En las últimas semanas la política monetaria implementada por el BCRA ha tomado el centro de la escena financiera. Las tasas de las licitaciones de Lebac se han convertido en el principal driver de la dirección en que se mueven el dólar, los bonos y acciones locales. En la licitación de éste martes, se mantuvo la tasa en 38% para 35 días con una curva invertida (subiendo ligeramente para plazos más largos respecto de la anterior).
En lo que llevamos de marzo, el dólar pasó de cotizar en un valor cercano a los $16 hasta hacer piso en $14,45 para luego experimentar una recuperación en los últimos dos días. Esto representó una caída de casi el 10% que impactó fuertemente en aquellos que tenían posiciones compradas en Rofex. Quizás Federico Sturzenegger escuchó las declaraciones de Javier González Fraga.
Sin embargo, la revaluación que ha experimentado el real alejándose de los valores cercanos a 4,20 también ayuda a que el gobierno pueda permitirse esta operatoria sin minar la competitividad con nuestro principal socio comercial. En el mismo sentido, la decisión de la Fed de no sólo no realizar una suba en los tipos de interés en su reunión de marzo sino también de reducir la expectativa de subas futuras en el año (en el mercado ahora se estiman sólo 2 subas en lugar de 4) también repercute en un debilitamiento del dólar a nivel global.
Por el lado de los bonos, los dolarizados sufrieron caídas cercanas al 6% en pesos en lo que llevamos de marzo. Pensando en la posibilidad de arreglo con los holdouts (aprobación del Congreso mediante) las TIR de los bonos vuelven a resultar atractivas, con rendimientos en torno al 8%, con un potencial de suba en dólares mayor al 15% en los bonos más largos para igualarse al rendimiento de nuestros pares sudamericanos.
Las acciones sintieron fuertemente el impacto de la suba de las tasas de Lebac por dos vías. La primera, la caída del dólar impacta en las valuaciones de las empresas ya que las mismas son realizadas en moneda dura. Si miramos el Merval en pesos su caída fue mucho mayor a la experimentada en los ADR que cotizan en el exterior. En segundo término, la suba de tasas también alcanzó la parte más líquida de las mismas: las cauciones. Debido a éste encarecimiento (hubo días en que se llegó a pagar 40% anual por una caución a 7 días), muchos inversores que se encontraban apalancados debieron salir a cerrar posiciones, acentuando aún más la caída. Si sale acuerdo por holdouts, estos valores podrían representar un buen punto de entrada frente a la posibilidad de que Argentina pase de ser considerado un mercado de frontera para entrar a la categoría de mercado emergente. Esta situación obligaría a fondos internacionales que siguen a emergentes a tomar posición en Argentina y, ante un mercado tan chico como el nuestro, esto implica una fuerte suba.
En las mesas de dinero los operadores sienten que el manual que se aplicó durante los años de gestión de Cristina Kirchner (en el que toda inversión en dólares resultaba ganadora) parece no estar teniendo los mismos buenos resultados durante la gestión de Sturzenegger. Es que al hacer tasa en pesos se gana en dólares. Con la reserva federal pagando por una letra a 10 años menos del 2% anual, la posibilidad de asegurarse una tasa similar pero en apenas 30 días (vía la elaboración de un Sintético entre Lebac y Rofex) despertó el interés de inversores internacionales. ¿Podrá mantenerse éste escenario de fortalecimiento del peso? Veremos…
Nota Publicada por El Economista – 18/03/2016