Cuando transcurría el año 2001, junto con el pronóstico de clima casi en todos los noticieros se mencionaba al Riesgo País. Este indicador elaborado por el banco JP Morgan marca la tasa de interés por encima de la tasa de los bonos de Estados Unidos (considerado libre de riesgo) que deben pagar el resto de los países. En 2002 Argentina marcaba su récord negativo de Riesgo País al encontrarse por encima de 4.500 puntos.
Luego de la salida del default en 2016 y del escenario de crecimiento del apoyo electoral de Cambiemos, el Riesgo País en los últimos días ha tocado su menor valor en los últimos 10 años al encontrarse por debajo de los 370 puntos.
Por otra parte, si hacemos un análisis y lo comparamos con la evolución que viene teniendo el Riesgo País de otros países latinoamericanos, observamos que la tendencia general es a una disminución, pero sólo Brasil ha tenido una caída tan fuerte en su tasa como la Argentina en lo que llevamos de este 2017.
El efecto que esto tiene en las arcas del estado es muy positivo ya que reduce fuertemente el costo del endeudamiento. Más aún si consideramos que uno de los pilares de este gobierno para sostener el déficit fiscal sin hacer grandes recortes y ajustes es la vía del endeudamiento (a diferencia del gobierno kirchnerista donde el déficit era financiado con inflación vía emisión monetaria).
Por otra parte, para los inversores los mayores efectos que genera esta caída en el riesgo país es una caída en el rendimiento que ofrecen los bonos y fuertes ganancias de capital para aquellos que estuvieron posicionados en ellos durante la compresión de spreads.
En la tabla observamos como bonos como el AY24, DICA y AC17 han reducido cerca de 1% sus tasas de rendimientos desde junio, otorgando ganancias de capital de hasta 13% en dólares en menos de 4 meses.
¿Es tarde ya para entrar en estos bonos?
No caben dudas de que el rally hasta aquí ha sido impresionante. Pero la pregunta que más ronda en este momento en la cabeza de los inversores es si podrán continuar a este ritmo.
Bueno, difícilmente puedan continuar con esta vorágine (en un año seríamos grado de inversión). Más allá de esto, los valores de Riesgo País argentino aún son elevados si uno lo compara con los de la región.
Esto surge de comparar nuestros 368 puntos con los 235 de Brasil, 232 de México, 184 de Colombia y ni hablar de los 125 de Chile.
Claro está que estos países se encuentran más avanzados aún que el nuestro en materia de reformas fiscales y desarrollo económico. Estos serán los mayores desafíos para que pueda continuar la reducción del Riesgo País y continúe dando alegrías al gobierno (por un menor costo de endeudamiento) y a los inversores (por las importantes ganancias de capital).
Para inversores de perfiles moderados, quizás sea un buen momento de hacer caja de las grandes subas que se han venido generando a la espera de que lleguen las reformas de fondo. En cambio, para perfiles más agresivos y de largo plazo, continuar apostando por la parte larga de la curva podría traerles satisfacciones si las tan ansiadas reformas estructurales comienzan a llegar después de las elecciones.
Nota Publicada por El Economista – 10/10/2017