Cómo proteger tus inversiones de vos mismo

Hay muchas maneras de arruinar un buen plan de inversión. Hoy te cuento 4 reglas simples para darle a tu cartera la mejor chance de brillar.

 

Para el ahorrista argentino promedio es muy difícil tolerar la volatilidad en sus inversiones. Es que la mayoría de la gente en nuestro país tiene un perfil “rentista” que, si bien no muestra los mejores resultados a largo plazo, los hace sentirse cómodos con el plazo fijo y la inversión en inmuebles para alquilar, solamente por el hecho de poder ver un flujo de fondos previsible todos los meses.

Para los que se animan a dar el gran paso de incursionar en la inversión en acciones, uno de los mayores desafíos suele ser tolerar variaciones bruscas en el valor de sus activos.

La volatilidad es simplemente una de las reglas del juego cuando uno invierte en acciones. Y cuanto mayor sea la volatilidad a corto plazo que se pueda tolerar, más impresionantes serán los rendimientos a largo plazo. Con esto en mente, cualquier persona con un horizonte a largo plazo debe esforzarse por obtener el mejor rendimiento que el mercado tiene para ofrecer y aceptar la volatilidad como parte del paisaje inversor.

La única razón por la que las acciones tienden a funcionar bien con el tiempo es porque te hacen aguantar cosas como la volatilidad. Es el costo de la admisión. Una característica, no un error.

Por eso, la verdadera amenaza para tu cartera no es la volatilidad. Es tu capacidad para hacerle frente a la misma. Por eso es por lo que tu cartera no necesita estar protegida de la volatilidad. Necesita estar protegida de vos mismo.

Esto me lleva a compartirte cuatro reglas que te van a ayudar a lidiar mejor con la volatilidad y de esa forma dar a tus inversiones las mejores chances de éxito en el largo plazo.

 

Regla 1:  invertí un monto fijo todos los meses

Uno de los errores más comunes de quienes se inician en el mundo de las inversiones es tratar de tomarle el tiempo al mercado. Piensan que no solo pueden anticipar las tendencias económicas, sino también el efecto correspondiente en los precios de las acciones. Cualquiera que haya estado lo suficientemente expuesto a la literatura financiera entiende que es un pasatiempo peligroso y que puede consumir sus ganancias a largo plazo muy rápidamente.

Hay muchas razones por las esto es una mala idea.

Tenés que tener suerte de acertarle al momento justo tanto en la salida como en el reingreso. Además, estás compitiendo con inversores institucionales que utilizan supercomputadoras y algoritmos de datos complejos y las probabilidades de éxito son muy bajas, porque los movimientos bruscos al alza y a la baja generalmente se dan muy próximos en el tiempo.

Aquellos que intentan tomarle el tiempo al mercado y salir del mismo para evitar exponerse a eventuales caídas pueden fácilmente poner en peligro sus rendimientos a largo plazo simplemente por estar fuera del mercado en el momento equivocado. Incluso perder unos pocos días buenos de una década completa puede hacer que pierdas la mayor parte de las ganancias.

A muy largo plazo, las acciones se apreciarán y seguirán el crecimiento del PBI. Si estás fuera del mercado el tiempo suficiente, está prácticamente garantizado que vas a perder.

Hay muchísimos analistas en redes que dicen que pueden predecir qué va a hacer el mercado a futuro. No vieron la caída del 35% que se dio en 2020, ni la recuperación del 70% posterior. Pero igual pretenden que creas que tienen claro qué va a pasar a continuación.

Ahora que ya nos dimos cuenta de que es inútil tomarle el tiempo al mercado, quiero compartirte mi primera regla: invertir un monto fijo todos los meses.

Esto te empuja a invertir, incluso durante los meses en los que la euforia del mercado es intensa y cuando podrías tener la tentación de retirarte por temor a una corrección.

Además, te evita tomar una posición muy grande en un activo en un momento determinado, con el riesgo de equivocarte. Saber que tenés una cantidad fija para invertir todos los meses del año puede ayudarte a mantener el rumbo cuando el mercado inevitablemente sufre volatilidad y grandes caídas del 10%, 20% o incluso 30% como pasó en marzo 2020.

