, y la lista sigue. Son gastos que sangran la billetera y que muchos subestiman. Además, si necesitás esa plata ya, vender un inmueble no es cuestión de un click. Puede llevar meses, incluso años si el mercado está frío, y eso sin contar los costos de venta y las comisiones inmobiliarias. Tu capital queda literalmente «empotrado» en la pared.

Lo más dificil, sin embargo, es el costo de oportunidad. Cada dólar que metés en un ladrillo es un dólar que no está generando riqueza en otro lado. Para la clase media, que tiene un capital limitado (y que sabe lo que cuesta ganarlo), concentrar todo en un solo activo es como jugar a la ruleta rusa con tu futuro. Si el mercado inmobiliario se estanca o cae, o si la inflación se come los alquileres y te mata la rentabilidad, como viene pasando. una porción gigante de tu patrimonio se va al tacho. La diversificación, ese principio básico que te protege, a menudo brilla por su ausencia en esta obsesión por el «ladrillo».

He sido testigo de un montón de gente con un patrimonio inmobiliario impresionante en los papeles, pero con una liquidez mínima, casi nula. Viven atados a sus propiedades, lo que les impide aprovechar otras chances de inversión, responder a una emergencia (¡que en Argentina siempre hay!) o simplemente tener más libertad financiera. El ladrillo, en este contexto, termina siendo más un ancla que un motor para ir para adelante.

El secreto a voces de los ricos: la potencia de las acciones

Ahora, cambiemos el chip y miremos a los que la tienen clara, a los que ya están en el club de los «ricos». ¿Dónde ponen la mayoría de sus fichas? Sí, claro que tienen sus propiedades exclusivas, sus campos o sus inversiones inmobiliarias, pero gran parte de su riqueza, esa que genera más riqueza y los hace imparables, está en las acciones.

Y si no me crees, acá te lo muestro con datos. Según un estudio de Goldman Sachs, la clase alta invierte la mayor parte de su portafolio en acciones (61%), mientras que la clase media y baja invierte un 55% de su patrimonio en inmuebles, tal como te muestro abajo:

¿Por qué pasa esto? Porque las acciones ofrecen una combinación letal de liquidez, potencial de crecimiento brutal y una diversificación que el ladrillo, por más que nos guste, no te da en la misma escala. Y sí, esto aplica también en Argentina, aunque muchos lo duden.

A continuación te cuento por qué los ricos invierten tanto en acciones:

  1. Liquidez al instante: Podés comprar o vender acciones de YPF, Mercado Libre, o cualquier empresa en la bolsa en un click, en cuestión de segundos. Esto significa que tu capital nunca está «secuestrado». Podés mover tu plata rápido para pescar una nueva oportunidad, o para salir de un apuro imprevisto. ¡Libertad de movimientos!
  2. Potencial de crecimiento explosivo: Históricamente, el mercado de acciones ha vapuleado a la mayoría de las otras inversiones a largo plazo. Los inversores inmobiliarios muchas veces ni saben qué rentabilidad están teniendo y muchas veces se conforman con tasas bajísimas, con enormes riesgos y dolores de cabeza constantes. Las empresas, si son bien manejadas, pueden crecer muchísimo, expandirse, innovar, generar más y más ganancias. Como accionista, sos dueño de un pedacito de ese crecimiento. Los dividendos, la reinversión de ganancias y la suba de la acción se combinan para un efecto compuesto que te vuela la cabeza a lo largo del tiempo.
  3. Diversificación sin límites: Con las acciones, no estás atado a una calle, un barrio o una sola propiedad. Podés invertir en miles de empresas de distintas industrias, desde energía y finanzas hasta tecnología o consumo masivo. Podés ser dueño de una parte de los bancos más grandes, de las empresas de telecomunicaciones, de las energéticas… la lista es interminable. Esta diversificación te baja el riesgo drásticamente. Si un sector o una empresa la pasa mal, tu cartera general se mantiene firme gracias a la fortaleza de tus otras inversiones. Y no solo hablo de empresas argentinas; con las herramientas adecuadas (¡los Cedears, por ejemplo!), podés invertir en las gigantes del mundo sin sacar la plata del país.

