Muchos buscan una inversión 100% segura, pero… ¿existe alguna inversión que te garantice obtener una ganancia?
Para algunos, invertir en el mercado de capitales puede ser todo un desafío. Si miramos hacia atrás el desempeño del índice norteamericano S&P 500 desde comenzó el siglo XXI, el índice tuvo dos grandes correcciones, una de 50% durante la burbuja de las puntocom y otra de 57% durante la Gran Recesión.
La magnitud de estos movimientos bajistas en el mercado es una de las principales razones por las cuales la consultora Gallup ha reportado recientemente que el número de inversores en acciones en Estados Unidos ha llegado a un mínimo histórico.
Sólo 52%, es decir, uno de cada dos adultos es dueño de una acción (ni hablar en Argentina donde ese número es menor al 2% de la población).
El aspecto más preocupante de esta tendencia es que el mercado de capitales ha mostrado una otra vez que es el mayor creador de riqueza de todas las categorías de activos.
Sea oro, petróleo, bonos o inversiones inmobiliarias, el rendimiento histórico de 7% anual de las acciones, incluyendo la reinversión de sus dividendos, los supera a todos los demás.
Que el 48% de los adultos no sea dueño de acciones presenta el riesgo de no tener un colchón lo suficientemente grande al momento del retiro o que la inflación se coma el poder adquisitivo de lo que logren guardar para su retiro.
Entonces, ¿qué tenemos que hacer como inversores? La respuesta ideal es invertir en acciones, por supuesto, pero es entendible que exista una falta de confianza entre los inversores luego de la masiva caída de los valores de estas entre 2007 y 2008.
Invertir implica correr el riesgo de perder dinero, así de simple. No hay algo como una inversión libre de riesgo.
Si no queremos correr ningún riesgo podemos quedarnos con los dólares líquidos y tener una pérdida segura frente a la inflación.
Pero, ¿qué pasaría si te dijera que hay una inversión que está tan cerca de ser libre de riesgo como se puede conseguir?
Lo más cercano a una inversión segura que vas a conseguir
La historia de correcciones del índice S&P 500 en las últimas décadas está suficientemente documentada. Como el S&P 500 está ponderado por capitalización búrsatil, es una mejor medida de la salud del mercado de capitales de Estados Unidos que el Dow Jones.
Desde el 1 de enero de 1950, el S&P ha sufrido 37 correcciones en las cuales el valor de sus puntos ha bajado en más de 10%. Para ponerlo en contexto, estamos hablando de una corrección en las acciones en promedio cada dos años. Probablemente es mucho más común de lo que te habías imaginado.
Sin embargo, y acá está el punto clave, cada una de esas 37 correcciones en el mercado han sido completamente borradas por un rally de mercado alcista en cuestión de semanas o meses o, en casos más raros, en años.
Te repito, en 37 de las 37 correcciones de más de 10% desde 1950, el S&P 500 ha conseguido borrarlas. Eso es una tasa de éxito del 100%.
Dejando de lado cualquier situación excepcional, el S&P es lo más cercano a una garantía que podés conseguir al invertir en el mercado de capitales.
Y todavía te digo más, el S&P 500 pasa mucho más tiempo expandiéndose y subiendo que en corrección. Si sumamos los días que el S&P 500 ha pasado en tendencia bajista desde el 1 de enero de 1950, los días de mercado alcista son 3 veces más.
Entonces, ¿cuál es esta inversión casi segura?
Si bien no es la más emocionante de las inversiones, el SPDR S&P 500 ETF (SPY) refleja el desempeño del S&P 500 con bastante precisión. Los datos claramente muestran que si comprás el ETF SPDR S&P 500 y lo mantenés por bastante tiempo, deberías ganar dinero en términos reales.
¿Por qué invertir en empresas de Estados Unidos y no del resto del mundo?
Muchas veces me consultan respecto a si resulta conveniente invertir en empresas de Estados Unidos en lugar de hacerlo en la de otros países.
Claramente no me refiero a las volátiles acciones de empresas argentinas donde el riesgo es otro. Pero si uno incluso busca entre empresas de otros países desarrollados, podrá ver que el rendimiento fue más bajo.
En el gráfico de Visual Capitalist que te presento a continuación podés observar como creció un 901% la bolsa de Estados Unidos entre 1990 y 2019. Esto a pesar de las numerosas crisis financieras que hubo al medio y que ocuparon los titulares de los diarios.
Y si lo comparamos con el rendimiento de otros países desarrollados, también fue mayor: Alemania subió 820%, Canadá 444%, Gran Bretaña 238% y Japón apenas 1%:
¿Y si incluimos también a los países emergentes?
En el gráfico a continuación de JP Morgan podés observar el crecimiento del mercado estadounidense comparado contra el índice MSCI All Country World ex-US (el resto del mundo sin Estados Unidos), podrás observar que la diferencia desde el año 2012 se ha ampliado:
¿Puedo invertir en empresas norteamericanas desde Argentina?
Sí, existe la posibilidad de comprar estas compañías y comprarlas con pesos.
Y la vez que muchas de ellas te pagan sus dividendos en dólares. En próximas notas te estaré hablando más de cómo realizar esto.
Saludos,
Matías Daghero
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El pánico llegó a los mercados de la mano del Coronavirus. ¿Momento de vender todo y esperar?
Mientras en Argentina nos encontrábamos celebrando el fin de semana largo por el Carnaval, donde lejos de haber Carnaval fue en los mercados.
El crecimiento exponencial experimentado en los casos de Coronavirus y su propagación a otros países más allá de China (Italia como uno de los destacados en los últimos días) sembró las alarmas en los inversores.
