La licitación de Lebacs de esta semana tuvo un par de características que la hicieron única en la gestión de Federico Sturzenegger al frente del BCRA.
En primer término, fue la primera licitación en la que la pendiente de la curva quedó positiva. Esto significa que las tasas de largo plazo pagan más que las de corto plazo, lo que es la situación normal de una curva de tasas de interés para una economía que se encuentra en una etapa de crecimiento económico. Si bien los mercados suelen adelantarse a la economía, la fuerte persistencia en las tasas de inflación (otro de los factores que influye para que una curva de tasas sea negativa) afectaron para que el BCRA recién en este momento se anime a torcer la curva cuando los indicadores del PBI ya se encuentran indicando que la economía está en crecimiento.
En segundo lugar, los inversores anticiparon este movimiento de la curva con lo que se venía observando en el mercado secundario. Fruto de esto es que se animaron a extender los plazos, haciendo caer por debajo del 50% las colocaciones al plazo más corto por primera vez desde febrero. De hecho, las Lebacs más largas de esta licitación captaron el 16,34% del monto emitido. Esto es una buena noticia para el equipo de Sturzenegger que empieza a desactivar la “bomba de Lebacs” alargando plazo y augurando que la recuperación de la economía permita disminuir las necesidades de absorción de pesos a través de este instrumento.
Una economía sana y en crecimiento tendría mayor demanda de pesos, permitiendo bajar el stock de Lebacs sin impactar en una mayor inflación.
Baja de las tasas en el mercado secundario
Más allá de las fuertes tasas que debió convalidar el BCRA para estirar los plazos, apenas un día después de la licitación ha podido desplazar toda la curva hacia abajo reduciendo las tasas. Esto se contrapone a lo que venía pasando en las últimas licitaciones donde el BCRA debía convalidar tasas más altas en el mercado secundario para capturar aquellos pesos que no habían entrado a la licitación y evitar que se pasaran a dólares.
Tanto el hecho de que la curva de intereses sea positiva como la caída que experimentaron las tasas en el día de ayer son datos muy importantes y que deben ser tenidos en cuenta por los inversores de aquí en adelante.
Para inversores de perfil más conservador pero que no tienen necesidad de liquidez en el corto plazo, dejar de renovar mes a mes en el plazo más corto y estirarse al mayor plazo posible comenzará a pagar sus beneficios. Si bien lo más aconsejable es estirar hasta el plazo más próximo al que vaya a necesitar el dinero, tener presente que existe un mercado secundario en el que se puede liquidar y disponer de los fondos en menos de 24hs. Aquí lo que puede impactar en el rendimiento final es la comisión de salida que le cobre su ALyC (las anteriormente denominadas sociedades de bolsa), que generalmente suelen ser similares a las de suscripción.
En cambio, para inversores más agresivos y de confirmarse esta baja en las tasas de interés de las Lebacs, los tan golpeados en las últimas semanas bonos con ajuste CER podrían recuperar parte de su esplendor y otorgar ganancias de capital a aquellos inversores pacientes que avizoren un escenario de caída en la tasa de inflación. Con estos bonos rindiendo casi 5% por encima de inflación, cuando caigan las tasas de Lebacs junto a la tasa de inflación, deberían presentar subas de precio en sus cotizaciones para quedar arbitrados con los nuevos rendimientos reales de las Lebacs.
Nota Publicada por El Economista – 21/09/2017