¿Cómo construir un patrimonio?

El dinero que pasa por tus manos a lo largo de tu vida es un factor importante pero no el principal a la hora de construir un patrimonio.

 

Cuando pensamos en lo necesario para construir un patrimonio lo primero que le suele venir a la mente a las personas es la imagen de alguien que gana muchísimo dinero. Sin embargo, esto no es suficiente para construir un gran patrimonio y hasta incluso con un ingreso menor que el de otra persona se puede construir un patrimonio mayor.

Dejame explicártelo con un ejemplo gráfico.

Supongamos que tenemos a 2 personas que tienen que trasladar agua por 200 metros. Una de ellas tiene inicialmente 10 litros de agua y la otra sólo 2 litros de agua. Si te diera sólo este dato y te dijera cuál de ellas pensás que va a llegar con más agua al final seguramente me dirías la que comenzó con 10 litros.

Pero, si te dijera que la persona que traslada los 10 litros lo hace en un colador y la que lleva los 2 litros lo hace en un balde, las cosas cambiarían ¿verdad?

Hay gente que es capaz de generar muchos ingresos en una etapa de su vida pero que no pueden retener una parte de ellos, gastándoselo todo como si no hubiera mañana o cómo si siempre fueran a poder generar ese mismo nivel de ingresos. Esto es algo típico de los deportistas o artistas famosos.

Veamos cuáles son los 4 pasos para construir un patrimonio.

 

Primer paso: Ahorrar

Lo primero que tenés que hacer para contar con un patrimonio el día de mañana es separar una parte de tus ingresos. No gastarte todo el dinero que generás, sino que destinar una parte al ahorro.

“Vivir por debajo de tus posibilidades” o “No incrementar tus gastos a la misma velocidad que lo hacen tus ingresos” son algunos de los sabios consejos que uno puede tomar en esta etapa.

 

Segundo paso: Incrementar tus ingresos

Una vez que estás ahorrando una parte de unos ingresos, la mayoría de la gente quiere pasar rápidamente al tercer paso (invertir tu dinero ahorrado) y se saltea el segundo: incrementar tus ingresos.

¿Cómo sería este paso?

Bueno, es muy probable que cuando comiences a ahorrar el dinero que vayas juntando todavía sea pequeño. El capital que podrás ir acumulando como ganancia de tus inversiones aún no será mucho.

No digo esto para desalentarte de que ahorres, sino para marcarte que en esta primera etapa quizás haya un destino más productivo para tus ahorros que las inversiones tradicionales. ¿Cuál es ese destino?

Vos mismo. En realidad, tu capacidad de generar ingresos.

Pensá por ejemplo que tenés ahorrados $50.000 y podés convertirlos en $100.000 a través de inversiones en el mercado de capitales en apenas 6 meses. No caben dudas de que sería un buen resultado. Pero… si en cambio lograras adquirir una nueva habilidad que te permite incrementar tu ingreso mensual en $20.000, ¿no sería algo mejor para tu futuro?

Capacitarte en el caso de que trabajes como profesional en alguna área, invertir en una máquina que incremente tu productividad o realizar una campaña de marketing que te genere más clientes son sólo algunos ejemplos de destinos que podrías darle a esos ahorros iniciales para conseguir mayores ingresos (y una capacidad de ahorro mayor en el futuro).

 

Tercer paso: Invertir tus ahorros

Una vez que has logrado ahorrar parte de tus ingresos y has logrado también incrementar tus ingresos, tendrás un mayor capital disponible para invertir. Aquí no es necesario contar con cifras millonarias, simplemente tener la disciplina y un plan de inversión que se ajuste a tus necesidades y perfil como inversor.

En esta etapa de la conformación del portafolio es muy necesario que, en cierto modo, te olvides de que contás con ese dinero. Que tu cabeza lo separe del dinero que tenés de tus ingresos y que utilizás para tus gastos.