Basta con mirar el siguiente gráfico donde podemos observar las pérdidas acumuladas entre lunes y martes de esta semana por las acciones que componen el índice S&P500:
Con este panorama, todas las notas periodísticas y programas de inversiones hablan del pánico en los mercados y de cómo es un momento para no estar invertido y esperar líquido. Pero… ¿es esto una buena recomendación?
Un consejo del mejor de todos los tiempos
Si de referentes mundiales en el mundo de las inversiones hablamos, claramente Warren Buffet figura en el podio. En una entrevista que dio hace un par de días a la CNBC dejó una frase muy interesante: “Tu no compras ni vendes tu negocio según los titulares de un solo día. Si ese día te da la oportunidad de comprar algo que te gusta más barato, es tu día de suerte”.
En esa misma entrevista menciona que realizar ventas de acciones en medio de pánicos generalizados como el que vivimos actualmente con el Coronavirus suele no ser lo más aconsejable para un portafolio que busque buenos retornos en el largo plazo.
«Soy un comprador neto de acciones en el tiempo. Los inversores somos ahorradores, por lo tanto, deberíamos de querer que el mercado caiga. Comprar más barato»- continúa el óraculo de Omaha. «Compramos negocios por 20 o 30 años y por lo tanto el coronavirus no cambiará esta perspectiva»
Como inversores, debemos entender que los medios necesitan salir todos los días y que las noticias más sensacionalistas son las que suelen captar la atención del público. Pero esto no significa necesariamente que seguir lo que ellos dicen sea lo mejor para nuestras inversiones. Más bien todo lo contrario.
Un indicador que nunca falla
A diferencia de lo que sucede en Argentina, en Estados Unidos muchas personas invierten en el mercado de capitales. Y esto hace que haya incluso varios canales que toda su programación está dedicada a hablar de los mercados financieros: Bloomberg, CNBC y Fox News, por nombrar los más famosos.
En CNBC tienen la costumbre de hacer un especial llamado “Markets in Turmoil” (traducido sería algo así como “Mercados en Crisis”) en donde analizan los motivos de la fuerte caída del mercado y de lo terrible que es estar invertido en ese momento.
Sin embargo, el twitter de @CharlieBilello se encargó de hacer un estudio de todas las emisiones de este programa desde el año 2010 y el desempeño de los mercados en distintos lapsos de tiempo: 1 semana, 1 mes, 3 meses, 6 meses, 9 meses, 12 meses y acumulado hasta el día de hoy. Te presento la tabla a continuación:
Como podrás observar, 3 meses después de la emisión del programa en un 96% de los casos el mercado ya se encontraba en terreno positivo. De esta manera, si hubieras sido preso del pánico hubieras vendido tus inversiones en el peor momento.
Pero si esta tabla te resulta compleja de entender, te invito a ver el siguiente gráfico del sitio web “Sentiment Trader” donde muestra la evolución del mercado estadounidense medido en su índice S&P500 y marcando con un círculo el momento en que se emitió este especial de la CNBC y con un triángulo los tweets negativos de Donald Trump sobre los mercados:
Más precisión para detectar los pisos de mercado, imposible!!!
Poner la lupa en el largo plazo
Volviendo al consejo de Warren Buffet de invertir pensando en el largo plazo, veamos como vernos influenciados por plazos muy cortos de tiempo puede llevarnos a tomar malas decisiones.
Miremos el siguiente gráfico de la evolución del Nasdaq en 2020:
En tan sólo 4 días negativos se borraron todas las ganancias que se habían venido acumulando durante casi dos meses. Si sólo viéramos esto nos llevaría a pensar que es momento de salir corriendo del mercado.
Sin embargo, si ampliamos nuestro horizonte hasta 2014 la impresión es totalmente diferente:
Sí, ha habido correcciones en el camino, pero haber permanecido invertido te hubiera llevado a más que duplicar el capital.
En el gráfico se observa como la media móvil de 200 ruedas (la línea marrón, un indicador de la escuela del Análisis Técnico) ha sido un muy buen indicador de la tendencia y cómo haber estado invertido cuando el mercado se encontraba por encima de esta media y fuera del mercado cuando se encontraba por debajo hubiera traído muy buenos resultados a inversor.
Tomarle el tiempo al mercado es algo muy difícil, pero ser víctima de las ventas en pánico puede representar la ruina para tus inversiones.
Matías Daghero
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Depender de la jubilación estatal es algo que no le deseo a nadie. El momento para comenzar a ahorrar es hoy. En mi nota de hoy te cuento por qué.
El otro día se jubiló el padre de un gran amigo de toda la vida. Tenía un muy buen sueldo en una empresa para la que trabajó por más de 20 años (algo muy difícil hoy en día de conseguir, tantos años en una misma empresa) y comenzó a aportar desde los 25 años al sistema previsional.
Sin embargo, sufrió un disgusto al enterarse que, a pesar de todos sus antecedentes, terminaría cobrando la jubilación mínima.
Apenas $15.000 por mes.
No caben dudas de que luego de toda una vida de trabajo una persona merece vivir los últimos años de su vida sin tener que estar afrontando preocupaciones económicas.
Pero para poder llegar a vivir con tranquilidad estos últimos años, conviene que te plantees desde joven la pregunta de si conviene apostar todo nuestro futuro a la dependencia de la jubilación que en el futuro el Estado estime como suficiente (más aún en un país en dónde la gran mayoría de las personas cobrará la jubilación mínima).
