Una de las principales recomendaciones que realizan inversores más focalizados en el análisis fundamental es que siempre que realicemos una inversión, esta sea una inversión de largo plazo.
Warren Buffett suele decir que uno debe invertir como si el mercado fuera a estar cerrado los 10 próximos años. Veamos un par de frases que Warren menciona al respecto:
“Invierte siempre a largo plazo: alguien se sienta hoy a la sombra de un árbol que plantó hace mucho tiempo”.
“Cuando somos dueños de negocios extraordinarios con un equipo gestor extraordinario, nuestro período favorito de inversión es para siempre.”
Pero este consejo no se queda solo en frases bonitas. Es algo que realmente funciona. Lo veamos con números.
¿Qué resultados se obtuvieron en Estados Unidos?
Si miramos retornos del mercado norteamericano a largo plazo, podremos notar claramente que se ha tratado de una inversión muy exitosa que ha otorgado un rendimiento anual aproximado del 9%. Y esto solo mirando el índice, porque en el caso de empresas que revolucionaron sus industrias, las subas son aún mayores.
En el siguiente cuadro podrás observar los mercados alcistas (bull market en inglés) y los mercados bajistas (bear market) desde el año 1926:
Como podrás observar es mucho más el tiempo en el que los mercados se encuentran al alza. Las caídas del mercado son por períodos más cortos y de menor profundidad que las subas.
Mirando en retrospectiva esta gráfica, si uno tuviera la mala suerte de haber ingresado en el instante previo a que se desatara una crisis, en lugar de vender en medio del pánico la mejor decisión hubiera sido esperar a que pasara el tiempo sin mirar las cotizaciones, para luego encontrarse con que nuestras inversiones habían crecido en su valor.
¿Y en Argentina?
Pero este tipo de estrategia de inversión no funciona por igual en todas partes del mundo. Basta con mirar lo que sucede en nuestro país. Veamos cómo le hubiera ido a un inversor que hubiera apostado al largo plazo en algunas de las empresas argentinas más reconocidas. Para evitar el efecto de la inflación y múltiples devaluaciones, utilizo los ADR en dólares:
Un inversor que hubiera colocado su capital en el año 2000 en YPF (línea celeste) y en Banco Galicia (línea roja), casi 20 años más tarde acumularía una pérdida del 71,44% en YPF y del 14,30% en Galicia.
Sí, en el medio hubo períodos en las que se materializaron grandes ganancias, pero esto nos mostraría que el mercado argentino es más para trading que para inversores de largo plazo.
Pero no todos los inversores argentinos que invirtieron pensando en el largo plazo vieron como su capital salía herido. Veamos lo que pasó con un par de acciones argentinas que forman parte de la economía del conocimiento y que tienen ingresos no solo de Argentina (menos vulnerables a nuestras sucesivas crisis):
Un inversor que hubiera invertido en el año 2007 en las acciones de Mercado Libre (línea dorada) acumulaba en 2020 una ganancia del 1634%. Por su parte, alguien que hubiera invertido en Globant en el año 2014 cuando empezó a cotizar acumulaba un 2433% de ganancia.
Importante elegir bien donde estar
Pero Argentina no está sola en esto de ser un mercado que invirtiendo en un plazo largo de tiempo no arrojó buenos resultados. Veamos el caso de Japón, que luego de alcanzar su valor máximo en 1989 nunca más pudo volver a dichos valores:
¿Cuál es el factor común en los mercados que crecen? El crecimiento del PBI.
Cuando el PBI de un país crece, se multiplica la capacidad de generar negocios de las empresas. Con esto, también subirán sus ingresos y utilidades. Y, la valuación de toda empresa es fruto del descuento de los flujos de fondos futuros a una tasa determinada, por lo que, si se espera que estos flujos sean mayores, el precio de las acciones subirá.
En el largo plazo estaremos todos muertos, decía John Maynard Keynes. Claramente podría haber estado hablando de los inversores de largo plazo argentinos (y japoneses).
El mercado alcista que se inició en 2009 fue de los mercados alcistas más largos de la historia y desde hace varios años, muchos analistas prevenían que en algún momento llegaría una crisis. Claro está que si hubiéramos vendido en ese momento nos hubiéramos perdido las grandes subas que experimentó luego el mercado.
Pero, ¿cómo protegernos de las inevitables crisis?
Cuando uno mira lo que habitualmente sugieren los gurúes financieros, hay un activo que siempre es mencionado como un refugio de valor en tiempos de crisis: el Oro.
El Oro falló cuando más lo necesitábamos
Como argentino y gran fanático del tenis, obviamente que me encantaba cómo jugaba David Nalbandián. Sin embargo, no pudo brillar en la Copa Davis.
Algo parecido podemos decir que pasó con el Oro en esta crisis. Cuando era su momento de actuar, brilló por su ausencia:
Una caída del 10% en una semana claramente no es algo que pueda atribuirse a un activo de refugio. Es cierto que la caída de las acciones fue mayor, pero el objetivo de un activo de refugio es que rinda más en una crisis que si uno hubiera estado líquido y ese no fue el caso.
