No inviertas como Kiyosaki
Si hay un libro que puso patas para arriba la forma en que pensamos sobre el dinero, ese es «Padre Rico, Padre Pobre» de Robert Kiyosaki. No importa si ya lo leíste o solo escuchaste hablar de él; sus ideas son el ABC para cualquiera que quiera salir de lo que él llama la «carrera de la rata”.
El corazón del libro es simple, pero potente: entender la diferencia entre un activo y un pasivo.
- Activo: ¡Lo que pone plata en tu bolsillo! (Ej: Acciones, inmuebles que te dan alquiler, un negocio que funciona sin que estés presente).
- Pasivo: ¡Lo que saca plata de tu bolsillo! (Ej: la casa en la que vivís, el auto nuevo que se deprecia apenas lo sacás de la concesionaria, deudas).
El Padre Rico, el mentor de Kiyosaki, enseñó que los ricos se enfocan en adquirir activos, mientras que la clase media y los pobres a menudo compran pasivos creyendo que son activos. Es una cuestión de que el dinero trabaje para vos, y no al revés.
Hasta ahí son excelentes enseñanzas que podés aplicar a tu vida financiera pero después Kiyosaki se empezó a hacer famoso por predecir crashs bursátiles que nunca terminaron pasando.
Es que es muy marketinero hablar del apocalipsis, te consigue muchos likes en las redes, incluso en las últimas elecciones legislativas el consejo de apostar todo a un escenario de pánico fue la estrategia más elegida simplemente porque era la más fácil de justificar, aunque no termine siendo inteligente.
Porque el costo de asustar a la gente es real y lo terminás pagando con tu dinero. Déjame que te muestre por qué.
El miedo vende más que la paciencia
Hay una realidad, los titulares que dicen “peligro: vas a perderlo todo en los próximos 30 días” generan muchos más clics que los que hablan de cómo armar una estrategia de inversión inteligente en el largo plazo. ¿Cuál te pensás que te ayuda a construir un patrimonio?
Pero sin embargo la gente sigue consumiendo ese contenido del Apocalipsis porque les genera adrenalina y la sensación de saber algo que los demás no saben. Pero, sus inversiones pagan el precio.
Abajo te muestro algunos tweets en los cuales Robert Kiyosaki viene anunciando el crash del mercado hace más de 10 años:
¿Y qué pasó en esos más de 10 años?
El S&P 500, el índice de las 500 empresas más grandes de EE.UU., se multiplicó por cuatro. El Nasdaq, de las tecnológicas, ¡por seis! Imaginate si le hacías caso en 2013, 2015 o 2018. Te perdiste una de las subas más grandes de la historia por esperar un «apocalipsis» que no llegó. Ojo, algún día va a haber una caída, es normal, ¡y él va a salir a decir «Se los dije»! Pero sus seguidores se perdieron toda la fiesta.
Otro caso famoso fue el de Michael Burry. El de la película «La Gran Apuesta» (The Big Short). Él sí acertó en 2008 ya que vio la crisis de las hipotecas cuando nadie la veía. El problema es que Burry se hizo famoso por una gran predicción, pero desde 2008 viene apostando al «fin del mundo» varias veces más. Apostó contra Tesla, apostó contra Apple, apostó contra todo el mercado hace poco… y la mayoría de esas veces perdió plata.
Pero esto no solo pasa en otros mercados, sino que crear pánico es moneda corriente en los gurús locales…
Huí de los agoreros locales
Pensemos en las elecciones del mes pasado. ¿Qué decían los «agoreros» locales? «El dólar se va a $2.000», «este modelo no aguanta más», «no tengas bonos y acciones argentinas».
Y mucha gente, asustada por esos pronósticos, vendió sus acciones argentinas o sus bonos a precios de remate. Corrieron a comprar dólares carísimos en el pico del pánico. ¿Qué pasó después? Esos mismos bonos y acciones multiplicaron su valor en dólares en pocos días. El que se asustó y siguió al agorero, vendió barato. El que tuvo un plan y aguantó, o incluso compró en el pánico, hoy está mucho mejor.
Entonces ¿qué hacemos?
Tres cosas muy simples:
- Desconfiá del drama: Si alguien te dice que tiene la bola de cristal y que «todo se termina», probablemente te quiera vender algo, o solo quiera tu atención.
- Diversificá: No pongas todos los huevos en la misma canasta. Un poco acá, un poco allá. Pero de manera inteligente y bien asesorado.
- Pensá en el tiempo, no en el «timing»: Es casi imposible adivinar cuándo va a caer o subir el mercado. Es mucho más fácil invertir pensando en tus objetivos de acá a 5 o 10 años. La paciencia casi siempre le gana al pánico.

Los titulares que hablan de que el mundo se termina o se viene el crash no sirven para tus inversiones, sólo generan clics y monetización para quienes generar ese contenido.
Quienes sepan mantenerse enfocados y evitar a los gurús del Apocalipsis lograrán multiplicar su capital.
Saludos,
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
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