Es que el efecto que el tiempo tiene en el incremento de nuestros ahorros es impresionante, por lo que comenzar a plantearse esto a una temprana edad puede marcar una gran diferencia.
Asumí la responsabilidad de generar tu propia jubilación
Para verlo más claramente, te propongo que lo veamos con unos ejemplos. Supongamos 3 personas que logran ahorrar u$s 30.000 y que los separan de sus ahorros habituales para invertir hasta su jubilación.
La diferencia entre ellos radicará en que uno comenzará a invertir desde los 25 años (40 años invirtiendo), otro desde los 35 (por 30 años) y el último recién comenzará a hacerlo a los 45 (20 años invirtiendo).
A su vez, establecemos distintas tasas de rendimiento que estos inversores podrían obtener según los instrumentos que elijan:
Como se puede ver, el efecto de multiplicación de capital es enorme en plazos tan largos. Y una persona que, con mucho esfuerzo pudo lograr hacerse de un capital de u$s 30.000, quizás luego de ver esta tabla pueda plantearse que ya no parece tan pequeño su capital como antes.
Esta inversión de u$s 30.000 podría convertirse en más de un millón de dólares para el momento de su jubilación!!!
Por otra parte, se debe tener presente que en este cálculo se utilizó el supuesto de que no sumaba ningún ahorro más a lo largo de toda la vida de la persona (al igual que no se produjo ningún retiro), por lo que seguramente ese monto podrá ser incluso mayor.
Cuanto antes empieces, menos riesgo tenés que asumir
Una pregunta que podrás estar haciéndote en este momento es cómo obtener las rentabilidades que figuran en la tabla.
Como podrás notar las tasas que se colocaron no son para nada exorbitantes. La tasa del 10% es el promedio histórico de rendimiento del S&P 500 de los últimos 40 años. Si bien rendimientos pasados no garantizan rendimientos futuros, un historial tan extenso sirve como referencia. Y hoy existen instrumentos como los ETF que permiten seguir el índice, por lo que podés comprarlos desde capitales muy bajos.
Los Exchange-Traded Fund (ETF, por sus siglas en inglés) son instrumentos que operan como un portafolio de inversiones que cotiza en el mercado de valores. De esta manera se puede obtener una amplia diversificación desde montos pequeños y con la misma modalidad de negociación que una acción.
Por más que sea poco lo que tengas, podés comenzar
Otra cuestión con la que muy a menudo suelo encontrarme con clientes, alumnos o incluso con parientes y amigos es que los mismos plantean que no tienen un capital para comenzar a invertir.
Para ellos también hay una alternativa y la misma consiste en generar la conciencia del ahorro. Buscar en ciertos gastos que uno pueda recortar para comenzar a invertir y aquí todo ayuda.
Te comparto un ejemplo que te sorprenderá.
Supongamos una persona que reduce la cantidad de gaseosa que toma. Esto podría no sólo ayudar a su salud sino también a su bolsillo. Supongamos el caso de que tomara, por ejemplo, 2 botellas de gaseosa menos por semana y destinara ese dinero a la inversión.
Para reducir los efectos de la inflación en el cálculo, vamos a utilizar el precio internacional de la botella de la famosa gaseosa que es u$s1,50. Esto nos da un ahorro de u$s 12 por mes (aproximadamente 240 pesos por mes).
Si una persona hiciera este ejercicio por 40 años y obtuviera del mismo el rendimiento promedio de 10% anual, ¿sabés a cuánto asciende su capital al momento de jubilarse?
A la increíble suma de u$s 66.600.
Es decir que con este pequeño esfuerzo el inversor podría al momento de su retiro usar ese capital para obtener una renta mensual que complemente su jubilación (ya sea mediante la compra de un departamento o bonos).
Como habrás podido observar, el tiempo juega a favor de los capitales pequeños por lo que resulta muy recomendable empezar a pensar en estos temas con tiempo.
El mejor momento para empezar a ahorrar era ayer. El segundo mejor es hoy mismo.
Saludos,
Matías Daghero
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A partir de abril de 2018 los inversores argentinos que buscaron alternativas para proteger sus ahorros recurrieron con éxito a un clásico argentino: el dólar.
Sin embargo, a partir de la instauración en septiembre pasado de limitaciones a la compra de dólares e incluso la implementación de impuestos a su adquisición, los ahorristas que durante los últimos años tranquilamente compraban dólares para combatir una inflación galopante se encuentran en la disyuntiva de qué hacer con sus ahorros.
En esta nota analizamos alternativas vigentes, pero antes veamos un poco de historia.
¿Se repite la historia?
Algo que nuestras mascotas aprenden rápidamente es a no hacer algo que les hace daño. Si tocan una olla caliente, no lo harán una segunda vez. Sin embargo, los humanos muchas veces tropezamos con la misma piedra. Y en Argentina esto es más cierto aún.
Cepo cambiario, congelamiento de precios, tasas reales negativas. ¿Qué podría salir mal?
Lo bueno de que la historia se repita es que podemos observar cómo se comportaron las variables en estos escenarios.
En la tabla a continuación te presento la evolución que tuvieron determinados instrumentos de inversión (dólar, plazo fijo y acciones del Merval) utilizados por los argentinos medidos contra la inflación desde la salida de la Convertibilidad. En cada año, se coloca en rojo el valor más pequeño y en verde el de mejor desempeño.

Como podrás notar venimos de dos años seguidos en los que el dólar ha sido el líder indiscutido. En todo el horizonte de tiempo analizado, esta situación del dólar obteniendo el bicampeonato no se había presentado.