Ni hablar de un inversor que hubiera tenido en su cartera Oro en lugar de acciones esperando que este actuara en la crisis. El costo de oportunidad fue enorme. Basta con comparar la evolución en la última década del Oro y de las acciones:
Las acciones han venido superando con creces al oro en las últimas décadas.
Ni hablar de lo que sucedió con lo que algunos gurúes financieros intentaban de imponer como el activo de refugio del siglo XXI: el bitcoin.
El bitcoin no ha funcionado como refugio en momentos de crisis ni de inflación. Su futuro está por verse, pero claramente no es un activo para confiar si buscás proteger tu cartera.
Los Stop Loss y los mercados volátiles
Una medida que suelen implementar muchos inversores es la de establecer Stop Loss o límite para sus pérdidas. Así, por ejemplo, muchos dicen estar dispuestos a tolerar una pérdida de hasta el 20% y colocan su Stop Loss allí.
De esta manera, si la acción o instrumento que tienen en cartera cae ese 20% automáticamente se dispara la venta y si el mercado sigue cayendo ya no los afecta.
Si bien considero que colocar Stop Loss y seguir invirtiendo en acciones es una versión superadora de protegerse con la compra de Oro, le encuentro al menos un par de problemas que vimos en estos días.
La primera de ellas es que si el mercado abre con un fuerte gap (4% abajo, por ejemplo) puede que termine perdiendo más de un 20%, dado que el mercado perforó el valor que había colocado como límite a mis pérdidas.
Y el segundo, es que el Stop Loss te obliga a vender a tu inversión en medio de un pánico generalizado y te deja afuera de tu inversión en caso de que se dé una recuperación. Lo veamos en el gráfico del Nasdaq de una semana como ejemplo:
Si colocabas tu Stop Loss en 7.250, el día siguiente a tu venta veías subir un 10% nuevamente las acciones y te ponía a prueba psicológicamente para determinar si la crisis ya había pasado y comprar. Y al día siguiente nuevamente caía, quizás duplicando la pérdida que habías tenido.
Una de las cosas que más me gusta del tenis es que es uno de los pocos deportes que mientras estás dentro de la cancha, todavía tenés posibilidades de dar vuelta un partido. En el fútbol, si estás 4 a 0 abajo, difícilmente puedas dar vuelta el resultado. Pero en el tenis, se han dado muchísimos partidos con jugadores que estuvieron 2 sets abajo y que lograron ganar el partido.
El Stop Loss tiene una dinámica más parecida a estar perdiendo 4 a 0 en un partido de fútbol: te saca de la cancha y no te permite participar de una recuperación rápida. Pero hay una herramienta que sí.
Una solución simple para estar protegido
En la vida normal, cuando hay un evento de baja probabilidad de ocurrencia pero que ocasionaría un gran daño a tus finanzas buscamos la forma de cubrirnos. Así es como tenemos una obra social para nuestra salud y contratamos un seguro para nuestra casa o nuestro auto.
Pagamos una prima a cambio de disminuir el daño que alguno de estos eventos podría ocasionar.
Bueno, para tus inversiones existe algo muy parecido a estos seguros: los puts.
¿Qué son los puts?
Son una opción financiera que te da el derecho a vender a un determinado precio un activo. Uno paga la prima y de esta manera limita su pérdida.
Cuando compramos el seguro del auto sabemos que nuestras opciones de pérdida son dos. Si no sufrimos ningún accidente, habremos perdido el monto que pagamos. Y si sufrimos algún accidente, lo máximo que pagaremos es la franquicia.
Lo mismo sucede con los Puts. Si el mercado no cae en crisis habrás perdido el monto de la prima y si el mercado entra en crisis habrás perdido el monto de pérdida que habías establecido (por ejemplo, el 20%).
¿Cómo funciona el Put? Es como un amortiguador. Cuando todo cae, su precio sube abruptamente.
Lo veamos con un ejemplo real. En el mes de enero cubrí la cartera de varios de mis clientes comprando el Put. Si el mercado seguía subiendo, ellos seguían obteniendo ganancias del mercado y si la crisis llegaba limitaban su pérdida.
¿Cuánto costaba cubrir una cartera de USD 50.000 comprando un Put del SPY (S&P500)? Con apenas USD168 te cubriste de una caída de hasta el 25%.
¿Cómo actuó en el momento de crisis?
Cumplió su rol, que era limitar las pérdidas de tu portafolio en el momento de crisis.
Muchos sentirán que se trata de un instrumento complejo y que nunca podrán utilizar, pero esta nota te ayudó a entender de una forma sencilla como funciona “tu seguro” en la bolsa. Y así es cómo necesitás entender cómo funciona el seguro de tu auto, pero no te encargás vos mismo de armar una empresa de seguros, al invertir tu dinero podés pedir a tu asesor financiero que te ayude a utilizar esta herramienta.
Al fin y al cabo, no estamos solo para cobrar comisiones sino para administrar tu dinero de una manera profesional.
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