Si tuviéramos que mencionar cuál fue la “vedette” del mercado en el primer semestre claramente la inversión que se llevaría ese título serían las Letras del Banco Central, más conocidas como Lebac. Analistas, asesores financieros, medios gráficos y programas especializados las recomendaban como inversión para protegerse de la inflación. Llegó a opacar al resto del mercado, quitando atractivo a acciones, bonos y cualquier otra herramienta de inversión (y por qué no también inversión de la economía real). Pero, ¿realmente sirvió a quiénes invirtieron en ella para cubrir su capital?
Hagamos un poco de números. El rendimiento real de una inversión es el resultado que se obtiene con el capital invertido luego de ajustar al mismo por la inflación que hubo en el período de inversión. Es decir, el mismo refleja si el poder adquisitivo del dinero invertido se logró incrementar o no.
En la tabla que se presenta a continuación podemos observar el rendimiento real de las Letras que se licitaron en la primera semana de cada mes (esto al efecto de simplificar la presentación y no colocar todas las licitaciones semanales, pero los resultados a los que se arriban son los mismos). En cada licitación se utiliza los diferentes plazos a los que el inversor pudo licitar para de esta manera también observar si el estirar los plazos redundó en algún beneficio.
Así, por ejemplo, podemos observar que quién licitó a 35 días en el mes de enero obtuvo un rendimiento real negativo en ese período de casi un 1%. Quién licitó a 64 días, obtuvo también un rendimiento negativo por los dos meses de 2,5%. Y quién decidió dejar fija esa tasa licitando a 147 días tampoco pudo obtener un resultado positivo. En este caso la caída en términos reales alcanzó casi el 10% por el plazo completo que va desde enero a mayo. La misma situación (resultado negativo) se observa en todos los períodos bajo análisis con excepción de quiénes licitaron a 35 días en el mes de marzo. De todas maneras, en este caso el rendimiento tampoco es para entusiasmarse: apenas 0,24%.
Como se podrá observar, más allá de la creencia ampliamente difundida de que las Lebac otorgaban un rendimiento por encima de la inflación las mismas no sirvieron hasta aquí para que el inversor lograra tal cometido. Al menos no para los inversores locales, ya que para los inversores extranjeros que no están expuestos a la elevada inflación argentina (y que a su vez también tuvieron la caída del tipo de cambio) sí resultó una inversión con un rendimiento más que positivo.
Queda claro que lo que pasó en el pasado no significa que se vaya a repetir en el futuro, pero como inversores es importante que tengamos conocimiento de la historia de estos instrumentos. En estos momentos algunos inversores comienzan a estirar plazos en sus Lebacs ante la expectativa de que continúe la reducción de tasas y que la inflación disminuya. ¿Podrán tener estos inversores un mayor grado de acierto que el que hasta ahora tenido el BCRA que no regala puntos de tasa que arrojen resultado positivo?
Nota Publicada por El Economista – 22/06/2016