Pero buscando encontrar un paralelismo con el período anterior de cepo cambiario (2011-2015) podrás notar que el dólar pudo ganarle a la inflación los primeros años del cepo, para luego salir empatado en 2014 y perder fuertemente en 2015.
Por su parte, mirando la serie histórica el plazo fijo ha sido deportivo perder siempre: nunca fue la mejor opción de inversión. A su vez, poniendo el foco en el cepo anterior, el plazo fijo perdió sistemáticamente contra la inflación todos los años. Esto es así porque el gobierno de aquel momento (aplicando las mismas políticas que se están implementando ahora) ofrecía tasas de interés real negativas.
Por último, las acciones argentinas nucleadas en el Merval son las grandes ganadoras si uno mira la serie histórica completa. Sin embargo, si nos centramos en el período del cepo de Cristina podremos ver que el año de instauración del cepo (2011) y el año siguiente (2012) las acciones tuvieron un flojo rendimiento, recuperándose fuertemente a partir de 2013.
¿Cómo armar un portafolio de inversión hoy?
Hasta aquí lo que pasó previamente, pero… ¿en dónde colocar hoy nuestros ahorros?
Como siempre decimos en estas columnas, es muy importante la conformación de un portafolio diversificado.
El primer paso es identificar nuestro perfil de inversión: conservador, moderado o agresivo. Aquí no es que un perfil sea mejor que otro, sino que debemos ver con cuál nos identificamos mejor. De nada sirve que compre una inversión agresiva si después no puedo dormir por la noche.
En segundo lugar, es muy importante que definamos el plazo por el que estaremos realizando la inversión. No es lo mismo ahorrar para nuestras vacaciones que serán dentro de 6 meses que hacerlo para comprarnos una casa en 5 años. Habrá instrumentos que se adecúen mejor para plazos cortos y otras para plazos largos.
Sin que los mismos constituyan una recomendación de inversión sino a modo ilustrativo y simplemente como ejemplo, la tabla a continuación se plantean instrumentos disponibles hoy en el mercado y que podrían formar parte de un portafolio diversificado:

En próximas columnas te estaré hablando sobre estos instrumentos y las características de cada uno de ellos. Si querés comenzar a ahorrar y no sabés cómo hacer, podemos ayudarte. Hacé clic aquí para más información.
Saludos,
Matías Daghero
La información contenida en este mensaje ha sido recopilada de fuentes que se consideran confiables. No obstante, la exactitud o integridad de la misma no está garantizada y queda sujeta a cambios sin previo aviso. Toda información, opinión o recomendación incluida en este mensaje o en archivos adjuntos, ha sido elaborada con fines exclusivamente informativos, sin que ello constituya una oferta o solicitud para comprar o vender valores o cualquier tipo de instrumento o producto financiero. El informe no tiene por objeto proveer los fundamentos para la realización de ninguna evaluación crediticia o de cualquier otro tipo. El destinatario deberá evaluar y determinar por sí mismo, la conveniencia y los riesgos de la inversión en los títulos valores y/o instrumentos financieros referidos en esta nota.

Llevamos apenas unas semanas de este 2020 y estamos en temporada alta de cumplimiento de los objetivos del año. Si uno observa podrá notar más gente saliendo a correr o yendo al gimnasio, comenzando una nueva dieta o mejorando alguno de sus hábitos.
Uno de los objetivos que más personas se fijan es el de poder ahorrar más: para unas vacaciones, cambiar el auto, pagarse algún estudio superior o comprarse una casa.
Lamentablemente, hay estudios que demuestran que la mayoría de las personas incumplen el 80% de sus objetivos de año nuevo antes de la segunda semana de febrero. ¡Qué poco duró el entusiasmo!
¿Por qué incumplimos nuestros objetivos?
Una de las razones por las que incumplimos nuestros propósitos de año nuevo es porque los objetivos no son lo suficientemente concretos o no teníamos un plan para respaldarlos. Una cosa es saber por qué nos gustaría ahorrar dinero, y otra bien distinta es saber cómo.
Sin establecer un esquema de pasos específicos para lograr nuestros objetivos, muchas veces simplemente decae nuestra fuerza de voluntad. Por ejemplo, quizá nos hayamos planteado ahorrar dinero, pero de repente la primera semana del año se nos presentan unos gastos inesperados. Inevitablemente, se nos va todo el plan por la borda a las primeras de cambio.
Veamos 3 medidas que puedes tomar para poder cumplir tu objetivo de ahorro:
1. Págate a vos mismo primero.
Un primer error que solemos cometer es primero realizar todos nuestros gastos y recién ahí ahorrar lo que quede (si es que quedó algo).
Esto nos presenta un par de problemas.
El primero, con una inflación por encima del 50% anual, dejar tu dinero a la vista durante casi todo el mes hará que el mismo se desvalorice y que pierdas tiempo de estar generando el pago de una tasa de interés por tus ahorros. ¿Pensás que exagero?
Supongamos que dejaste $10.000 en tu cuenta hasta el final del mes y recién allí decidís ahorrarlo. ¿Cuánto podrías haber obtenido en ese tiempo? Cerca de $300. Claramente no es una fortuna, pero también dependerá de cuánto es el capital que dejás parado.
¿Cómo evitar que te pase esto de esperar al final del mes?
Simplemente organizando cuánto dinero vas a gastar el mes. No hace falta que sea el número exacto y siempre podrá haber imprevistos, pero definir un número aproximado podrá achicar bastante ese margen.