 

Regla 2:  definí cuánto es lo máximo que invertirás en un activo

Incluso los mejores inversores del mundo han cometido errores, concentrando demasiado su portafolio en unas pocas apuestas. Una de las formas más fáciles de evitar dejarse llevar por la fe que le tenés a una acción en particular es limitar tu exposición máxima a un solo activo.

Incluso, si invertís la misma cantidad todos los meses, estás limitando cuánto podés agregar a una posición en un momento dado.

Hay muchas opiniones sobre cuál debería ser la exposición base máxima a una sola empresa en una cartera saludable. Depende sobre todo de tu perfil de riesgo, horizonte temporal y objetivos. Lo que importa es tenerlo definido con anticipación antes de que las emociones te jueguen una mala pasada.

Poner un límite por ejemplo de un 5% de exposición máxima a un activo individual puede ayudar a mantener una diversificación saludable para tu cartera.

 

 

Regla 3: no sigas invirtiendo en acciones perdedoras

Muchos inversores han destruido su cartera promediando precios de acciones perdedoras a la baja y convirtiendo lo que debería haber sido una posición del 2% bajando a cero en una posición del 10% o 15% bajando a cero.

Pero… ¿qué es un activo perdedor?

No me refiero a correcciones del 10% o 15% en los días posteriores a armar una nueva posición. Esas pueden ser oportunidades para construir una posición muy lentamente, entrando a diferentes precios. Estos pequeños movimientos a corto plazo rara vez son indicativos de algún problema con la tesis de inversión subyacente.

Tampoco estoy hablando de reducciones claramente correlacionadas con fuertes caídas generalizadas del mercado o rotaciones de sectores. Estos no tienen impacto en el negocio subyacente de la empresa. Por ejemplo, en marzo de 2020, en medio de la gran caída del mercado producida por la pandemia, incluso acciones de empresas tan sólidas y reconocidas como Coca Cola tuvieron una gran caída. ¿Había cambiado en algo el negocio de la empresa, iba a desaparecer de la noche a la mañana? Claramente no, y es por eso por lo que es importante diferenciar estas situaciones transitorias de lo que es un activo sin perspectivas.

Cuando me refiero a evitar seguir invirtiendo en activos perdedores, hablo de no caer en la tentación de seguir comprando un mismo activo sólo porque está más barato con la ilusión de que se va a recuperar, sin tener bases para esa expectativa. En eso la diversificación de tu cartera puede ayudarte a no sumar una gran posición en un activo perdedor.

 

Regla 4: no te apures a vender a tus ganadores

Esta regla simplemente requiere que dejes a tus ganadores que ganen. Muchos inversores han tenido acciones como Google, Facebook, Microsoft, Netflix, Amazon o Apple y han caído en la tentación de venderlas sólo porque ya ganaron mucho dinero.

Esto es un error, cuando sos dueño de una gran compañía simplemente debés darles el tiempo suficiente para que den sus frutos a largo plazo y te recompensen con rendimientos extraordinarios.  Como dice Warren Buffet, el mejor momento para vender una gran acción en nunca.

Esto es más difícil de lo que parece porque estamos programados para “proteger” nuestras ganancias vendiendo una acción que ya subió mucho. Mantener una posición que ya generó grandes ganancias y soportar grandes oscilaciones de precio en el medio requiere disciplina y estabilidad emocional.

Por ejemplo, el precio de Amazon se multiplicó por más de 2.000 desde su oferta pública inicial en 1997, pasando de USD 1,51 por acción a USD 3.052 en la actualidad. En ese período tuvo las caídas desde sus máximos que podés observar en el gráfico a continuación, las cuales tuvieron puntos muy fuertes en la burbuja puntocom y la crisis subprime. Pero viendo este impresionante desempeño, la paciencia pagó sus frutos para el inversor que se animó a seguir invirtiendo en esta empresa.

 

 

La clave es aprender a vivir con la volatilidad, no evitarla ya que el inversor que no pueda resistir variaciones en el precio de sus activos sólo podrá invertir en opciones de muy bajas perspectivas de crecimiento. Siguiendo las cuatro reglas que te mencioné arriba, podrás proteger tu portafolio y posicionarlo de la mejor manera para el éxito.

 

Matías Daghero

 

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