7 hábitos de la gente con plata (de la de verdad)
Hoy vamos a hablar de un tema que sabemos que a muchos les da curiosidad: ¿cómo hace la gente que realmente tiene plata para acumularla y, más importante, para conservarla?
No hablo de los que andan mostrando lujos que apenas pueden sostener, o los que parecen tener de todo y después andan con el agua al cuello. Me refiero a esa gente que, por ahí, ves en un Toyota de hace diez años, comprando en el super del barrio, pero que tienen un gran patrimonio acumulado y vos ni te enterás. Esa es la verdadera riqueza, la que se construye de abajo hacia arriba, la que no necesita ser exhibida para ser real.
La posta es que la riqueza de verdad no se ve. Pasa puertas adentro: inversiones bien pensadas, gastos controlados y una visión a largo plazo que la mayoría no tiene. Después de más de 15 años metido hasta el cuello en el mundo de las finanzas, te puedo asegurar que hay patrones, hábitos, formas de pensar que distinguen a los que construyen un patrimonio sólido de los que sólo parecen ricos.
Hoy te quiero compartir siete de esos hábitos de la gente que tiene plata en serio. Son claves que muchos pasan por alto, pero que marcan una diferencia abismal entre parecer rico y, en serio, serlo. ¡Agarrá la lapicera y tomá nota!
La automatización es tu mejor amiga
¿Viste esa gente que parece que tiene todo bajo control sin esfuerzo? Bueno, en el fondo, son un poco «vagos», ¡pero de la mejor manera! No es que cada fin o principio de mes se sientan a hacer malabares con las transferencias o a debatir si invierten este mes o no. Lo que hacen es “configurar sus finanzas una vez y después se olvidan”.
Funciona así: apenas cobran, la plata se va automáticamente a sus ahorros, a sus inversiones y a pagar las boletas. Yo mismo lo implementé hace unos años y te juro que me cambió la cabeza. Cuando cobro, antes de que el billete me queme en el bolsillo, una parte ya se fue para el fondo de emergencia, otra para la cuenta de inversión y las boletas se pagan solas.
¿El beneficio? Sencillo: eliminás el drama y la «decisión» de la ecuación. Porque seamos sinceros, si tenés que mover la plata a mano todos los meses, siempre va a aparecer la vocecita que te diga: «Che, ¿y si lo invierto el mes que viene?» o «Me quiero comprar esa pilcha nueva, le doy prioridad a eso este mes». La gente con plata no depende de la fuerza de voluntad del día a día. Toman la buena decisión financiera una vez, y después dejan que los sistemas hagan el laburo pesado.
Valor mata a precio (por goleada)
Acá viene una de las grandes diferencias. La gente que tiene plata de verdad tiene una relación rara con el gasto. No son unos tacaños, para nada. Pero son increíblemente inteligentes a la hora de decidir dónde va cada peso.
Lo veo todo el tiempo: se pueden gastar una buena plata en unas botas que les van a durar una década, pero no van a gastar la mitad en unos zapatitos de moda que se les deshacen en seis meses. Prefieren comprar un auto usado confiable que financiar uno 0 km que pierde la mitad de su valor apenas lo sacan de la agencia. Es una cuestión de “valor” sobre “vanidad”. Como decía el crack de Warren Buffett: «El precio es lo que pagas, el valor es lo que obtienes». Se hacen una pregunta clave: «¿Esto realmente vale lo que voy a pagar?» en vez de la típica «¿Me lo puedo permitir?». Pensalo así: ¿qué te da más rendimiento a largo plazo?
El patrimonio neto, no el sueldo, es la métrica
Esta es una que me costó aprender, incluso trabajando en la City. La mayoría se obsesiona con cuánto ganan por mes, esa cifra «bruta» que parece que te hace más importante. Pero la gente con plata en serio se preocupa mucho más por “cuánto logran conservar”.
Hay mucha gente que gana bien pero se gasta casi todo: cenas en lugares top, ropa cara… el cuento de siempre. Parecen exitosos, pero su patrimonio neto es básicamente cero.
El punto es este: si vos ganás $3.000.000 y te los patinás todos, y tenés a otro que gana $1.500.000 pero ahorra e invierte $500.000 por mes, ¿quién está construyendo riqueza real? Obviamente, el segundo.
La gente con plata de verdad sigue su patrimonio neto como si fuera el resultado del partido más importante. Saben exactamente qué tienen menos lo que deben, y se enfocan en hacer crecer ese numerito con el tiempo.
Si querés empezar a hacer esto en serio, en Closing Bell Advisors tenemos una web que es un verdadero game changer. Sacamos todo lo que aprendimos ayudando a clientes a mover fortunas y lo pusimos en un formato que cualquiera puede seguir. Te permite monitorear todo tu patrimonio (no sólo las inversiones en bolsa) y un panel de control para que tengas tu plan financiero personalizado para alcanzar tus metas financieras. Podés ver un video de la misma haciendo click aquí.
