¿Sirve invertir pagando facturas?

Llevar adelante un plan de inversión es uno de los mayores desafíos que tienen quienes empiezan a invertir. Eso lleva a muchas veces caer en trampas que parecen ayudarte a cumplir tu objetivo de ahorrar, pero no son lo mejor para tus finanzas.

 

Fijarse un objetivo de ahorro y cumplirlo es una tarea muy difícil. Siempre parece haber un destino mejor para ese dinero, surge algo que podés comprar, un viaje a hacer o un gusto a darte. Ese es el peligro de ahorrar e invertir por tu cuenta, que dependés sólo de vos mismo y de tu disciplina.

Por eso es que muchas veces se intentan usar “atajos” que parecerían ayudarte a ahorrar y lo que tienen en común es que son facturas que aparecen todos los meses a pagar. Entonces te dan un monto, un vencimiento y el sentido de que sí o sí tenés que pagarlas.

Pero, ¿es esto la mejor opción?

No te hundas en el pozo

En Argentina acceder a una casa propia parece tan lejano que surgen planes que prometen darte la casa en cómodas cuotas, comprando como se suele llamar “en pozo”. Hay mucho marketing de estos planes de financiación para llegar a tener tu casa o departamento pagando cuotas muy accesibles.

Lo que tenés que saber antes de meterte en uno de esos planes de compra en pozo es que en realidad no estás comprando una casa, sino que estás financiando a una desarrollista que tiene un proyecto que quiere hacer y al no tener dinero lo hace con el tuyo. Ahí es cuando se pone bastante ilógico el tema porque habitualmente quien recibe la financiación es quien paga el interés. Bueno, este tipo de planes suelen cobrarte un interés por usar tu propio dinero, algo que desafía todo sentido común.

Además, estás asumiendo un riesgo enorme porque si bien te lo venden a veces como que estás comprando “ladrillos” o “metros cuadrados” la realidad es que dependés de la gestión (y honestidad) de la desarrollista. Muchos de estos proyectos no salen del pozo y hay gente que ha perdido todo su capital por querer meterse en este tipo de esquemas.

Al momento de comprar un inmueble, lo aconsejable es hacerlo con escritura de forma de tener seguridad que realmente sos el propietario y que nadie te lo va a quitar. Podés ahorrar e invertir el dinero sin necesitar recurrir a este tipo de atajos que no terminan funcionando en el largo plazo.

Plan de ahorro para un auto

Esta necesidad mental que tenemos de cuotificar y ahorrar forzosamente por falta de disciplina hace que los planes de ahorro de auto sean formas muy populares de comprar un auto. Este tipo de productos generan que estés pagando una cuota que se ajusta permanentemente a valor auto (es decir, pagás un auto nuevo aún cuando tengas un auto de dos años de antigüedad) y te genera costos adicionales como gastos administrativos y costosos seguros que te obligan a contratar mientras tengas el plan de ahorro.

A su vez, no sabés en realidad cuándo te van a entregar el auto. A pesar de los carteles que promocionan entrega asegurada en la cuota 2, quien ha entrado en este tipo de planes sabe del dolor de cabeza que es lograr que te entreguen el auto. Y, al igual que pasa con las compras en pozo, son inversiones de las que es muy difícil salir. Si querés venderlo en algún momento, probablemente tengas que resignar precio, con lo cual mucha gente se queda atrapada pagando estos planes para no ver esa pérdida.

 

Seguro de vida o retiro

Nunca se ve más claro el costo de no tomar el futuro en tus propias manos que con los seguros de vida o retiro. Prometen darte tranquilidad en cómodas cuotas. Sabés cuánto tenés que pagar todos los meses y si no pagás vas a tener un problema. Pero esa tranquilidad tiene su precio. Son productos con bajos rendimientos que en muchos casos hasta tienen penalidades si querés retirar dinero antes del plazo que te ponen. Si uno invierte a plazos tan largos como los que se plantean en este tipo de seguros es lógico esperar rendimientos que vayan más en línea con los valores del mercado.

Si los buscás mirar como un seguro por si algo te pasa a vos que tu familia no quede desprotegida es una cosa, pero si a vos no te pasa nada y lo querés ver como inversión ya es otra cosa. ¿Acaso considerás una inversión el monto que pagás de seguro de tu auto? ¿O lo que pagás de obra social? Son seguros dado que te cubren de alguna contingencia de baja probabilidad de ocurrencia pero gran impacto económico. El error radica en mirarlos como una inversión.

Una alternativa superadora es armar un plan de inversión por vos mismo o buscar un asesor profesional que pueda ayudarte a trazar tu propio camino de inversión, sin depender de este tipo de atajos que no son productivos.

 

 

 

Es muy común querer compensar la falta de disciplina queriendo convertir a tus inversiones en una factura más que pagás todos los meses. Pero eso no tiene por qué ser así. Quienes logren tomar las riendas de su futuro financiero podrán sacarle provecho a su capital.

 

Matías Daghero

Presidente de Closing Bell Advisors

Agente Asesor Global de Inversión CNV Matrícula 1.117

 

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