Los últimos meses han representado un gran desafío para la gran mayoría de las Pymes. Con alta inflación y fuerte suba de los costos, incluso con algunos de ellos como los vinculados a servicios con tasas de incremento difícilmente trasladables al precio del producto en un contexto de freno de la actividad, han visto reducido el margen de beneficio del negocio. A esto se suma la política de altas tasas del BCRA que genera que el costo financiero sea muy elevado en caso de necesitar cubrir baches financieros que se producen en el curso habitual de los negocios ya sea a través de descubiertos bancarios u otro tipo de créditos convencionales.
Viendo esta situación es que el gobierno recientemente anunció medidas tendientes a tratar de aliviar parte de esta carga: pago trimestral del Iva, modificación de los mínimos aplicables a las retenciones de Ganancias e Iva y automaticidad del Certificado de Exclusión en la retención del Iva cuando se den dos meses consecutivos de saldo a favor de libre disponibilidad.
Sin embargo, algunos indicadores podrían estar marcando que el peor momento de la economía ya estaría acabando y podría comenzarse la reactivación en los próximos meses. Y aquellos empresarios Pymes que quieran estar listos para ese momento pueden encontrar hoy interesantes instrumentos para financiar la mejora de su capacidad instalada y su capital de trabajo a tasas que rondan entre el 20 y 25% anual.
Entre las alternativas bancarias, los créditos Inversión Productiva (con tasa subsidiada por el gobierno y que se consiguen en todos los bancos del país) resultan más que atractivos para proyectos de inversión que busquen incrementar la capacidad productiva de la Pyme. Los mismos son otorgados por un plazo de hasta 48 meses con una TNA fija del 22%. Por citar un ejemplo, si una Pyme solicita $100.000 al mayor plazo las cuotas promedio serían de $3.125. A su vez, la empresa podría analizar la conveniencia de la realización de un leasing por la ventaja impositiva que esto otorga. Si el proyecto de inversión logra mejorar la productividad de la empresa, estas tasas de financiamiento son más que convenientes.
Pero si salimos del mercado bancario y nos movemos hacia el mercado de capitales también existen instrumentos a tasas atractivas para financiar el desarrollo de la Pyme, incluso permitiendo financiar el capital de trabajo. Y la herramienta destacada aquí son los Cheques de Pago Diferido avalados por una Sociedad de Garantía Recíproca (SGR) que permiten financiarse por plazos que alcanzan hasta los 360 días a un Costo Financiero Total de entre 20 y 22%. Este instrumento ha crecido fuertemente en los últimos años (se negocian un promedio de $1.200 millones mensuales). Para poder emitir los mismos, la empresa debe acercarse a una SGR y efectuar un trámite muy similar al que se efectúa en un banco para solicitar un crédito.
Algo a tener en cuenta por parte del empresario/emprendedor es que los límites de crédito del banco y del mercado de capitales van por separado, por lo que se puede incrementar el financiamiento de la Pyme (siempre efectuando un correcto análisis de la capacidad de repago).
SGR del otro lado del mostrador
Pero si lo miramos desde el punto de vista del inversor (pudiendo éste incluso ser el dueño de la Pyme que busca avalar sus cheques), las SGR son instrumento más que interesante que permiten desgravar impuestos de manera legal. Incluso, la utilización de esta herramienta puede constituir una ventaja competitiva en un país con una elevada presión fiscal.
El beneficio impositivo que tienen las mismas es que permite deducir el monto aportado (pudiendo este aporte ser en títulos públicos) del impuesto a las ganancias bajo la condición de que el mismo sea mantenido en la inversión por 2 años. Por poner un ejemplo, si una compañía que cierra balance el 30 de junio efectuara un aporte de $1.000.000 antes del cierre del mismo, podrá en noviembre deducir $350.000 del importe a pagar de Ganancias (haciendo que en realidad el monto invertido sea de $650.000) y recuperar el $1.000.000 libre de impuestos (más el rendimiento del fondo) en junio de 2018. Esta operación está arrojando una TIR cercana al 50% anual (nada despreciable en un contexto de tasas a la baja). Lo importante aquí radica en hacer un correcto análisis de la SGR a elegir, de su trayectoria y proyecciones.
Nota Publicada por El Economista – 24/05/2016