El segundo problema es que, pagando primero todos los gastos, el ahorro pasa a un segundo plano. Claro, como de los gastos en muchos casos te llegan las facturas (luz, agua, seguros, etc.) o necesitás comprarlo para cubrir tus necesidades básicas están mucho más presentes en tu mente.
En cambio, no te llegan facturas a pagar por tus ahorros. Lo que me lleva a la segunda medida.
2. Hacé que el ahorro sea automático.
Una de las claves para cumplir a rajatabla tus propósitos de año nuevo es conseguir integrarlos en tu rutina. Que formen parte de tu día a día y sean procesos automáticos.
La constancia es lo más importante si querés que algo se convierta en un nuevo hábito. A la hora de ahorrar dinero, por ejemplo, transferir el dinero en tu cuenta comitente o de bolsa, de manera periódica y repetitiva: Semanal, quincenal, mensual… que sea algo automático.
¿Qué es una cuenta comitente? Es la cuenta que se utiliza para comprar instrumentos de ahorro. No es necesario un gran capital para esto. Para más información hacé clic aquí.
Si cobras tu sueldo el cuarto día hábil, ponete un recordatorio en tu agenda para transferir a tu cuenta comitente para que tus ahorros empiecen a trabajar.
3. Establecé un porcentaje de tus ingresos destinado al ahorro.
Otra medida importante es establecer un porcentaje de tus ingresos que vas a ahorrar cada mes. Muchos me consultan si hay un porcentaje específico que deberían ahorrar cada mes. Esto dependerá de cada persona y sus necesidades.
Sin embargo, lo que siempre marco como importante es que haya un porcentaje mínimo establecido que te sirva de guía. Por ejemplo, si tu objetivo es ahorres un 15% de tus ingresos, eso será lo mínimo que transferirás automáticamente a tu cuenta comitente. Puede darse el caso de que algún mes puedas ahorrar, pero definir un objetivo de mínima es muy importante.
En países con elevada inflación como el nuestro, es importante que fijes un porcentaje de tus ingresos y no un monto específico, porque la inflación irá haciendo que en términos relativos tu ahorro sea cada vez menor si es un monto fijo.
A su vez, resulta clave que el objetivo que te fijes sea realista. Si nunca salí a correr y me pongo como objetivo correr una maratón de 20km, muy probablemente me frustre en las primeras semanas de entrenamiento y deje todo. Es preferible ir poniéndome metas realistas y que las mismas las vayamos subiendo paulatinamente con el tiempo.
Yendo a lo que nos compete, el ahorro, si hasta ahora no ahorraba nada comenzar con un objetivo de ahorrar el 5% de mis ingresos puede ser un buen comienzo. Quizás a los 6 meses lo suba al 10% y al año lo fije en 20%. En cambio, si de ahorrar nada quiero pasar a ahorrar el 30% muy probablemente no los consiga y abandone todo objetivo de ahorro.
Como personas necesitamos experimentar ese sentimiento gratificante de que vamos cumpliendo nuestro objetivo de ahorro y esto sólo nos irá empujando a ir incrementándolo lentamente.
Con estas 3 medidas que podés implementar rápidamente observarás las mejoras en tus finanzas personales y en tu nivel de libertad financiera. De esta forma, ahorrar resultará mucho más fácil de lo que puede parecer a primera vista para conseguir que 2020 sea un año de objetivos conseguidos.
Matías Daghero
P.D: Si querés comenzar a ahorrar y no sabés cómo hacer, podemos ayudarte. Hacé clic aquí para más información.
Si hay algo que caracteriza a nuestro país en materia de inversiones bursátiles es la incertidumbre y el cambio de las reglas de juego permanente. Letras que cambian su fecha de pago y vuelven a hacerlo en menos de 4 meses, bonos que no están alcanzados por impuestos y que empiezan a estarlo, bonos que están gravados un año sí y otro no, y la lista sigue.
Todo esto genera profundas dificultades para aquellos que buscan realizar una inversión a través de la bolsa, que deben considerar múltiples variables y desde muchas ópticas. No sólo desde la óptica de un inversor (mirar los fundamentos y realizando análisis técnico de un instrumento) sino también considerar aspectos jurídicos (ley que posee un bono para el caso de litigio) e incluso impositivos.
En este último quiero hacer hincapié en el día de hoy: el impositivo.
A nadie le gusta pagar impuestos
La denominada “Ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva” introdujo varias modificaciones en cuanto a la fiscalidad de las inversiones. Las 3 principales que podemos considerar son las siguientes:
- Gravar con un 30% a la compra de dólares (ahorro, turismo, pagos con tarjeta, etc.)
- Incrementar las alícuotas de bienes personales, con hasta el doble de alícuota para el caso de inversiones en el exterior.
- Eximir del impuesto a la renta financiera a las colocaciones en pesos (y abre la posibilidad a que las en dólares también estén exentas nuevamente cuando salga la reglamentación).
Fruto de estas, en los últimos días quienes asesoramos en materia de inversiones hemos tenido que responder más preguntas sobre impuestos que sobre los instrumentos.
La gente quiere saber cómo hacer para no pagar impuestos o pagar lo mínimo posible. Pero creo que la preguntan que hacen es errada por lo que cuando me consultan esto les contesto con otra pregunta…
¿Querés ganar plata o no pagar impuestos?
El problema es que la gente se termina focalizando tanto en el impuesto que se olvida de la inversión que está realizando y que su principal preocupación tiene que ser el resultado que consiga con ella. Sí, el impuesto debe ser considerado como un costo más (junto a la comisión de tu bróker y otros que puedas tener), pero lo que realmente debe importarte es cuánto te queda después de todos los gastos.
