Cuidado con los Plazos Fijos UVA

Con la esperanza de resguardar sus ahorros de la inflación cada vez son más los argentinos que se animan a hacer un plazo fijo UVA. ¿Es una buena herramienta para proteger tus ahorros?

 

El amor de los argentinos por el plazo fijo es bastante difícil de entender, dado que implican perder contra una inflación galopante de manera casi asegurada. En este momento, la tasa de referencia para plazos fijos de personas humanas publicada por el BCRA es de 37% anual. Esto contrasta con una inflación proyectada de 45% de acuerdo con el relevamiento de expectativas de mercado (REM) e incluso algunos analistas estiman que el 2021 terminará con valores más cercanos al 50%.

En este contexto, es que empezó a sonar fuerte una alternativa de inversión que promete librar a los ahorristas del mal de la inflación: el Plazo Fijo UVA.

 

¿Cómo son los Plazos Fijo UVA?

A diferencia del plazo fijo tradicional, donde uno sabe de antemano cuántos pesos va a cobrar al vencimiento, en el plazo fijo UVA esto se ajusta de acuerdo con el CER (Coeficiente de Estabilización de Referencia) un coeficiente que busca replicar el movimiento de la inflación y que está vinculado al Índice de Precios al Consumidor (IPC).

Se pueden realizar en cualquier banco (aunque no los publiciten mucho) desde los $1.000.

¿Cómo funcionan estos plazos fijos comparados con los plazos fijos tradicionales?

Dejame que te lo muestre con un ejemplo.

Si hubieras hecho un plazo fijo tradicional en diciembre 2020 por 90 días, la tasa hubiera sido de 37% anual (unos 9,12% para 3 meses) mientras que con el plazo fijo UVA el capital se hubiera ajustado por CER, con lo cual hubieras ganado una tasa de 11,22%, de acuerdo con la variación de CER de este periodo. Te lo muestro abajo en la tabla:

Vistos estos números, la decisión parece fácil. Con el plazo fijo tradicional queda claro que perdemos por goleada la batalla con la inflación mientras que con el plazo fijo UVA logramos aunque sea salir hechos.

Incluso aquí asumimos una tasa UVA del 0% pero en algunos bancos ofrecen de hasta 1% anual (algo que tampoco modificaría mucho el resultado, motivo por el cual no lo consideré en el cálculo).

Dejame comentarte que esta estrategia que parece infalible tiene varios peligros ocultos.

 

¿Cuáles son los riesgos al realizar un plazo fijo UVA?

El primer riesgo que encontramos es que el plazo mínimo del plazo fijo UVA es de 90 días. Esto que en cualquier país del mundo sería un plazo corto, en nuestro país suele no serlo tanto. Es que en caso de darse en ese lapso un gran salto en el dólar, no te deja margen de maniobra para proteger tus ahorros. Y como el fogonazo en la inflación que suele venir acompañado de toda devaluación suele tener algún retraso en el impacto en el CER, puede darse que cuando cobres el plazo fijo UVA el poder adquisitivo de ese dinero haya disminuido sustancialmente.

Quizás hayas escuchado que los plazos fijos UVA se pueden precancelar a los 30 días, recibiendo tu dinero anticipadamente. La letra chica es que tenés que avisar al banco con 5 días hábiles de anticipación en caso de hacer uso de esa opción. Teniendo en cuenta la velocidad con la que habitualmente se dan las devaluaciones en Argentina, puede que esa espera te cueste una gran pérdida de capital.

Pero los problemas de la precancelación no terminan allí. Además, si pedís la precancelación la tasa que te pagan es incluso menor a la de un plazo fijo tradicional. Actualmente es de sólo un 30,50% contra 37% de un plazo fijo tradicional según lo publicado por el BCRA. Es decir, la pérdida contra la inflación sería aún mayor.

Dicen que el que se quema con leche ve la vaca y llora. Bueno, si hay un activo que ha sido golpeado a lo largo de la historia argentina han sido los plazos fijos. Basta con pensar en el corralito del 2001 o el Plan Bonex de 1989. Y si encima te digo que ajustan por la inflación del Indec. ¿Qué situación mala se podría presentar? ¿Verdad?

 

 

Nunca te enamores de una tasa

A medida que se dispara la inflación, la velocidad de devaluaciones y aumentos de precios hacen imposible que la tasa de un plazo fijo sea suficiente para conservar tu capital. En ese sentido, en la hiperinflación que se desató en los ’80 recuerdo familiares que me cuentan de algunos vecinos que vendieron activos productivos, como campos, para hacer plazos fijos y vivir de los intereses de éstos. Es que, con una inflación descomunal, era fácil sentirse tentado por una tasa que parece muy importante nominalmente pero que es insuficiente para mantener el capital. No hace falta que te cuente que lamentablemente para esas personas no terminó muy bien la historia, perdiendo buena parte del capital que habían construido con tanto esfuerzo.

Más acá en el tiempo, también está latente la historia de gente que vendió departamentos para colocar su dinero el Lebacs por las altas tasas que pagaban y el final fue igual de triste.

Es muy importante que tengas en cuenta que, si bien los plazos fijos UVA prometen cobertura contra la inflación, la inflación que se utiliza es la que mide el INDEC. Esto deja siempre latente el riesgo de que estos números sean manipulados y no reflejen la “inflación de la calle”, dejando desprotegido tu capital.

 

 

En el mercado de capitales podés proteger tus ahorros

El plazo fijo y el dólar son de las herramientas más usadas por los argentinos a la hora de resguardar sus ahorros. La falta de cultura financiera hace que no hayamos podido dar ese salto de ahorrista a inversor que sí han dado otros países.

Sólo el 5% de los argentinos han invertido en acciones mientras que en Estados Unidos el 90% ha comprado alguna vez una acción. Si miramos a nuestro vecino Brasil, el 50% ha incursionado en el mercado de capitales.

“La bolsa” cuenta con alternativas superadoras para mantener y mejorar el poder adquisitivo de tus ahorros en el largo plazo. Por ejemplo, el índice S&P 500 ha tenido una suba promedio de 9% anual en dólares en los últimos 100 años. Desde Argentina, se puede invertir en estas empresas desde montos muy bajos a través de los Cedears, que permiten acceder a ser socio de empresas tan prestigiosas como Coca-Cola, Wal Mart, Microsoft y McDonald’s. Esto los convierte en una opción interesante para quienes se animen a dar el gran paso de convertirse en inversores.

 

Matías Daghero

 

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