La semana pasada se dieron a conocer los resultados de un nuevo Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM), en el que destacó un incremento en las expectativas de inflación para este año.
Mientras que en la encuesta del mes pasado se esperaba una inflación del 30% para 2.018, en este mes se aleja de dicho valor y alcanzó 31,8% según las estimaciones de los especialistas que consulta el BCRA.
Por otra parte, por el lado del dólar también se vio un incremento en el valor esperado hasta los $30,50 para fin de año. Esto a pesar de la caída de 5,26% que observó la divisa norteamericana durante el mes de julio, que pareció no tranquilizar a los especialistas.
Con estos números en mente, un inversor de Renta Fija podría armar su estrategia de inversión según los instrumentos que se beneficien más en cada escenario: bonos en dólares, Lebacs o bonos CER.
Sin embargo, hasta aquí las estimaciones del REM no han sido muy acertadas. Si bien sus números han estado más cerca de la realidad que las metas de inflación del gobierno, tampoco es que esto represente un gran mérito. Basta con mencionar que el REM de diciembre de 2017 (publicado en enero) mencionaba una inflación de 17% para todo 2018 (ya hemos superado ese valor en lo que llevamos del año) y un dólar a $20,40 para fin de año (que salvo un cambio rutilante de expectativas no estará ni cerca del valor con el que terminará la divisa norteamericana el año).
¿Y qué nos dicen los precios de los bonos?
Bueno, si al inversor no le alcanza sólo con los números reflejados por el REM, otra herramienta que tiene a mano es realizar la comparación entre las distintas curvas de bonos. De esta manera puede calcular cuáles son los valores implícitos en estas curvas que espera el mercado.
Así, por ejemplo, podemos comparar la curva de bonos soberana en pesos a tasa fija con la curva de bonos soberanos en pesos con ajuste CER. Del despeje entre ambas, podremos obtener la expectativa de inflación no sólo para 2018 sino también para los años siguientes.
De esta manera podemos observar que en principio el Mercado estaría casi comprando la declaración de Mauricio Macri que dijo que el año que viene bajaría en 10% la tasa de inflación, pero no su pronóstico para 2.020 de una inflación de un dígito.
Según se desprende de la comparación, el mercado esperaría un 29% de inflación para cerrar este 2.018, un 20% en 2.019 y un 16% en 2.020.
Entonces, ¿con qué nos quedamos?
Hay instrumentos que se benefician en cada escenario. Por ejemplo, un inversor podría preguntarse si la alta tasa de las Lebacs compensará la inflación en mayor medida de lo que podría hacerlo un bono CER. Y, en esta comparación entre el REM y la curva de bonos podremos notar que el REM espera cerca de un 32% de inflación y los bonos un 29%.
Si confiamos en las expectativas del REM, hoy el mercado nos da la oportunidad de obtener una ganancia adicional comprando bonos con ajuste CER, ya que la inflación implícita es menor en la curva de bonos.
A su vez, también podría el inversor mirar el precio del dólar futuro en Rofex para ver a qué precio podría comprar hoy en el mercado dólares al mes de diciembre y compararlo con las expectativas de los analistas.
Si bien el valor del dólar futuro no representa necesariamente el valor que el mercado espera para el dólar a fin de año (ya que tiene implícito también un componente por parte de la tasa de interés), sí muestra a qué precio podemos acceder hoy.
Y aquí también hay una diferencia entre el REM que espera un dólar a $30,34 para fin de año y el mercado de futuros Rofex que arroja un valor de $31,50 para la divisa norteamericano.
Entonces, un inversor que confiara en las proyecciones de los especialistas que participan del REM podría vender dólar futuro posición diciembre y beneficiarse con la caída que experimentaría en su cotización. Un trade sólo para valientes con los antecedentes observados en 2018.
Como se ve en esta nota, existen herramientas de análisis que pueden ser utilizadas por el inversor en el momento de armado de su portafolio. En este proceso, es muy importante que la conformación de la cartera contenga instrumentos que se beneficien en distintos escenarios (una cartera diversificada), ya que como quedó fuertemente en evidencia en este año el futuro es algo ciertamente impredecible en nuestro país.
Nota Publicada en El Economista – 06/08/2018