Lo veamos primero con un ejemplo gráfico y después con ejemplos concretos de inversiones. Otra cosa que no gusta a muchos es el hecho de tener que pagar peaje. Supongamos que tenemos que hacer un viaje de 500km, pero para evitar pagar peaje tomamos un camino alternativo que hace que tengamos que hacer 200km. ¿Acaso suena lógico?
Bueno, está claro que al eximir del impuesto a la renta financiera a las inversiones en pesos el gobierno busca incentivar que inviertas en pesos. Si no querés pagar impuesto a las ganancias ni bienes personales, podés comprar un bono en pesos y conseguís tu objetivo. Ahora, si lo que querías era ganarle a la inflación, aunque no pagues impuestos en este momento las tasas en pesos son tasas reales negativas, por lo que estarás perdiendo poder adquisitivo de tu dinero.
¿Y la súpertasa de bienes personales del exterior?
El otro punto que muchos están analizando es la aplicación de hasta el doble de alícuota en aquellos bienes del exterior. Esto buscando generar el incentivo para que dichas inversiones se realicen en Argentina.
Nuevamente lo que aconsejo es mirar el resultado final de una inversión. Supongamos que me encuentro gravado a la alícuota máxima del 2,5%. Esto debo mirarlo como un costo que disminuye el resultado de mi inversión.
Si estoy invirtiendo en Letras del Tesoro de los Estados Unidos cuyo rendimiento hoy es menor al 2%, cuando aplico el impuesto mi resultado termina siendo una pérdida. Lo mismo sucede en el caso de inmuebles en donde la rentabilidad esté por debajo de ese importe. O que incluso estando por encima de la alícuota el rendimiento sea tan bajo que no me justifica el riesgo.
Diferente es el caso si el rendimiento de mi inversión es muy superior a eso. Supongamos que invierto en un ETF que replica el índice S&P 500 (SPY). En 2019 acumula una suba de más del 28% en dólares. Claramente aplicar la alícuota aquí de bienes personales (y si le sumamos también el impuesto a las ganancias), igualmente nos estará arrojando un excelente resultado.
Lo mismo sería válido si hablamos de Cedears. No termina de quedar en claro si tendrán o no el tratamiento de activos en el exterior en bienes personales (duplicando la alícuota) y están exentos del impuesto a la renta financiera. Si miramos los rendimientos acumulados este año por mucho de ellos son impresionantes. Dicen que para muestra basta un botón, así que veamos el caso del Cedear de Apple: Sube más de 240% en el año!!!
¿Dejarías de invertir en algo que rinde 240% para no pagar un impuesto del 2,5%?
“Existen dos cosas inevitables en la vida: la muerte y los impuestos” reza una frase célebre de Benjamín Franklin. Y en Argentina capaz descubramos la forma de volvernos inmortales, pero de lo que estamos seguros es que siempre habrá impuestos que pagar.

Una de las principales recomendaciones que realizan inversores más focalizados en el análisis fundamental es que siempre que realicemos una inversión, esta sea una inversión de largo plazo.
Warren Buffet suele decir que uno debe invertir como si el mercado fuera a estar cerrado los 10 próximos años. Veamos un par de frases que Warren menciona al respecto:
“Invierte siempre a largo plazo: alguien se sienta hoy a la sombra de un árbol que plantó hace mucho tiempo”.
“Cuando somos dueños de negocios extraordinarios con un equipo gestor extraordinario, nuestro periodo favorito de inversión es para siempre.”
Pero este consejo no se queda sólo en frases bonitas. Es algo que realmente funciona. Lo veamos con números.
¿Qué resultados se obtuvieron en Estados Unidos?
Si miramos retornos del mercado norteamericano a largo plazo, podremos notar claramente que se ha tratado de una inversión muy exitosa que ha otorgado un rendimiento anual aproximado del 9%. Y esto sólo mirando el índice, porque en el caso de empresas que revolucionaron sus industrias, las subas son aún mayores.
En el siguiente cuadro podrás observar los mercados alcistas (bull market en inglés) y los mercados bajistas (bear market) desde el año 1926:

Como podrás observar es mucho más el tiempo en el que los mercados se encuentran al alza. Las caídas del mercado son por períodos más cortos y de menor profundidad que las subas.
Mirando en retrospectiva esta gráfica, si uno tuviera la mala suerte de haber ingresado en el instante previo a que se desatara una crisis, en lugar de vender en medio del pánico la mejor decisión hubiera sido esperar a que pasara el tiempo sin mirar las cotizaciones, para luego encontrarse con que nuestras inversiones habían crecido en su valor.
¿Y en Argentina?
Pero este tipo de estrategia de inversión no funciona por igual en todas partes del mundo. Basta con mirar lo que sucede en nuestro país. Veamos cómo le hubiera ido a un inversor que hubiera apostado al largo plazo en algunas de las empresas argentinas más reconocidas. Para evitar el efecto de la inflación y múltiples devaluaciones, utilizo los ADR en dólares:

Un inversor que hubiera colocado su capital en el año 2000 en YPF (línea celeste) y en Banco Galicia (línea roja), casi 20 años más tarde acumularía una pérdida del 71,44% en YPF y del 14,30% en Galicia.
Sí, en el medio hubo períodos en las que se materializaron grandes ganancias, pero esto nos mostraría que el mercado argentino es más para trading que para inversores de largo plazo.
