Se conoció la elevada inflación de enero y el gobierno ralentiza el ritmo de depreciación del dólar para contenerla. ¿Esta vez será diferente?
La semana pasada se dieron a conocer los datos de inflación del mes de enero con resultados que muestran el cambio de tendencia en la inflación anualizada.
El mes de enero tuvo, al igual que en diciembre, una suba del 4% en el índice general:
Este número general a su vez incluye subas mayores en varios rubros. Se destaca el 4,8% de suba en alimentos y bebidas, rubro muy sensible ya que es el que más afecta a los que menos tienen.
Por otra parte, diciembre parece haber sido el último mes de caída en el acumulado interanual, ya que pasamos del 36,1% al 38,5%. Y esto es algo que se irá acentuando con el correr de los meses, dificultando que se pueda alcanzar el 31% de inflación que el ministro Guzmán quiere para 2021.
Es que cuando uno mira la inflación de los meses que van saliendo y los que van a ingresar la expectativa es que los números seguirán viniendo por arriba. Enero 2020 la inflación había sido del 2,3% y fue reemplazada por el 4% de enero 2021. Febrero y marzo 2020 habían tenido valores también por debajo de los que venimos observando (2% y 3,3%) y luego entramos en meses en donde la Cuarentena y su efecto recesivo hicieron que la inflación fuera de menos del 2%.
Claramente se trata de una señal roja que empieza a aparecer en el tablero económico del gobierno y que demanda que se tomen medidas de manera urgente.
Mismos problemas + mismas soluciones = ¿Mismo resultado?
Frente a esto, el gobierno tratará de llevar adelante un control de precios y de ralentizar el ritmo devaluatorio. Todas recetas que ya fueron utilizadas en el pasado y que conocemos su triste final.
Sin embargo, Keynes tiene una frase célebre: “El mercado puede permanecer irracional más tiempo que el que usted solvente”.
Bueno, si uno mira una serie de indicadores del mercado financiero, los participantes del mercado de dólar futuro (un mercado de derivados que permite fijar precios para los meses posteriores del tipo de cambio, muy utilizado por exportadores e importadores) parecieran estarle creyendo al ministro Guzmán cuando sostiene que el dólar tendrá un menor ritmo de depreciación este año, incluso quizás por debajo de la inflación.
Esto queda de manifiesto cuando comparamos las curvas de dólar futuro de hace una semana con las curvas de dólar futuro al cierre del viernes:
Estas menores tasas implícitas dan cuenta del menor ritmo devaluatorio que se observaría en los próximos meses.
En cambio, donde claramente el mercado pareciera no creerle al ministro es en el nivel de inflación que observaremos en 2021. Para esto, basta con mirar la curva de rendimiento de los bonos CER que ajustan por inflación:
El rendimiento cada vez más negativo de la parte corta se da por el arbitraje con otros instrumentos a tasa fija o tasa Badlar (al ser negativas en términos reales las tasas de estos bonos, los inversores se pasan a bonos CER hasta que ambas sean iguales de negativas).
Con esto terminamos nuestro reporte semanal de hoy y nos estamos encontrando el próximo lunes con más novedades de nuestra cartera.
Invirtiendo por un futuro mejor,
Matías Daghero
Asesor Financiero
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