Piensan en décadas, no en meses
Acá está una de las diferencias más grandes: la gente que tiene plata juega en otra liga de tiempo. Mientras la mayoría se estresa por el presupuesto de este mes o las vacaciones del próximo, ellos están pensando dónde quieren estar en 5, 10 o 20 años.
Entienden que el “interés compuesto es pura magia”, pero solo funciona si le das tiempo. Están contentos de vivir modestamente hoy, porque saben que cada peso que invierten hoy puede valer cinco o diez en el futuro. Sé que es difícil pensar así cuando uno es joven. A mis veintipico, 20 años me parecían una eternidad. Pero la verdad es que esos 20 años van a pasar igual. La cuestión es: ¿vas a llegar a los 45 o 50 con un montón de cosas que compraste cuando tenías 20, o con la libertad financiera para hacer lo que quieras?
La gente con plata elige la segunda opción.
Multiplicar las fuentes de ingresos es un mandamiento
Este es, para mí, uno de los más importantes de la lista. Y no me refiero a tener cinco trabajos a la vez. Hablo de poner tu plata a laburar para vos, de alguna manera. Depender de una sola fuente de ingresos es riesgoso, muy riesgoso.
La gente con plata no pone todos los huevos en la misma canasta. Quizás tengan su laburo principal, pero además están invirtiendo. Ya sea con rentas de alquiler, dividendos de acciones, un pequeño negocio secundario… No tiene que ser algo gigante, no tiene que cambiarte la vida de golpe, pero “suma y, con el tiempo, se compone”.
¿Por qué es clave tener varias fuentes de ingresos?
* Te da seguridad financiera.
* No dependés de una sola cosa (un jefe, una empresa, la estabilidad del país, etc.) para tu tranquilidad económica.
* Te da opciones. Si algo pasa con tu trabajo principal, no estás completamente perdido.
* Esa plata extra puede ir directo a construir más riqueza.
Entendelo: cambiar tu tiempo por dinero tiene un límite. La gente con plata siempre busca formas de que su dinero labure más duro por ellos.
Evitar la «inflación del estilo de vida»
Este es un punto clave que te puede hacer o deshacer la situación. La mayoría de la gente recibe un aumento y, pum, enseguida empieza a gastar más. La gente con plata, en cambio, recibe un aumento y hace de cuenta que nunca existió.
Lo veo a menudo: a alguien lo ascienden, y de repente empiezan a comer más afuera, se compran ropa más cara, un reloj mejor, se mudan a un depto más grande. Antes de que se den cuenta, todo ese aumento se esfumó en los nuevos «lujos».
La gente con plata de verdad, por mucho tiempo, mantiene su estilo de vida igual, incluso si sus ingresos crecen. Recién cuando saben que están en una situación súper cómoda, y que tienen la plata de sobra, ahí sí se dan algún gusto más grande.
Cada vez que te aumenten el sueldo, pensá en destinar un pequeño porcentaje de esa plata extra a darte un gustito. Pero el resto, ¡que vaya directo a construir tu riqueza a largo plazo! ¿Por qué? Porque “cada mejora de tu estilo de vida es, básicamente, un gasto permanente”. Una vez que te acostumbrás a gastar más, es muy difícil volver atrás. ¡Evitá esa trampa!
No reaccionan, responden
En la crisis de 2020, por ejemplo, muchos inversores que vivían al límite, empresas endeudadas hasta la médula y personas que gastaban más de lo que tenían, la pasaron muy mal. Se habían pasado de rosca, tomando riesgos tontos, y cuando la cosa se puso fea, todo se vino abajo.
Pero, ¿sabés qué? La gente con plata de verdad simplemente se adaptó. No entraron en pánico vendiendo todo, ni hicieron movimientos drásticos. Se tomaron un respiro, miraron el panorama completo, recortaron gastos innecesarios y, en algunos casos, hasta compraron activos a precios de remate mientras los demás estaban en pleno colapso.
Los discretamente ricos tenían la flexibilidad (mental, emocional y financiera) para pivotar cuando lo necesitaban. ¿Por qué? Porque no estaban tratando de impresionar a nadie. Estaban jugando a largo plazo, y eso les dio la tranquilidad y la estabilidad para salir incluso más fuertes después de la recesión.
La gente con plata no reacciona impulsivamente, responde con estrategia.

Y ahí lo tienen, gente. Siete hábitos que te separan del montón y te acercan a esa libertad financiera que todos anhelamos. No es magia, es disciplina, visión y un poquito de cabeza. A empezar a aplicarlos en tu vida cotidiana.
Saludos,
Matías Daghero
Presidente de Closing Bell Advisors
Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117
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