Pero no todos los inversores argentinos que invirtieron pensando en el largo plazo vieron como su capital salía herido. Veamos lo que pasó con un par de acciones argentinas que forman parte de la economía del conocimiento y que tienen ingresos no sólo de Argentina (menos vulnerables a nuestras sucesivas crisis):

Un inversor que hubiera invertido en el año 2007 en las acciones de Mercado Libre (línea dorada) acumularía al día de hoy una ganancia del 1.634%. Por su parte, alguien que hubiera invertido en Globant en el año 2014 cuando empezó a cotizar hoy acumularía un 2.433% de ganancia.
Importante elegir bien donde estar
Pero Argentina no está sola en esto de ser un mercado que invirtiendo en un plazo largo de tiempo no arrojó buenos resultados. Veamos el caso de Japón, que luego de alcanzar su valor máximo en 1989 nunca más pudo volver a dichos valores:

¿Cuál es el factor común en los mercados que crecen? El crecimiento del PBI.
Cuando el PBI de un país crece, se multiplica la capacidad de generar negocios de las empresas. Con esto, también subirán sus ingresos y utilidades. Y, la valuación de toda empresa es fruto del descuento de los flujos de fondos futuros a una tasa determinada, por lo que, si se espera que estos flujos sean mayores, el precio de las acciones subirá.
En el largo plazo estaremos todos muertos, decía John Maynard Keynes. Claramente podría haber estado hablando de los inversores de largo plazo argentinos (y japoneses).
Saludos,
Matías Daghero
Nota Publicada en Inversor Global el 20/12/2019

Una de las principales excusas que suelo escuchar para no ahorrar e invertir es que no se dispone de dinero para invertir: el dinero no nos alcanza. Pero para la gran mayoría el problema no es que el dinero no alcance, sino que toman decisiones que terminan teniendo esto como resultado.
Nuestra riqueza generalmente se mide por el patrimonio neto, que es el activo total menos todas las deudas. Pero hay una medida alternativa, que es asignar nuestra riqueza a los fines para los que sirve.
¿Para qué fines? Dos me vienen a la mente: riqueza física y riqueza social.
Comencemos con la riqueza física. Estamos hablando de la capacidad de una familia para mantener las comodidades físicas básicas, como disfrutar de una comida decente, un hogar confortable, un automóvil confiable y acceso a una buena atención médica.
No tenés que ser millonario para permitirte estos objetivos. Por lo general, un ingreso de clase media baja es suficiente. ¿Cómo medís tu riqueza física? Pensá en cuánto tiempo podrías mantener estas comodidades sin trabajar. Durante tu carrera laboral, puede ser cuestión de meses o años. Si estás jubilado, será, crucemos los dedos, el resto de tu vida.
Mientras tanto, la riqueza social se relaciona con los placeres mentales. Se trata de ego y entretenimiento.
Hace referencia a nuestro poder adquisitivo en relación con el resto de la sociedad: un juego de suma cero.
La riqueza social a menudo se muestra a través de símbolos de estado. Los humanos somos criaturas competitivas que disfrutamos del reconocimiento. Después de todo, ¿un adulto que conduce un automóvil de lujo es muy diferente de los adolescentes que flexionan sus músculos en la playa?
A diferencia de la riqueza física, la riqueza social puede ser costosa, ya que requiere un ingreso de seis o siete cifras para comprar casas de ensueño, autos de lujo, viajes exóticos, etc. Para un nuevo jubilado, puede requerir un patrimonio neto de más de USD 2 millones.
La diferenciación de la riqueza física de la social puede afectar nuestras decisiones sobre el gasto actual. Junto con la financiación de las necesidades físicas básicas, todos nos entregamos al «gasto social», ya sea que podamos pagarlo o no.
¿Cómo podemos saber si estamos participando en un gasto social pesado? Dos pruebas simples pueden ayudarlo a analizar su propio grado de gasto social.
Test No. 1: ¿Has pagado $1.000.000 o más por tu auto? Un plus del 50% por encima del auto promedio de $700.000 (no olvides de ajustar el precio por inflación para no engañarte a vos mismo).
Test No. 2: ¿Cuántas habitaciones en tu casa son utilizadas todos los días? Dividí ese número por el total de habitaciones de tu casa. ¿El resultado es 50% o menos?
Un «sí» a ambas preguntas te coloca en la tierra del exceso y el ego. Dentro de lo razonable, no hay nada malo con el gasto social. Es un deporte que todos quieren jugar, pero requiere una evaluación personal de riesgos.
Si la riqueza física es obligatoria, la riqueza social es discrecional. Una compensación básica: ¿hasta qué punto pondrás en riesgo tu seguridad física para que puedas mostrar la riqueza social?
Aquellos que son financieramente conservadores pueden evitar gastos sociales significativos hasta que tengan suficiente riqueza física escondida para cubrir el resto de su vida. Aquellos que son más agresivos pueden incurrir en grandes gastos para aparecer en una clase social más alta de lo que pueden permitirse actualmente. Si bien estas imágenes pueden poner en peligro la futura comodidad física, es un pasatiempo popular.
¿Y en las inversiones?
La manera en que miras a la riqueza física frente a la social también podría impulsar la gestión de tus inversiones.
Tu «cartera física» podría tener suficiente dinero para mantener la comodidad física básica sin trabajar durante el período de tiempo que desees. Una persona de 30 años puede optar por conservar solo un año de riqueza física, mientras que una persona de 60 años podría buscar proteger 10 años o más. Esto podría llamarse «evaluar tu tolerancia al riesgo».