Mucha gente se apresura también en querer pasar rápido de este tercer paso al cuarto, en donde utiliza el rendimiento de sus inversiones para gastos corrientes.

Como asesor financiero, una de las cosas que más suele pedirme gente que ha recibido una suma de dinero atípica y de única vez (como puede ser una herencia o una indemnización) es que quieren mantener ese capital pero que “los intereses” los quieren usar para darse gustos.

No quiero que te lleves la imagen de que está mal usar el dinero, al fin y al cabo, para eso es que uno lo tiene, ¿verdad?

Pero el entender que todavía uno se encuentra en la etapa activa de su vida, donde su principal fuente de ingresos debe ser tu trabajo y no el fruto de tus inversiones es algo que puede hacer maravillas en la construcción de un patrimonio.

El poder del interés compuesto es enorme, y un peso que no gastes en tus 30 o 40 pueden ser varios cientos de pesos con los que cuentes para tu retiro.

A su vez, no sólo es importante que decidas no retirar estos “intereses” que provengan de tus inversiones. También es vital saber generar esos intereses. Para esto podés capacitarte aprendiendo de finanzas personales e inversiones (si querés ver una forma de hacerlo podés hacer clic aquí) para invertir vos mismo tu dinero o buscar a un asesor financiero profesional para que pueda hacerlo por vos mientras te seguís encargando de incrementar tus ingresos en tu empleo, empresa o actividad profesional.

 

Cuarto paso: Vivir de tus inversiones

Por último, el cuarto paso es cuando tu fuente principal de ingresos pasa a ser tus inversiones. Esto es algo que se da en tu etapa pasiva cuando a lo largo de tu vida has logrado construir un patrimonio.

El tamaño necesario de este patrimonio no es igual para todas las personas. Los factores que determinarán de cuánto necesitás que sea el tuyo serán básicamente dos: tu nivel de gastos mensuales y tu grado de aversión al riesgo en las inversiones.

El nivel de gastos es algo que intuitivamente salta a la vista. Si gastás más dinero, vas a necesitar que tus inversiones te den un monto mayor cada mes. Por lo que, a igual retorno esperado, si sos más gastador vas a tener que haber acumulado un mayor patrimonio a lo largo de tu vida.

En segundo término, y algo en lo que no muchos se detienen, es en el grado de aversión al riesgo. Una persona más conservadora va a necesitar un mayor patrimonio que una persona agresiva para poder obtener el mismo monto de sus inversiones cada mes.

¿Por qué se da esto? Por el retorno que obtendrá de su patrimonio en función a las inversiones que haga.

Lo veamos con el ejemplo de 3 personas que necesitan USD 1.000 mensuales para vivir.

La más conservadora de las 3 tiene todo su patrimonio en inmuebles. La tasa esperada es del 1,5% anual por sus inversiones (valores hoy del mercado inmobiliario argentino). De esta manera, necesita que su patrimonio sea de USD 800.000 para poder conseguir esos USD 12.000 al año.

La persona de un perfil más moderado, invierte su dinero de manera diversificada entre instrumentos como Obligaciones Negociables (deuda de empresas), Inmuebles y Empresas pagadoras de Dividendos. En este caso su tasa anual esperada es del 5%. Para conseguir esos mismos USD 12.000 anuales necesita USD 240.000.

Por último, la persona de un perfil más agresivo invertirá la totalidad de sus ahorros en una cartera diversificada de acciones con una renta esperada del 9% anual (promedio histórico de los últimos 100 años del índice accionario norteamericano S&P500). En este caso, los USD 12.000 anuales los podría conseguir con solamente USD 133.333.

 

Como verás, los caminos para construir un patrimonio pueden ser diferentes para cada persona, pero los pasos que debes transitar son estos. ¿En cuál paso te encuentras? ¿Ya estás trabajando para construir tu patrimonio?

 

Matías Daghero

 

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