Los que saben de verdad entienden que el ladrillo, por más que lo quieran, es solo una pieza más en el rompecabezas, no la solución total. Usan la propiedad para sus casas, o como una fuente de ingreso más si tienen varias, pero su motor principal de crecimiento y acumulación de riqueza son las carteras de acciones bien armadas. No le tienen miedo a invertir en negocios y surfear la ola del crecimiento global y local.

Acortando la brecha: Cómo la clase media argentina puede invertir como los ricos

Entonces, ¿qué significa todo esto para vos, el inversor de clase media que quiere construir riqueza de verdad? No te digo que vendas tu casa o que el ladrillo sea malo. Lo que sí te digo es que es hora de cambiar el chip, mirar más allá del hormigón y empezar a diversificar tus fichas.

Acá van algunas claves para empezar a invertir como los que saben:

Priorizá la inversión en acciones desde el día uno: Después de tener un «colchón de seguridad» (ese fondo de emergencia con 3 a 6 meses de gastos vitales en una cuenta que te rinda algo), tu próximo peso para invertir debería ir a la Bolsa conformando una cartera diversificada entre acciones y bonos.

Automatizá tus inversiones: Los ricos no esperan a que «les sobre la plata» para invertir; invierten constantemente. Configurate transferencias automáticas semanales o mensuales desde tu banco a tu cuenta de inversión. Incluso montos chicos, invertidos con disciplina, se van a transformar en una fortuna con el tiempo gracias al poder del interés compuesto. ¡Es el secreto mejor guardado!

No pongas todos los huevos en la misma canasta de ladrillos: Si ya tenés tu casa, entendé que es una inversión importante. En lugar de correr a comprar otra propiedad, pensá cómo podés diversificar ese capital. Concentrate en armar una cartera de acciones sólida antes de pensar en otro inmueble.

Pensá en ingresos y en apreciación del capital por separado: Los ricos piensan en cómo sus activos generan ingresos (dividendos de acciones, alquileres, intereses) y cómo esos activos aumentan su valor. Para la clase media, a menudo la única consideración es el «valor de la casa». Empezá a pensar en cómo construir múltiples fuentes de ingresos pasivos, y las acciones, a través de sus dividendos, son una forma poderosa de hacerlo.

Buscá asesoramiento profesional: Un buen asesor financiero puede ayudarte a armar un plan de inversión a medida, que se ajuste a tus objetivos, tu perfil de riesgo y tu horizonte de tiempo. Te podemos ayudar a evitar errores comunes y asegurarte que estés en el camino correcto para construir una fortuna a largo plazo.

Invertir en acciones demanda disciplina

Si bien la inversión en acciones es igual de accesible para todos (a diferencia de lo que sucede con los inmuebles en donde los tickets mínimos suelen ser mucho más elevados), los resultados difieren muchísimo en cada caso.

Y aquí es donde la clase media que intenta invertir en bolsa suele no tener los mejores resultados. Es que, a diferencia de lo que sucede con los inmuebles en donde no tenés todos los días visible un precio y un resultado de tu inversión, en la bolsa si lo tenés.

En nuestra nota “Los inversores inmobiliarios son más inteligentes que los de la Bolsa” hablamos más en detalle sobre esto.

Para tener buenos resultados invirtiendo en la bolsa hay que olvidarse de esta característica de la liquidez inmediata y trazar un plan de inversión a largo plazo al que aferrarnos sin importar las subas y bajas durante el camino.

Mi consejo es que te contagies de la mentalidad del inversor que gana. No te limites a un solo tipo de activo, por más cómodo o seguro que te parezca. El mundo de las inversiones es enorme, y el mercado de acciones te ofrece un camino probado para hacerte de una buena fortuna que está al alcance de todos, no solo de unos pocos.

Empezá hoy. Invertí con constancia, diversificá tus fichas y pensá a largo plazo. La libertad financiera no es un cuento de hadas, y está a tu alcance si estás dispuesto a aprender y a mover el tablero.

Saludos,

Matías Daghero

Presidente de Closing Bell Advisors

Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117

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