La cartera física se invierte en cosas aburridas y seguras, como fondos del mercado monetario, simplemente la compra de dólares, bonos a corto plazo, valor en efectivo de seguros de vida y activos financieros similares. Cualquier monto por el cual las ganancias después de impuestos de estos activos más seguros caen por debajo de la inflación es, en efecto, una prima de seguro que pagás para proteger el dinero involucrado.
Tu «cartera social» puede ser como Las Vegas, sin necesidad de un boleto de avión de regreso. Al ser discrecional, puedes optar por comprar inversiones arriesgadas, del tipo que pueden vencer a la inflación, pero a riesgo de grandes pérdidas periódicas.
Son un gran deporte, ofrecen apuestas respetables y podrían permitirte disfrutar de más gastos sociales. Si tu cartera física proporciona protección a la baja, tu cartera social ofrece potencial al alza.
Ya sea gastando o invirtiendo, solo vos podés decidir cómo equilibrar mejor tu riqueza física y social. Básicamente es otra versión del continuo miedo a la codicia. ¿Cuál es tu posición? Para obtener la respuesta, intentá asignar valores monetarios a tus deseos y necesidades físicas y sociales.
Saludos,
Matías Daghero

¿Qué tienen en común Equifax, Yahoo y el ejército de los Estados Unidos? Todos han sido víctimas de un ataque cibernético en algún momento de la última década, y son sólo la punta del iceberg.
Estos ataques cibernéticos generan profundos daños a nivel organizacional y a los países.
El último estudio de Accenture «Costo del delito cibernético» detalla cómo las amenazas cibernéticas están evolucionando en un panorama digital acelerado.
En general, el costo anual promedio para las organizaciones se ha disparado para todos los tipos de ataques cibernéticos. Por ejemplo, un solo ataque de malware (o programa malicioso, en español) en 2018 costó más de USD 2,6 millones, mientras que los costos de ransomware (o secuestro de datos, en español) aumentaron más entre 2017–2018, de USD 533.000 a USD 646.000 (un aumento del 21%).
Se ha descubierto que tanto la pérdida de información como la interrupción del negocio que se producen por los ataques son los principales generadores de costos, independientemente del tipo de ataque:
- Malware
Consecuencia principal: pérdida de información
Costo promedio: USD 1,4 M (54% de las pérdidas totales)
- Ataques basados en la web
Consecuencia principal: pérdida de información
Costo promedio: USD 1,4M (61% de las pérdidas totales)
- Denegación de servicio (DOS)
Consecuencia principal: interrupción del negocio
Costo promedio: USD 1,1M (65% de las pérdidas totales)
- Insiders maliciosos
Consecuencias principales: interrupción del negocio y pérdida de información
Costo promedio: USD 1,2M ($ 0,6M cada uno, 75% de las pérdidas totales)
En 2018, la pérdida de información y la interrupción del negocio se combinaron para más del 75% de las pérdidas comerciales totales del delito cibernético.
Una gran cantidad de víctimas que buscan una solución
Ninguna industria ha quedado exenta del costo creciente del cibercrimen: el informe señala que las organizaciones han visto crecer las infracciones de seguridad en un 67% solo en los últimos cinco años. La banca es la más afectada, con costos anuales que superan los USD 18 millones en 2018. Esto probablemente no sea una sorpresa, teniendo en cuenta que los motivos financieros son constantemente un incentivo importante para los piratas informáticos.
Por su parte, entre los países más afectados en los costos del cibercrimen se encuentran los de mayor desarrollo: Estados Unidos, Japón, Alemania, Reino Unido, Francia y Singapur.
Frente a esto tanto países como empresas invierten millones en tecnologías de vanguardia que ayudan a mitigar el delito cibernético. En este estudio de Accenture se calcularon los ahorros netos: el ahorro potencial total menos la inversión requerida en cada tipo de tecnología o herramienta.
Con casi USD 2,3 millones en ahorros netos, muchas compañías reconocen la alta recompensa que viene con la inteligencia de seguridad. Por otro lado, el aprovechamiento de la automatización, la inteligencia artificial y el aprendizaje automático puede potencialmente ahorrar más de USD 2 millones. Sin embargo, hasta ahora solo el 38% de las empresas han adoptado esta solución.
Una forma de ganar con los ciberataques sin convertirte en hacker
Quizás recuerdes de las numerosas acusaciones que hubo por parte de Estados Unidos respecto a ciberataques que tuvieron lugar por parte de Rusia durante las últimas elecciones presidenciales. Basta con mirar alguno de los titulares de aquella época:

Bueno, el año próximo hay nuevamente elecciones en los Estados Unidos, por lo que es de esperar que se realicen fuertes inversiones para evitar este tipo de ataques.
Y nuestro gen inversor nos lleva a pensar si existe alguna forma de invertir en las empresas que se verán beneficiadas con el incremento de su nivel de actividad buscando evitar el cibercrimen.
Claro que las hay. Incluso hay una forma de hacerlo de manera diversificada: invirtiendo en un ETF que nuclea a estas empresas. El ETF Pryme Cyber Security (HACK) se encarga de invertir en empresas que buscan brindar protección de los ciberataques. Estos son sus principales componentes:

Si miramos la evolución que ha tenido este ETF desde 2016 (último año en que hubo elecciones presidenciales en Estados Unidos), podrás ver el fuerte incremento de más del 100% en su cotización:

El cibercrimen seguirá siendo una preocupación a gran escala en los próximos años. Desde 2019 a 2023, aproximadamente USD 5,2 mil millones en valor global estarán en riesgo por los ataques cibernéticos, creando un desafío continuo para corporaciones e inversores por igual.
Saludos,
Matías Daghero