Por qué la gente no invierte y por qué se equivocan
Hay algo que sigo viendo una y otra vez: la gente que no invierte. Sólo el 5% de los argentinos invierte en la bolsa versus el 55% de los estadounidenses. Es un fenómeno que me fascina y me preocupa, porque en un país como el nuestro, no invertir es el error financiero más costoso que podés cometer.
Hoy, quiero charlar de frente sobre un tema que quizás te genere un poco de intriga o incluso cierto temor: ¿Por qué la mayoría de la gente no se anima a invertir? Y lo más importante: ¿Por qué esa «prudencia» es en realidad un grave error? Mi idea no es darte una clase de economía aburrida, sino iluminar el camino, compartir lo que aprendí en estos años y, ojalá, sacudirte un poquito para que tomes las riendas de tu bolsillo.
Los Fantasmas que Nos Impiden Invertir (y Por Qué Son Solo Eso: Fantasmas)
He charlado con miles de personas y he identificado los motivos más comunes por los cuales la gente se queda en la vereda, mirando cómo otros hacen crecer su plata.
1. «Es Muy Complicado, No Entiendo Nada»: El Miedo a la Jerga Financiera
¿Viste cómo hablan en las noticias de la bolsa? Que si el Merval subió, que si los Cedears, los futuros, las opciones… ¡Parece otro idioma! Y claro, uno siente que para invertir hay que ser un genio de las finanzas. Esa jerga nos intimida y nos hace pensar: «Esto no es para mí».
¿Por qué es un error? La verdad es que los principios básicos de la inversión son súper simples. No necesitás un doctorado. Necesitás entender que si comprás algo que vale poco y después vale más, ganaste. O que si ponés plata en algo que te da intereses, tu plata crece. Hoy existen herramientas y plataformas digitales que te simplifican todo al máximo. Incluso está la posibilidad de delegar tus inversiones en un asesor de confianza, que se dedique a seguir el mercado.
2. «Voy a Perder Toda la Plata»: El Trauma de las Crisis
Acá en Argentina, ¡tenemos un máster en crisis! La hiperinflación, el 2001, las devaluaciones recurrentes… Hemos visto a gente perder los ahorros. Y eso genera una cicatriz enorme: el miedo a arriesgarse. «Prefiero tener la plata quieta, aunque no rinda, a que se me esfume», piensan muchos.
¿Por qué es un error? Es cierto, la historia nos golpeó. Pero confundir riesgo con imprudencia es clave. Invertir con inteligencia no es jugar al casino. Implica diversificar, es decir, no poner todos los huevos en la misma canasta. Por ejemplo, en 2024, la inflación argentina fue del 118%. Si tu plata estuvo en pesos en una caja de ahorro al 0%, perdiste el 54% de su poder de compra. Eso es una pérdida real, tangible, silenciosa. Y capaz pienses que si comprabas dólares te salvabas. Error. El dólar subió sólo 14% contra el 118% de inflación. Dejar el dinero quieto es el riesgo más grande en un contexto inflacionario.
3. «No Tengo Tiempo Para Eso»: La Vida Ajetreada y la Inmediatez.
Entre el trabajo, la familia, las cuentas, los chicos… ¿quién tiene tiempo para meterse en esto de las inversiones? Además, queremos todo ya. La inversión, en cambio, es un juego a largo plazo.
¿Por qué es un error? La inversión no te quita tiempo, ¡te da tiempo! Es invertir en tu futuro. Dedicarle 15 minutos al mes a revisar tus inversiones o a programar aportes automáticos es una de las tareas más rentables que podés hacer. Es como ir al gimnasio para tu bolsillo. Y si conseguís el acompañamiento de un experto de confianza podés hacerlo dedicándole muy poco tiempo, sabiendo que tu cartera está monitoreada por un profesional, mientras disfrutás de sus rendimientos.
4. «Voy a Esperar el Momento Justo»: La Parálisis por Análisis y el «Timing» Perfecto.
Muchos esperan la noticia perfecta, el momento ideal para entrar al mercado. «Cuando el dólar baje», «cuando la inflación se calme», «cuando la economía despegue» “cuando termine la guerra comercial” “cuando pasen las elecciones legislativas”…
¿Por qué es un error? El «momento justo» es una quimera. Nadie, ni siquiera los grandes gurús de Wall Street, pueden predecir el futuro con exactitud. Lo importante no es «entrar en el momento perfecto», sino «estar en el mercado». Los estudios demuestran que la constancia a lo largo del tiempo, invirtiendo de a poquito, de forma regular, rinde mucho más que intentar «pegarle» al momento exacto. Por ejemplo, si hubieras invertido una pequeña suma fija cada mes en el índice S&P 500 durante los últimos 10 años, habrías obtenido retornos anuales promedio de dos dígitos, incluso con las caídas de mercado en el medio.
Y eso es algo que no sale en las noticias porque no es marketinero, pero es la forma de realmente construir riqueza.

Las noticias financieras son el termómetro del mercado. Pero tu decisión de invertir, o de no hacerlo, es tuya. Y quiero que entiendas esto: no invertir no es una posición neutral, es una decisión activa de perder poder adquisitivo y de limitar tu futuro financiero.
La riqueza real no aparece de la nada. Se construye con paciencia, conocimiento (el justo y necesario), disciplina y consistencia. No dejes que los miedos viejos, la información abrumadora o la pereza te quiten la oportunidad de construir un futuro sólido y tranquilo.
Saludos,
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
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